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[0:51] Bendice la Señor, quita cualquier distracción de nuestras mentes, ayúdenos a enfocarnos en ella, porque es palabra de vida la cual vive y perdura para siempre. [1:03] En Cristo pedimos estas misericordias y para su gloria. Amén. Hoy vamos a hacer un alto en la predicación expositiva que hemos estado dando sobre filipenses y vamos a predicar sobre la muerte. [1:31] Un tema que no es agradable, un tema que no es popular, pero es algo universal y muchas veces vamos a ser tocados por algo tan doloroso, por algo tan trágico y algo tan estresante. [1:56] De cerca muchas veces, de personas que conocemos poco y también aún de nuestros familiares queridos. Y es algo universal en el sentido de que pasa a todo ser humano independientemente de la situación en que se encuentren, ya sea social o económica o racial, no respeta ningún tipo de condición. [2:26] En cualquier país, sea desarrollado o no, en cualquier nación independientemente de su avance tecnológico o financiero, vamos a encontrar que es algo absoluto. [2:39] Y a través de las edades hemos visto que las diferentes sociedades se han esforzado, más que en cualquier otro campo del esfuerzo humano, en mejorar la calidad de vida, que no es nada malo, es algo bueno y digno de loar. [2:58] Y aún en mejorar las condiciones de salud de su población, que también es bueno. Y aún más, muchas veces aspirando a que algún día no haya muerte en la sociedad. [3:12] Pero vemos que esto aún no ha cambiado desde el principio de la humanidad. El hombre ha podido prolongar por algunos años su vida, sobre todo en las sociedades más desarrolladas, pero es un fenómeno que acontece a todos. [3:29] Al punto que hay una disciplina de estudios llamada tanatología. Una palabra que lo que significa es el estudio de la muerte, del proceso de morir y las implicaciones psicológicas y sociales que eso tiene en las personas cercanas al que muere. [3:54] Y en este sentido, vamos a ver hoy tres puntos principales. ¿Qué es la muerte? ¿Cuál es la razón de la muerte? [4:09] O si hay más de una razón. ¿Y cómo debemos vivir nosotros a la luz de esa realidad inevitable que ya es? [4:20] Primeramente, ¿qué es la muerte? Y en lo que estuve viendo, aquí tendremos que dar dos definiciones. Porque existe la muerte física. [4:32] Y en lo que estuve viendo en el diccionario, es el cese o la terminación permanente de todo tipo de función vital. [4:47] En otras palabras, de función esencial de un organismo. Se detiene el organismo de funcional, los diferentes órganos. [5:00] Y al punto que vemos que una persona es un poco complejo y ahí es donde entra ese campo que yo mencionaba, que se ayuda de otras disciplinas. [5:11] Una persona a veces tiene el cerebro ya muerto. Pero el corazón puede estar latiendo y los pulmones pueden estar haciendo el proceso de respiración. [5:22] Pero ya esa persona está, lo que se dice, clínicamente muerta. O sea, ya la persona no tiene conexión con este mundo. Y eso trae una serie de situaciones médicas y éticas consigo mismo y es por eso ese campo de estudio. [5:39] Es algo que ocurre a todo ser vivo, sin excepción. Eso sería la muerte física o biológica. [5:51] Tenemos también el tipo de muerte que la Biblia habla. La Biblia toca esos dos aspectos. [6:02] La muerte física, pero también vemos que la Biblia habla de una muerte espiritual. Donde la palabra de Dios utiliza una analogía. [6:14] En la misma forma que el organismo cesa de funcionar en el aspecto humano físico y la función corporal se detiene. [6:25] Asimismo, cuando una persona no posee el Espíritu de Dios en su vida. Y eso somos todos nosotros cuando nacemos. La Escritura nos considera espiritualmente muertos. [6:42] Esos son los dos tipos de muerte que vemos en la