Transcription downloaded from https://sermons.gfchazleton.org/sermons/56422/traeis-el-hijo-vereis-mi-rostro/. Disclaimer: this is an automatically generated machine transcription - there may be small errors or mistranscriptions. Please refer to the original audio if you are in any doubt. [0:00] Antes de comenzar, quiero darle gracias a mis amados hermanos pastores que me han dado el privilegio de compartir la palabra de Dios con ustedes hoy. Y a cada uno de ustedes que han estado orando. [0:13] Somos un cuerpo. Somos un cuerpo y Él da dones a su iglesia. Vamos a leer en Génesis capítulo 43. [0:31] Pero voy a comenzar leyendo en el último versículo del capítulo 42 de Génesis. En otras palabras, Génesis 42, versículo 38. [0:44] Génesis 42, versículo 38. Dice así la palabra de Dios. De hecho, en 37. Y Rubén habló a su padre diciendo, Harás morir a mis dos hijos si no te lo devuelvo. [1:03] Entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti. Y él dijo, Jacob está respondiendo. [1:26] Versículo 1 de 43. El hambre era grande en la tierra. Y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre, volved y comprar para vosotros un poco de alimento. [1:44] Respondió Judá diciendo, aquel varón nos protestó con ánimo resuelto diciendo, no veréis mi rostro si no traes a vuestro hermano con vosotros. Si enviáres a vuestro hermano con nosotros, descenderemos y compraremos alimento. [1:59] Pero si no lo enviases, no descenderemos porque aquel varón nos dijo, no veréis mi rostro si no traes a vuestro hermano con vosotros. Dios dijo entonces a Israel, ¿por qué me hiciste tanto mal? [2:14] Declarándole al varón que tenías otro hermano. Y ellos respondieron, aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia diciendo, ¿vive aún vuestro padre? [2:25] ¿Tenéis otro hermano? Y le declararon conforme a estas palabras, ¿acaso podríamos saber que él nos diría, haced venir a vuestro hermano? Entonces Judá dijo a Israel, dijo a Israel su padre, envía al joven conmigo y nos levantaremos e iremos a fin de que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños. [2:50] Yo te respondo por él, a mí me pedirás cuenta si yo no te lo vuelvo a traer y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre. Pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces. [3:06] Entonces Israel su padre le respondió, pues que así es, hacedlo. Tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos. [3:18] Llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirras, nueces y almendras. Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales. [3:36] Quizás fue una equivocación. Tomad también a vuestro hermano y levantaos, volved a aquel varón. Y el Dios omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón y os suelte al otro vuestro hermano y a este Benjamín. [3:55] Si he de ser privado de mis hijos, séalo. Entonces tomaron aquellos varones el presente y tomaron en su mano doble cantidad de dinero y a Benjamín. [4:06] Y se levantaron y descendieron a Egipto y se presentaron delante de José. Y vio José a Benjamín con ellos y dijo al mayordomo de su casa, Lleva a casa a esos hombres y desgüeya una res preparada, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía. [4:24] E hizo el hombre, como José dijo, y llevó a los hombres a casa de José. Entonces aquellos hombres tuvieron temor cuando fueron llevados a la casa de José y decían, Por el dinero, por el dinero que fue devuelto a nuestros costales la primera vez, nos han traído aquí para tendernos lazo y atacarnos y a nuestros asnos. [4:47] Y se acercaron al mayordomo de la casa de José y le hablaron a la entrada de la casa y le dijeron, ¡Ay, Señor nuestro! Nosotros en realidad, de verdad, descendimos al principio a comprar alimentos. [5:00] Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, y aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal. Nuestro dinero es justo, en su justo peso, y lo hemos vuelto a traer con nosotros. [5:14] Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos. Nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en esos costales. Él les respondió, paz a vosotros, no temáis. [5:28] Vuestro Dios, el Dios de vuestro Padre, os dio el tesoro en vuestros costales. Yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos. Y llevó aquel varón a los hombres a la casa de José y les dio agua, lavaron sus pies y les dio de comer a sus asnos. [5:47] Y ellos prepararon el presente entre tanto que venía José al mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan. Vino José a casa y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa y se inclinaron ante él hasta la tierra. [6:04] Entonces les preguntó José, José, ¿cómo estaban? Y dijo, vuestro Padre, el anciano, ¿qué dijiste? [6:16] ¿Lo pasa bien? ¿Vive todavía? Y ellos respondieron, bien va a tu siervo vuestro Padre. Aún vive. Y se inclinaron e hicieron reverencia. Y alzando a José sus ojos, vio a Benjamín, su hermano, hijo de su madre, y dijo, ¿es este vuestro hermano menor de quien me hablasteis? [6:40] Y dijo, Dios tenga misericordia de ti, hijo mío. Entonces José se apresuró porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano. [6:52] Y buscó donde llorar. Y entró en su cámara y lloró allí. Y lavó su rostro y salió y se contuvo. [7:03] Y dijo, poned pan. Y pusieron para él aparte, separadamente para ellos y aparte para los egipcios, que comían porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación para los egipcios. [7:17] Y se sentaron delante de él el mayor conforme a su primogenitura, el menor conforme a su menor edad. [7:28] Y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro. Y José tomó viandas delante de él para decir para ellos, más la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. [7:46] Y bebieron y se alegraron con él. Vamos a orar. Señor, queremos encomendar este tiempo delante de ti. Es difícil leer esta historia sin que se nos conmuevan nuestras entrañas, Señor. [8:00] Hay mucha intensidad en esta historia. Pero nos gozamos porque tú la has revelado, la has dejado para que aprendamos de ella. [8:12] Amén. Glorificate en medio nuestro y háblanos mediante tu palabra y con la asistencia de tu Santo Espíritu. Y lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo. [8:23] Amén. Como leímos en el último versículo del capítulo 42, dice así. Jacob hablando, No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ya ha muerto. [8:41] Está hablando de José. Es el padre de José. Su hermano ya ha muerto y él solo ha quedado al otro hermano que se llamaba Benjamín. [8:54] Para hacerles el recuento de la historia, los que están aquí por primera vez, brevemente, hemos estado estudiando la historia de José. Jacob tenía doce hijos. [9:06] José fue vendido porque sus hermanos le tenían envidia y celo. Era un hombre obediente, un hombre piadoso. Su padre tenía un afecto especial por él y le hizo una túnica de colores. [9:20] Pero sus hermanos lo aborrecían. José tuvo unos sueños incluso donde veía el sol y la luna y las estrellas inclinándose ante él. Y sus hermanos entendieron, no, tú te estás refiriendo a que un día nosotros nos vamos a humillar ante ti. [9:32] Y estaban enojados con él. Fíjense, lo que estamos leyendo y oyendo con el tiempo. La cosa es que hubo una hambruna en la tierra. Y tuvieron que enviar, Jacob tuvo que enviar a diez de sus hijos a Egipto donde había comida. [9:52] Guardó el pequeñito Benjamín, precisamente. Me quitaron a José. Y al pequeñito mío, yo no lo mando. No, ese se queda conmigo aquí. [10:03] Bueno, la cosa es que ellos se van a Egipto a presentarse delante del Señor de aquella tierra. El encargado de vender y de abrir los graneros para vender a quien él quería y a quien no