Escritura. Ahora bien, con respecto a los muertos, como es un fenómeno tan central y un fenómeno tan poderoso en las sociedades. [6:57] Hemos visto a través del tiempo que las personas, en relación a los muertos, hacen muchas actividades. Y aquí podremos ver en la Escritura cómo se ve la muerte. [7:13] Un punto es que la muerte se define o se expresa en la Biblia, en el libro de Génesis. Y voy a empezar primero explicando el efecto inmediato de la muerte y luego la razón de la muerte. [7:26] Como describimos, en Génesis capítulo 35, en el versículo 18 y 19, la Escritura habla sobre la muerte de Raquel, quien fuera esposa de Jacob, uno de los patriarcas de Israel. [7:49] Y hablando de ella, en Génesis capítulo 35, cuando ella estaba dando a luz a Benjamín, su hijo, ella entró en una gran complicación de parto y murió. [8:03] La Escritura define, voy a leer los dos versículos, Aquí vemos que la muerte física es un acto que toma lugar cuando, el alma sale del cuerpo. [8:38] Nosotros no podemos definir eso de una manera exacta, humanamente hablando, pero el alma, espiritualmente hablando, bíblicamente hablando, es lo que le da vida a nuestro cuerpo. [8:51] Cuando el alma abandona el cuerpo, la función de la persona cesa de existir. Es algo no visible con los ojos. Nosotros lo que vemos es el cese del funcionamiento físico. [9:04] El corazón, el cerebro, los pulmones paran de funcionar. Bíblicamente hablando, es cuando el alma sale de la persona. Si ustedes recuerdan en la creación, cuando Dios crea a Adán y a Eva en Génesis, dice la Escritura que Dios sopló aliento de vida en ellos y fueron seres vivientes. [9:25] El aliento de vida es el alma que Dios pone en nosotros. Cuando el alma sale del cuerpo, la persona está muerto físicamente. Vemos en algunas sociedades que la gente piensa que una persona puede morir más de una vez. [9:44] Como en el oriente, en la India, se practica el hinduismo en su gran mayoría y el hinduismo cree en la reencarnación. [9:56] Que el alma de la persona toma otro cuerpo, en ese caso, en el caso del hinduismo incluso, a tener un animal y la persona vive a través de ese animal o aún de otra persona. [10:10] Pero, según la Escritura, eso no es así. ¿Cómo lo sabemos? En el libro de Hebreos, en el capítulo 9, en el versículo 27, la Escritura dice, y leo ese versículo, y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto, el juicio. [10:34] Según la Biblia, solamente morimos una sola vez después que el alma abandona nuestro cuerpo. O sea que no existe reencarnación en la Escritura, ni en el Antiguo, ni en el Nuevo Testamento. [10:53] Otro hecho que también vemos mucho es, hay personas que le oran a sus ancestros, le oran a sus familiares. [11:04] Eso, yo recuerdo, vivíamos en otro estado nosotros, y recuerdo haber visitado la casa de una persona oriental, y tenía muchos cuadros en la casa de los familiares que habían muerto. [11:18] Eso no es nada, nosotros lo hacemos. Es muy bueno tener cuadros de la familia para recordarlos. Pero cuando entré a la sala, tenía muchos velones, lo tenía prendido, tenía flores, tenía como si fuera un altar, donde adoraba la memoria de los ancestros y de los familiares que habían partido de este mundo. [11:39] Vemos, sin embargo, en la Escritura, hay personas incluso que también le oran a los familiares. Dicen que los familiares lo están protegiendo. Y hay personas que le oran a la abuelita, con toda la intención y buena fe. [11:55] Pero, ¿qué dice la Escritura con respecto a los que han muerto en este mundo? A ver si tienen alguna influencia en este mundo. Y en Eclesiastes, en el libro de Eclesiastes, en el capítulo 9, en el versículo 6, vemos que la Escritura dice, respecto a los muertos, también su odio y su amor y su envidia, fenecieron ya, o sea, fallecieron