quisiera. [10:15] Y resulta que cuando llegan allá los diez hermanos, se encuentran. Ellos no sabían que José era aquel hombre, el Señor de la tierra. Su hermano que habían vendido y que lo daban por muerto. [10:26] José los reconoce y no dice nada. Sus entrañas se conmovieron a ver a sus diez hermanos. No solamente que llegaron a donde él, sino que se postraron. [10:36] Seguiraron a tierra. Obviamente, él se había soñado con sus hermanos postrándose delante de él. Y dice que fingió que no los conocía. [10:48] Ellos no lo reconocieron a José, pero José sí los reconoció a ellos. Y se guardó eso para sí mismo. Lo trató como espía. Les habló severamente, áperamente. Pero él quería saber de su padre. [10:59] Y de su hermano menor, Benjamín. Vive aún vuestro padre. Vive aún vuestro hermano. Y él con eso sintió probablemente paz. [11:09] Un momento se apartó a llorar porque realmente sus entrañas se conmovían. Era muy difícil guardar y pretender que no conocía a sus hermanos. Y vamos a ver más adelante. [11:21] Vamos a aprender de todas estas cosas. Cómo José era un hombre que confiaba en Dios. Él se hubiera dicho en ese momento, yo soy José. Búsquenme a mi padre. No, él no estaba forzando la providencia divina. [11:32] Y también tenía cosas que enseñarle a sus hermanos. La cosa es que él le dice, ustedes son unos espías. ¿Por qué no me traen al hermano? Tráenme al hermano y si no quedan presos aquí. [11:42] Los metió presos por tres días. Y después decidió, cambió de plan y dijo, me quedo con uno de ustedes. Y ustedes no van a regresar a la casa. Cuando ustedes me traigan a Benjamín, al otro. [11:55] Pues él nos dijo, obviamente, él supuestamente no conocía a Benjamín, su hermano. Cuando me traen al otro hermano, entonces el que se queda preso conmigo, yo se los suelto. La cosa es que los trató a peramente. [12:07] Estaban amedrentados. Y se estaban preguntando, oye, este mal que nos ha llegado, ¿de dónde vienen todas estas cosas? Bueno, la cosa es que por encima de todo eso está el plan eterno y divino de Dios. [12:20] Se quedó con Simeón como un rehén con el hecho de libertarles cuando le trajeran a su hermano. Vamos a estar viendo dos puntos hoy. [12:33] El primer punto es, si no traéis al hijo, no veréis mis rostros. Si ustedes no me traen al hijo, no veréis mis rostros. [12:44] Y el segundo punto, trayendo lo mejor de la tierra al Señor. Trayendo al Señor lo mejor de la tierra. Vamos a comenzar con el hecho de que, si no me traen al hijo, José les dice, si no me traéis a vuestro hermano menor, ni intentes ver mis rostros porque no voy a acceder. [13:07] No me van a ver mis rostros. Al hijo de Jacob, al menor. Si no traéis al hijo, no veréis mis rostros. Esta es una narrativa, como dije, muy intensa. [13:19] Y miren como yo quiero comenzar ahí, por eso quiero comenzar en el último versículo del capítulo 42. Escuchen esto. Jacob dice, no. No descenderá. [13:32] Mi hijo, el pequeñito mío, no. Él no va. No va con vosotros, pues su hermano ha muerto y él me ha quedado este solito. Y si le aconteciera un desastre en el camino, viajando como sea, que se muera un animal o un accidente, yo no voy a descender con dolor al Seol. [13:52] Seguimos leyendo. El próximo versículo dice así. Hambruna grande en la tierra. Había una hambruna terrible. [14:09] Y, miren lo que dice el versículo. Y aconteció que cuando se le acabaron los alimentos, cuando acabaron de comerse el trigo que le quedaba, que habían comprado, su padre le dijo, regresen, vuelvan de nuevo, que ven como Dios en su providencia divina tiene control de todo. [14:37] Él dijo, yo no voy. Y dice, pero había una hambruna a muerte. Y Dios dice, tú no vas, no te apures, vamos a ver unos días. [14:47] O sea, cuando se acabó la comida, ustedes van ahora. Oyeron, ustedes se van. Pero Judas dice, no, no vamos a ir. [15:00] El Señor de la tierra dijo que si no veníamos con su hijo, no íbamos a ver su rostro. Si tú no mandas a tu hijo, no podemos presentarnos ante el Señor de la tierra. [15:11] Y no, y no. Y argumentó y argumentó. Si no enviases a nuestro hermano con nosotros, no descenderemos. Y no te vamos a comprar alimento. [15:22] Pudiera parecer una rebelión. Pero, ¿qué hacían ellos yendo? De hecho, con el temor que le infundió José, ellos no se iban a atrever. Y que le dejaron a un hermano preso. No iban a tomar la cosa a la ligera. [15:33] A su papá le dijeron, nosotros no vamos. No, si tú no estás dispuesto a ceder a tu hijo, ni lo intentes. Que para allá no vamos. Si no traes a mi hijo, no veréis mi rostro. [15:46] Entonces, como les digo, es el hombre libre de hacer lo que quiera en la creación de Dios. Eres tú libre de hacer lo que tú quieras con tu vida. [15:56] Si no. Tú decidiste quiénes iban a ser tus padres. Antes de tu nacer, tú le dijiste a Dios, mira, ¿tú sabías qué? Yo quisiera que mi papá fuera fulanito y fulanita. [16:07] Y yo quiero nacer en Rusia o en Alaska. ¿Tienes tu poder para eso? ¿Controlas tú a Dios? Pregunto. Entonces, ¿qué es la providencia de Dios? [16:22] La providencia de Dios, según en la confesión de fe, dice en el capítulo 5, párrafo 1, Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita, sostiene, dirige, dispone, gobierna todas las criaturas. [16:44] Y cosas. Desde la más grande hasta la más pequeña. Por su sabia y santa providencia. [16:55] Dios cumple con los propósitos para los cuales él creó estas cosas, conforme a su presencia infalibre y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia. [17:10] De modo, y esto es parte del párrafo siguiente en la confesión de fe, de modo que nada ocurre por suerte o fuera del estado de su providencia. [17:22] Dice Jacob, yo no voy. Y Dios manda una hambruna y le dice, le acaba la comida. Y entonces, ¿qué pasó con Jacob? Cambió su mente. [17:35] ¿Quién determinó que él iba a tener que humillarse? Dios. Dios es extraordinario. El Señor de... [17:45] El Dios Señor de toda la tierra, de quienes son todas las cosas, tiene un ejército absoluto dominio sobre su creación. Como dije, en términos teológicos se llama la providencia de Dios. El recuento de la historia de José que estamos leyendo y del cual hemos estado aprendiendo, grandemente nos manifiesta la providencia de Dios. [18:07] Estos hermanos amedrentados, el papá dice, yo no voy a perder mi otro hijo, sin saber que el Señor de la tierra era José mismo. Ni sus hermanos lo sabían. [18:17] Ellos estaban turbados. Estaban amedrentados. Y dijo mi papá, yo no mando a mi otro pequeñito, no voy a perder el único que me queda. [18:30] Por encima de todo, ¿cuál era el plan divino? Preservarle sus vidas. Que vamos a ver más adelante, con el que le toque predicar esa porción para donde se completa la historia de José. [18:43] Si no enviarles a vuestro hermano, no descenderemos y no compraremos. Si no envías, no iremos. Y él dice, ¿por qué me habéis hecho tanto mal? [18:56] Oigan, les dice a sus hijos, ¿por qué me habéis hecho tanto mal? Los hijos vendieron a José. [19:10] Por causa de eso, su papá había sufrido grandemente. Y en un sentido, sí. Los hijos eran responsables del mal que estaba sufriendo su padre. Porque un mal hijo es un dolor de cabeza. [19:21] Le quebrante el corazón a cualquier padre. Cualquiera. Aunque estén adultos. El padre sufre cuando sus hijos andan descarriados. Y él dice, y en un sentido, le está acusando a sus hijos, ¿por qué me habéis casado tanto mal? [19:36] ¿Era eso cierto? Sí. Pero ¿quién estaba por encima de eso? Porque todas esas cosas tenían que suceder hasta que llegara a desvelarse ese rompecabezas, que estaban las piezas un poco confundidas. [19:50] En ese momento no era fácil de ver para dónde era que iban estas cosas. Por eso que ya al final, cuando él