ya, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. [12:28] En este lado de la existencia, cuando una persona muere, ya no le puede salir a alguien, no puede orar por la persona, no puede hablar con la persona directamente, ni siquiera indirectamente. [12:43] Ahí la Escritura está diciendo, que cuando una persona ha partido de este mundo, ya la persona no tiene nada que ver aquí. A veces, haciendo un paréntesis ahí, hay fenómenos extraños, y cosas que a veces, no son de Dios, que podrían quizá ocurrir. [13:01] Pero no es eso lo que estamos hablando. Estamos hablando en condiciones normales, los muertos no tienen ningún tipo de relación, con lo que quedamos vivos, aquí y después, que fallecen. [13:14] La Escritura, llega al punto, no en algo reciente en la Escritura, desde el Antiguo Testamento, en los primeros cinco libros de la Biblia, en el libro de Levítico, no solamente la Escritura, nos dice, que los muertos nada tienen que ver, sino que lo prohíbe, directa y explícitamente. [13:37] En Levítico capítulo 20, en el versículo 21, el tercer libro de la Escritura, Dios dice en su palabra, La Escritura, no solamente nos dice que no tienen relación con nosotros, sino que es un pecado tratar de evocar a muertos. [14:12] Y eso es lo que pasaba, en el Antiguo Testamento, con la brujería, que todavía se practica mucho. Y muchos de nosotros, y nosotros, que la mayoría somos hispanos, hemos tenido, en nuestros países, experiencias con personas, que practican eso, porque eso es muy común. [14:33] Sin embargo, la Escritura, prácticamente desde el principio, en los primeros, ya Levítico, que es el tercer libro, condenaba eso con la muerte, porque es un acto pagano, y blasfemo, delante de Dios. [14:46] Cuando leemos, que se entregara la adivinación, ahí podemos, entre paréntesis, ponerle la brujería, que era evocar a espíritus de personas, que ya habían muerto. Hay algo que le llaman, necromancia, que era lo mismo, que era como una especie de magia, con respecto a los espíritus de los muertos, que estaba claramente también, prohibida, por la Biblia. [15:13] Esa es la muerte física, y las cosas que la gente hace, con respecto a ella. Ahora, con respecto a la muerte espiritual, donde veíamos que era, una figura del lenguaje, la Biblia habla, sobre ese tipo de muerte, como una muerte, que se produce, por la separación, eterna de Dios. [15:37] Cuando uno parte de este mundo, y no va a la presencia de Dios, uno queda separado de él. Es a lo que la Biblia le llama la muerte, pero no es que la persona está inconsciente, sino muerte eterna, con respecto, a un lugar de sufrimiento, lejos de la presencia de Dios, que la Biblia identifica, como el infierno. [15:58] Vemos en otros libros, como en el libro de Apocalipsis, que la Biblia le llama, la muerte segunda, porque está la muerte física, y la muerte espiritual, que no es muerte literal, sino, separación, eterna de Dios, sufriendo en el infierno, por causa, del, pecado. [16:18] Es lo que nosotros vemos, en el libro de Romanos, en el capítulo 8, en el versículo 13, donde dice, si vivís, conforme a la carne, moriréis, más, si por el Espíritu, haced morir, las sobras de la carne, viviréis. [16:38] Obviamente, que ahí no está hablando, de muerte física, una persona puede vivir, consagrado a Dios, entregado a Dios completamente, pero va a ver, la muerte física. Aquí está hablando, de lo que la Escritura le llama, muerte escritura, escatológica. [16:54] ¿En qué sentido? Muerte después de esta vida. La muerte, como la separación, de Dios eternamente, en el infierno, o, la bienaventuranza eterna, en su presencia. [17:09] Fíjese que dice, si vivís, conforme a la carne, moriréis. Todos moriremos, independientemente, de que vivamos, entregado a Dios o no. Más, si por el Espíritu, haced