dice, bueno, pues si mi hijo tiene que ir, si eso es lo único que nos queda, porque hay un argumento. [20:11] Judas les dice, papá, el problema es el siguiente. Ya no hay comida. Y para nosotros salvar tu vida, la de nosotros, la de nuestros hijos, hay que enviar a tu hijo. [20:32] ¿Están entendiendo? Para nosotros poder sobrevivir, tú tienes que negarte y entregarme a tu hijo. ¿A qué le suena esta ilustración? Como que suena algo, como una alegoría de algo que va por encima de eso. [20:45] Si el Señor no entrega a su hijo a Jesucristo, no hay salvación, no hay rescate, no hay vida. La Biblia está llena de alegoría. Y una alegoría tras otra, en el libro de Daniel, encontrándome distintas cosas. [20:58] ¿Cómo se asemejan estas cosas a Jesucristo? Y él le dice, pero oigan esto, hay más todavía. Dice, yo les quiero mencionar, dice, a menudo en nuestras vidas nos encontramos en situaciones como estas. [21:14] No entendemos el por qué estamos sufriendo. No entenderemos por qué estas aflicciones, por qué estas cosas que a veces son hasta descabelladas que nos acontecen. [21:26] Y de paso, esta semana, como me tocaba predicar, pasaron cantidad de cosas esta semana que yo no había visto hacía mucho tiempo. Y yo estoy sorprendido. De hecho, anoche, yo supuestamente ya en la nochecita me iba a sentar a preparar el mensaje. [21:41] Mi esposa me llama. El carro se me quedó, la batería está muerta. Ok. O sea, la providencia de Dios. Y resulta que Dios se glorificó porque era cerca de la casa, nos fuimos a pie. [21:56] La batería parece que no funcionaba, ni hija, ni hija. Y tan pronto yo llegué donde estaba el vehículo. O sea, nosotros de hecho venimos en Uber o en la iglesia porque el carro no está funcionando. Pero anoche, Dios manifestó quién estaba en control. [22:09] Yo fui a recatar a mi esposa. Dice ella, llamamos al triple A. Digo yo, no, yo voy para allá. Cogimos para allá con Fritz. Yo llegando al vehículo, abro el bonete. Y al lado ahí había un señor y su esposa que acababan de llegar. [22:22] Se estaban bien, se iban a ir y nos miran. Y dice, ¿tiene problemas el vehículo? Y le dice Fritz, yes. Y él saca un cosito de este tamaño, una cajita. [22:38] Y coge, lo abre, un cargador de batería. Yo no le, nadie le dijo, ayúdame. Él cogió su cajita, conectó el asunto. [22:49] Y el carro funcionó inmediatamente. ¿Qué le parece? Hace Dios grande milagro. Es el Dios de la providencia. Yo hubiera podido haber decidido, ¿y cómo es posible que ahora yo no voy a poderme preparar para el mensaje? [23:02] Porque mire, ¿cómo pasan estas cosas? Pero Dios nos prueba. Entonces, cuando estamos en una situación aflictiva que no entendemos, podemos aprender de José. [23:13] Podemos aprender de esta historia. José no sabía el plan de Dios. Y dice, y acusa a mis hijos. Es por culpa suya que estoy mal pasando. A veces no quiero echarle la culpa a alguien. [23:25] Hoy leemos en la escuela dominical acerca de Job. Dice, Job no atribuyó despropósito alguno a Dios. Cuando murieron sus hijos, cuando perdió su ganado, cuando perdió toda su pertenencia, todo lo perdió, pam, pam, pam, pam, pam. [23:36] Y dice, dice Job, desnudo vine del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. Jehová me dio y Jehová me quitó. [23:47] Sea el nombre del Señor bendito. Hay que amar al Señor para cuando las cosas no nos salen como pensamos, poder dar la gloria a Dios porque Dios nos va a probar. El fuego se va a aumentar para ver en quién confiamos. [24:03] ¿Tiene Dios control o no? ¿Es el Dios de la providencia o no? Cuando finalmente, dice entonces, en el versículo 8, entonces Judá le dijo a Israel, su padre, perdón, cuando finalmente Jacob se decide, por el argumento de su hijo, que iba a mandar a Benjamín, si pues, si así es, le dice, que así sea. [24:40] Si ya no hay otra salida, por, estamos en peligro, yo, mis hijos y vuestros hijos. Si yo no me desprendo de mi único, porque de hecho, él dice, cuando él dice, y solo él me ha quedado, cuando él dijo, yo no mando a Benjamín, porque solo él me ha quedado, eran 10 hijos, eran, de hecho, eran 11. [25:07] Sabemos que hay unos que quedó preso, pero ese ni se menciona. Él no estaba preocupado por el que se quedó preso, a lo mejor no era un, a lo mejor no era tan, teadoso, vamos a decir, pero él estaba sufriendo por el pequeñito. [25:22] Y oigan esto, cuando nació, Benjamín y José fueron los dos hijos de Rebeca. Rebeca fue la mujer que Jacob más amó, pero Rebeca murió dando parto a Benjamín. [25:38] Y escuchen esto, Rebeca le llama muriéndose, Ben a mí, que quiere decir, hijo de mi dolor. Pero el padre dice, no, no se va a llamar Ben a mí, se va a llamar hijo de mi mano derecha. [25:57] Benjamín era hijo de mi dolor, y el hijo de mi diestra. Y de nuevo, lo que tiene, lo que la mente le está corriendo, que ustedes están mirando, el hijo de mi dolor lo tengo que entregar, y el hijo que está a mi diestra, también hay que entregarlo. [26:14] ¿De quién estamos nosotros, más o menos, pensando? ¿Eh? Y él le dijo, si tú no envías a tu hijo, no vamos a ver su rostro, no veremos el rostro del Señor. [26:28] Finalmente, él accede. Él accede y los manda. Yo quiero mencionar aquí el hecho de, hay muchos, muchas personas, que uno como creyente, en el caminar diario de la vida cristiana, hay muchas personas que pretenden que van camino al cielo, o que piensan que van camino al cielo. [26:58] Algunos, diferentes cosas que voy a mencionar un poquito más adelante, pero, no llevan consigo al hijo. [27:10] Muchas personas dicen, yo soy creyente, yo algún día espero ver el rostro de mi Dios, algún día espero tener entrada, acceso, pero ¿saben qué? No llevan consigo al hijo. [27:24] Jesucristo no anda con ellos. Y pudiera ser como, sí, tú pudieras decir, bueno, yo acepté al Señor en una cruzada evangélica, o en un servicio a una iglesia, hace tanto, 15 años, 20 años, cuando tenía 7 años, o cuando fue un adolescente, yo acepté al Señor Jesucristo, como mi Señor y Salvador. [27:48] Yo tengo una profesión de fe, ya yo sé que dentro del cielo, porque todo es por fe y es por gracia. Algunos dirán eso. Otros dicen, bueno, yo nací en la iglesia cristiana evangélica, yo soy un cristiano. [28:01] Otros aceptan el evangelio y lo acomodan a su conveniencia. Piensan que van camino a la cana celestial y han acomodado lo que van a hacer con el evangelio. [28:18] Y vamos a ver, vamos a detallar un poquito esto más adelante, pero si no tenemos, si no traemos al hijo, no vamos a ver el rostro de Dios. Eso no quiere decir, por si acaso dice, ah, pero esto está confuso, bueno, los hermanos de José pudieran haberse ido a Egipto, y José iba en una caravana por ahí y ellos podían ver su rostro, pero a eso que se refiere, podían verle la cara, pero no era eso que se refería, ¿verdad que no? [28:47] Era algo más profundo de ahí. No iban a ser recibidos. Ustedes van camino al cielo sin Jesucristo. No van a ver el rostro de Dios. [29:02] No lo van a ver. Si no viene con ustedes el hijo de aquel varón de sufrimiento, de dolor, no lo van a ver. [29:13] Si no van con aquel que está sentado a la diestra de Dios en las alturas, no lo van a ver. No van a llegar, no van a llegar a aquel día donde ustedes piensan que van a llegar. Como vemos, hay muchas analogías en este pasaje. [29:35] Hay un texto en Hebreos, yo he estado leyendo en el libro de Hebreos y hay muchos pasajes. El Señor hace referencia a su pueblo en Israel, a su pueblo durante la esclavitud a Egipto cuando fueron librados estaban en el desierto. [29:56] Y es un pasaje largo que habla acerca de, no sé si quiero entrar ahí al pasaje, pero la cosa es que Dios les advierte en su palabra que ellos no entraron al reposo porque no tuvieron la