morir, las sobras de la carne, viviréis. [17:22] Moriremos como sea, pero viviremos como, eternamente, con Dios, en su reino, establecido, aquí, en la tierra. Entonces, tenemos ahí, los dos tipos de muerte, que la Biblia, habla, y precisa. [17:41] Ahora bien, un punto, que, trae eso, es, que a la muerte, en la escritura, se le llama también, como dormir. Otra figura, del lenguaje, que se utiliza. [17:55] En el libro de Mateo, en el capítulo 9, en el versículo 24, la escritura dice, y voy a poner el contexto, Cristo, es llevado a una casa, de una persona, que ha muerto, para resucitarla. [18:09] Cuando Cristo va, una niña, la escritura dice, en Mateo 9, 24, les dijo, Cristo, apartaos, porque no está muerta, sino duerme. [18:21] Y se burlaban de él. Los que estaban presentes, sabían que la niña, había muerto, y Cristo dice, no, ella duerme solamente. Y ellos se burlan de él, porque dicen, que es lo que él está hablando, si la niña está muerta. [18:34] ¿Por qué la Biblia, refiere, en este caso, el Señor Jesucristo, a una persona muerta, como que duerme? Porque hay ese día, hay ese día, donde, todos los muertos, se van a levantar, de sus tumbas. [18:51] Y, eso será, en el día del juicio final, cuando venga, la resurrección, de los muertos, de justos e injustos, y Dios, determine el juicio eterno, de cada ser humano, conforme, a lo que está escrito, en el libro de la vida, y conforme, a la condición espiritual, de esa persona, si conocen, o no a Dios. [19:16] Entonces, en relación, al juicio, y a la resurrección, de los muertos, la muerte física, es temporal, como si fuese, un sueño, porque nos vamos, a levantar, seamos, creyentes, o no, para juicio, y allí, vamos a recibir, una sentencia, eterna, en la presencia, de Dios, o lejado, de la presencia, de Dios, dependiendo, de la decisión, que hayamos tomado, con respecto, a Cristo, en esta vida, hermanos y amigos, estamos hablando, de algo eterno, sin fin, que se determina, en esta existencia, si tú estás aquí, sin Dios, y si tú estás aquí, con Dios, hay, de las dos maneras, un destino eterno, pero completamente distinto, y que hace esa diferencia, Cristo, con respecto, a nosotros, que decisión, tomemos, con respecto, a Cristo, su vida, muerte, obra, y resurrección, y eso es lo que vemos, en Apocalipsis, capítulo 20, versículos, del 11, al 15, con respecto, al juicio, y voy a leer, esos versículos, 20, 11, y vi, un gran trono blanco, y al que estaba sentado, en él, delante del cual, huyeron, la tierra, y el cielo, y ningún lugar, se encontró, para ellos, y vi, a los muertos, grandes, y pequeños, de pie, ante Dios, y los libros, fueron abiertos, y otro libro, fue abierto, el cual, es el libro, de la vida, y fueron juzgados, los muertos, por las cosas, que estaban escritas, en los libros, según sus obras, y el mar, y el mar, entregó, los muertos, que había en él, y la muerte, y el Hades, entregaron, los muertos, que había en ellos, y fueron juzgados, cada uno, según sus obras, y la muerte, y el Hades, fueron lanzados, al lago, de fuego, esta, es la muerte segunda, y el que no se halló, inscrito, en el libro, de la vida, fue lanzado, al lago, de fuego, esa, es la muerte espiritual, que la escritura llama, muerte segunda, que no es literal, muerte, muerte, sino, sufrimiento eterno, alejado, de la presencia de Dios, en el infierno, y, la bienaventuranza eterna, de aquellos, que conocen a Cristo, y viven, conforme, a su palabra, la causa, de la muerte, este es el punto, número dos, la razón, ahora que vamos a ver es, por qué razón, morimos, si le preguntamos, a una persona incrédula, a una persona no creyente, que no sea religiosa, nos va a decir, bueno, uno muere, porque cesa, nuestro organismo, de funcionar, pero recuerden, que vimos, que esa es la razón, física, esa es la razón, biológica, material, según la escritura, como vimos en Génesis, capítulo 35, la muerte, viene, cuando el alma, sale del cuerpo, ahora, cuál es la razón, por la que nosotros morimos, y, el pastor, [22:56] Chad, en la Santa Cena, mencionó ese versículo, sobre la causa, de nuestra muerte, la muerte, entró, al mundo, por causa, del pecado, la causa, de nuestra muerte, es, el pecado, Dios, nos creó, sin pecado, para ser eternos, y vivir en bienaventuranza, es por esa razón, que por más, que ocurre la muerte, no nos acostumbramos, a ella, no podemos, adaptarnos, porque es, no natural, no es, para lo que nosotros, fuimos creados, Dios, crea al hombre, y a la mujer, a Adán y a Eva, sin pecado, y les advierte, de las consecuencias, de la desobediencia, es lo que nosotros vemos, en Génesis capítulo 2, en el versículo 16, donde el Señor le dice, de todo árbol, del huerto, podrás comer, más, del árbol, del bien, y del mal, versículo 17, no comerás, porque el día, que de él comieres, ciertamente, morirás, y ahí vemos, la certeza, de la promesa de Dios, hermano y amigo, como se cumple, infaliblemente, inevitablemente, lo que Dios, promete en su palabra, [24:21] Adán y Eva pecan, y empiezan, a envejecer, a decaer, a enfermar, y no solamente, mueren físicamente, sino que su comunión, con Dios, un Dios Santo, queda, rota, queda fracturada, queda cercenada, no solamente, mueren físicamente, sino separados, de Dios, espiritualmente, la muerte, entró al mundo, por causa, del pecado, eso lo vemos, en el antiguo testamento, y luego, lo vemos, en el nuevo testamento, en el libro de romanos, en el capítulo 6, en el versículo 23, donde el apóstol Pablo, escribe, inspirado por el Espíritu Santo, la paga, lo voy a leer, porque la paga, del pecado, es la muerte, más la dádiva, de Dios, es vida eterna, en Cristo Jesús, la causa, de nuestra muerte, es el pecado, físicamente, lo que nosotros, vemos es, nuestros órganos, y nuestro organismo, envejeciendo, pero eso es, secundario, a la muerte espiritual, que existe en nosotros, recuerden, que, el hombre, empezó a vivir, cuando Dios, después de crearlo, le puso aliento, de vida, el espíritu, y como vimos, en Génesis 35, nuevamente, cuando el espíritu, o alma, se sale de nuestro cuerpo, nosotros morimos, y entonces, físicamente, el médico, lo ve, como que el cerebro, no funciona, y le pone un equipito, y ve el cerebro, que no hay actividad, una línea, recta, plana, porque el cerebro, no tiene ningún tipo, de actividad, no funciona, eso es producto, que el alma, se salió, y ya esa persona, partió, su alma, de este mundo, a la presencia de Dios, o, a la condenación, eterna, y, el cuerpo, queda en la tierra, en el cuerpo, en esta vida, independientemente, de que lo, entierren, o muchas veces, lo creman, lo incineran, lo queman, como hacen muchas religiones, orientales, el budismo, el hinduismo, o muchas personas, pero ese cuerpo, va a volver, a levantarse, recuerden, lo que vimos, en Génesis, en Apocalipsis, capítulo 20, donde, el Señor dice, y vi a los muertos, grandes, y pequeños, delante de Dios, cuando habla, de ese trono blanco, el blanco, era algo, que se utilizaba, como un signo, de pureza, ahí está, en la presencia, de un Dios santo, sin pecado, glorioso, grandes y pequeños, hablando, de muertos ricos, poderosos, políticamente, financieramente, de apellido, de renombre, famosos, conocidos, y pequeños, aquellos, que nadie conocía, personas humildes, en condición económica, académica, social, todos, de pie, un signo de reverencia, ante Dios, en el gran trono blanco, para ser juzgados, esa, es la causa, de la muerte, el pecado, y, algún día, esa alma, volverá de nuevo, a unirse al cuerpo, y los muertos, se levantarán, para ser juzgados, por Dios, la causa, de esa muerte, de ese fenómeno, tan doloroso, y tan grave, y tan trágico, es, el pecado, y la pregunta, que nosotros, tenemos que hacernos, es, como nosotros, debemos, vivir, a la luz, de esa realidad, como nosotros, sabiendo, que la muerte, es, segura, que nosotros, cada día, que pasa, nos acercamos, más ese día, como nosotros, debemos vivir, según, [28:12] Dios, y su palabra, nos dice, y es lo que vamos a ver, ese sería el tercer punto, y la escritura, nos dice, en Romanos, capítulo 12, el apóstol Pablo, luego que habla, de la gran salvación, que Cristo ha traído, y que Dios, nos ha traído, por Cristo, en los, once capítulos, previos, como la muerte, entró al mundo, por causa del pecado, como un Dios, santo, no puede tener, comunión, con nosotros, por causa del pecado, y como Dios, en Cristo, la segunda persona, de la Trinidad, Dios el hijo, se hizo hombre, y vivió, en esta tierra, de una manera, perfecta, sin violar, la ley de Dios, y como Cristo, va a la cruz, recuerden, que en Romanos, 6, 23, dijimos, que la paga, del pecado, es la muerte, Cristo, nunca pecó, la Biblia, dice, en Hebreo, capítulo, 4, en Hebreo, capítulo, 4, sí, versículo 15, que Cristo, fue semejante, en todo, a nosotros, pero, sin pecado, [29:23] Cristo, muere, en la cruz, no por sus pecados, sino por los pecados, de su pueblo, por los pecados, de la humanidad, Cristo, muere, en la cruz, por los pecados, de su pueblo, y, le paga a Dios, la deuda, que nosotros, tenemos con Él, teníamos con Él, si somos creyentes, Cristo ha pagado, si no, estás en Cristo, tú tienes una deuda, delante de Dios, por causa de tu pecado, con Dios, Cristo, viene, muere en la cruz, y satisface, esa, deuda, que nosotros tenemos, con Dios, no solamente eso, vive de una vida, una vida perfecta, nunca, viola la ley de Dios, nunca, viola un mandamiento, y esa vida perfecta, ¿qué hace? [30:19] Satisface la justicia, de un Dios, perfecto, santo, e infinito, entonces, cuando Cristo va a la cruz, no solamente su muerte, sino su vida perfecta, justa, es lo que se atribuye, al pecador, cuando uno se arrepiente, y ahora, Dios nos ve cubierto, por la justicia perfecta, de Cristo, y es por eso, que somos aceptos, en su presencia, y el apóstol Pablo, después que ha explicado, todo eso, de una manera magistral, en el libro de Romanos, en los capítulos, de 1 al 11, en el capítulo 12, dice, como entonces, nosotros debemos vivir, por tanto, con que más, y que dice, voy a leer Romanos 12, 2, y dice, nos conformes a este siglo, o sea, nosotros no debemos tomar la forma, el molde, de esta mentalidad, de este siglo, cuando habla de este siglo, es, la agenda de este mundo, la forma de pensar de este mundo, las prioridades de este mundo, lo que, le produce deleite a este mundo, primariamente, sino, que nosotros debemos ser transformados, y esa palabra habla, de un cambio, en nuestros corazones, y nuestras mentes, para que, para que, transformado en nuestro entendimiento, dice la escritura, comprobéis, la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, esa es la forma, que estamos llamados a vivir, si nosotros, hemos escapado, de esa muerte eterna, que nos espera, si, no conocemos a Dios, no solamente vemos, que es la muerte, vemos los dos tipos de muerte, la causa de la muerte, que el hombre no ha podido solucionar, que el hombre no pueda solucionar, hay personas, hoy en día, que los, los congelan, lo ponen, en un cuarto frío, mueren de un infarto, o mueren de una hemorragia, y la idea es, que cuando se descubra, la cura, para esa enfermedad, pueden otra vez, buscar el cadáver, que está conservado, tratar de la enfermedad, a ver si la persona vive, un cuerpo sin alma, no puede vivir, si uno, no va a vivir, es una sentencia, que el hombre, no podrá romper, la sentencia divina, de la muerte, por causa del pecado, imagínense, que se toman, siglos, para que en una sociedad, 5, 10, 15, 20 años, puedan, aumentarle, a la población, y todavía hoy, no existe una sociedad, que pueda vivir, 100 años, promedio de vida, 70 y pico, en los hombres, 80 y pico, en las mujeres, los países más altos, [33:08] Japón, 82, 83, las mujeres, un año o dos, de diferencia, la palabra de Dios, se cumple, el hombre, no puede vencer, la muerte, hace todo el esfuerzo, que puede, pero sin Dios, quien venció, la muerte, Cristo venció, la muerte, mostró, con su vida, obra, muerte, y resurrección, que tuvo poder, al punto, que vivió, 40 días, después de muerto, en esta tierra, él venció, la muerte, por su poder, el poder, del Espíritu Santo, y aquí, nos manda, a que, en vista, de una realidad, inevitable, nosotros también, vivamos, a esa luz, de esa vida, gloriosa, y que esperanza, tan grande, que sabemos, que, en el caso, del cristiano, es un paso, a otra vida, doloroso, sí, porque es la consecuencia, del pecado, trágico, sí, bien angustiador, pero imagínese, que usted, si conoce al Señor, va a despertar, a una bienaventuranza, inimaginable, y a un gozo, y a un deleite, incomparable, una persona, que muere en Cristo, no quiere volver, a este mundo, lo que quiere, es que los seres queridos, vayan donde él está, y eso trae una esperanza, que nada en este mundo, puede ofrecer, un mundo caracterizado, por lo temporal, por lo transitorio, por eso, en Eclesiastes, [34:38] Salomón le llama, vanidad, o sea, transitorio, que se va, y es para que nosotros, vivamos en este mundo, con esa conciencia, y hay tres puntos, que podemos ver ahí, el amor, debemos vivir, con el amor de Dios, que es, el fruto del espíritu, pero es el amor, más grande, cual, no un amor, meramente familiar, fraternal, y eso está muy bueno, el amor entre la familia, tremendo, pero aún para amarnos, entre nosotros, que no existen lazos familiares, aún para amar, un hermano, que nació en otro país, con una familia, muy distinta, de un color distinto, de una etnicidad distinta, pero hay algo, que nos une, cual, el amor de Dios, y pensando en eso, la adoración celestial, en Apocalipsis, capítulo 5, en el versículo 9, hablando sobre, la adoración celestial, la escritura, habla, el apóstol Juan, que, vi una multitud, de toda tribu, lengua y nación, alabando al Cordero, allí vemos, allí vemos, como el amor de Dios, trasciende, las barreras, que muchas veces, nos dividen, raciales, lingüísticas, étnicas, porque es el amor, más poderoso, y a la luz, de la muerte, de, si somos cristianos, debemos vivir, con ese amor, un amor que se manifiesta, en sacrificio, un amor que se manifiesta, en despojo, como nuestro Señor hizo, ese sería el otro punto, de vivir, como nuestro Señor vivió, a eso que tú estás llamado, si tú conoces a Cristo, a vivir como Él vivió, y número 3, tus prioridades, el poder mirar, que ocupa tu tiempo, primariamente, no vamos a tener mucho tiempo, con la familia, la ocupación, el trabajo, pero si Cristo vive en nosotros, sabemos que aún, para nuestras propias familias, lo más grande, es conocer al Señor, porque, porque es lo eterno, lo que prevalece, lo que no se va, todo lo otro, pasará, y lo que Cristo nos da, es eterno, perdurable, que nunca cesará, por tanto, tiene un valor, incalculable, entonces, esos, tres elementos, tenemos que tenerlo presente, para poder vivir, con sabiduría, a la luz, de la realidad, de la muerte, que vamos a enfrentar, en este mundo, y no solamente, la muerte temporal, sino también, la muerte eterna, entonces, en conclusión, hemos visto, tres puntos, que es la muerte, los dos tipos, de muerte que hay, la muerte, física, y la muerte, espiritual, que sin embargo, es una metáfora, como decíamos, para referirse, a la condenación, eterna, y número tres, cómo debemos, nosotros, vivir, a la luz, de esa realidad, y tenemos, que orarle al Señor, tenemos, que orarle al Señor, porque, estas vidas, nos hablan, como un imán, solamente, ocuparnos, de las cosas, de la tierra, que si, estamos aquí, para, tener responsabilidad, de las cosas, que Dios nos asigna, pero viendo eso, como un medio, de glorificar a Dios, porque cuando existe amor, entre nosotros, el mundo, no conoce ese amor, y ese amor, le muestra a Cristo, cuando existe santidad, separación, estamos en el mundo, pero no, somos del mundo, en sentido, de que no participamos, de su agenda, eso muestra a Cristo, y también, cuando vivimos, con ese amor, sacrificial, entonces, [38:38] como aplicación, podemos ver, uno, tenemos que meditar, en la muerte, pero para que, no para vivir, preocupados por ella, no para vivir, ahora obsesionado, con eso, eso no es lo que, la Biblia pinta, sino para vivir, nosotros centrados, en Cristo, y el tiempo, que estemos aquí, que lo vivamos, para glorificar a Dios, eso, la B nos muestra, que espíritu, está obrando, en nosotros, si nosotros vemos, que nuestra prioridad, es el reino de Dios, su palabra, el evangelio, y el amor, a su pueblo, y a los perdidos, vemos, que el espíritu santo, está obrando, en nosotros, y para, el que está aquí, que no conozca, al Señor, si tú estás aquí, sin Cristo, entonces, estás en un gran peligro, estás en un peligro, no solamente, de muerte física, temporal, ahora, sino de muerte eterna, pero Cristo, en su amor, te está trayendo, su palabra, y te está trayendo, el mensaje, para que, para que tú, vengan a sus pies, y quizás como, [39:49] Isaac, estaba aquí, dando su testimonio, tú puedas estar, también algún día, dando tu testimonio, de cómo Dios, te ha traído, de muerte, a vida espiritual, y a la bienaventuranza, más grande, y recuerda, que no es algo, que tú vas a hacer, en tu propia fuerza, sino es algo, que va a ser hecho, por el espíritu de Dios, el deber tuyo, es, buscarle, arrepentirte, ejercer fe, en su palabra, porque ese es el medio, que Dios, ha determinado, para la salvación, la escritura, habla, en el libro, de Eclesiastes, no recuerdo, exactamente la cita, creo que en el capítulo 7, que más vale, ir, a la casa, del luto, que a la casa, del banquete, porque lo que viven, lo pondrán, en su corazón, lamentablemente, muchas veces, vamos a un funeral, y usted ve personas, inconversas, y a los 5 minutos, están haciendo chistes, cherchando, sin pensar, que ellos van a estar ahí, en ese ataúd, sin saber cuándo, el sabio, la escritura dice, más bien aventurado, es a la casa del luto, que a la casa del banquete, porque los que viven, lo pondrán, en su corazón, entonces, meditemos, meditemos, a la luz, de esta realidad, inevitable, no para, obsesionarnos, con la muerte, jamás, sino para, andar sabiamente, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos, si estás aquí, sin Cristo, búscale, y entregale tu vida, y si eres creyente, hermano, pídele al Señor, que ponga esto, como prioridad, si no está en tu vida, sabiendo que tú, no lo haces solo, sino por el poder, del Espíritu Santo, vamos a orar al Señor, y a pedirle, que bendiga su palabra, gracias Padre, por tu palabra, porque ya es lámpara, nuestros pies, ilumbrera, nuestros caminos, que alumbre, en lugar oscuro, hasta que el día, esclareca Señor, y a pesar de que, traída por un hombre, débil, pecador, sin fuerza, sin poder, confiamos Señor, en que hará, todo lo que tú quieres, porque es tu palabra, y es tu Espíritu, el que la aplica, por lo que te pedimos, que vengas con poder, y la uses, para salvación, y para edificación, de tu pueblo, te amamos Señor, te glorificamos, y adoramos tu nombre, en Cristo Jesús, lo pedimos, y para su gloria, amén, amén, amén, aquí, por el Iglesia, por el Iglesia, y Phono, y UCLA, y aquí,