fe, no estuvieron dispuestos a obedecer a Dios porque carecían de la fe que necesitaban. [30:30] Sabemos que pudiéramos decir muchos de nosotros como en el libro de Santiago, yo tengo fe, yo pienso que voy al cielo, pero si yo traigo a Cristo conmigo, eso implica que mi vida va a estar transformada de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, todas son ellas nuevas. [30:59] A veces nosotros queremos ser el espíritu santo de los hermanos, hermano, ¿por qué no vas a la iglesia? o quisiéramos ver que los hermanos leyeran sus Biblias o quisiéramos ver a los hermanos con más vida espiritual, con anhelo por el reino de Dios, por anhelo por el servicio, que queremos ser su espíritu santo, pero eso es una obra divina, eso es una obra del cielo, nosotros no podemos ser el espíritu santo, cuando venimos a Cristo, Dios promete darnos una nueva vida, si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas, entonces finalmente Jacob decide, les voy a enviar a mi hijo, y esto nos va a llevar al punto número dos, el punto número dos, y escúchame que se han extraviado un poco los papeles aquí, pero el punto número dos es que debemos traer lo mejor, al Señor tenemos que traerle lo mejor, y donde vemos esto, bueno, en el versículo once, dice Israel, entonces Israel su padre les respondió y les dijo, pues que así es hacerlo, tomar de lo mejor de la tierra en vuestros sacos y llevar a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirras y nueces y almendras, de decir que no va con los argumentos, la hambruna, la necesidad, aún de salvar la vida de su familia, él decide que iban a ir, pero ahora él va en los términos, él tiene que ir con los términos, entonces que hace él, él decide, su padre le dice, pues si así es, hacerlo, tomar de lo mejor de la tierra en vuestros sacos y llevar a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirras, nueces y almendras, pero eso era todo lo que tenían que llevar, sigue, y tomar en vuestras manos doble cantidad de dinero y llevar en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales, quizás fue una equivocación, pero faltaba todavía algo más, ¿era suficiente? [33:39] Faltaba algo más, tomar también a vuestro hermano y levantaos, váyanse en otras palabras, una breve ilustración para explicar esto, imagínense que el multimillonario, yo quería mencionar a una persona popular, pero dije, por si acaso no causa problemas en la mente con asuntos políticos, el multimillonario Dupont, de la familia Dupont, que son dueños de todo, eran dueños de todas estas minas por donde vivían, ellos eran dueños de todas esas, hacían explosivos y en Longwood Gardens ellos son los dueños de eso, son personas multimillonarias y bueno, la cosa es que imagínense que una de las familias Dupont nos envía a uno de nosotros una invitación, eligió a uno de nosotros porque él iba a tener una recepción en el penthouse más lujoso de Manhattan y te mandó la invitación a ti diciéndote que esperaba, que contaba contigo y un cheque de 10 mil dólares para que lo cambiases y pudieras proveerte de transporte, hospedaje y de tu ajuar, pero a ti te llegó esa invitación, ahí iba a estar la prensa, ahí van a estar, eso iba a ser televisado y te recibe y vinieron a traértelo en persona a tu casa, una comisión, aquí también usted fue elegido para ser invitado a esta recepción, wow, que ustedes harían como decía el pastor esta mañana cuando hay una noticia buena, uno quiere compartirla, como es posible, si ahí está mi nombre, cheque a nombre mío, ese soy yo, que ustedes piensan si el día de la recepción yo que fui invitado digo wow, a qué hora la recepción, a las 7 de la noche, wow, yo como que estoy un poco cansado, yo como que oye, dime, y qué ropa voy a poner el día de la recepción, ustedes creen, ustedes creen que va a ser así o no, verdad que no, no, si soy yo, cojo un avión o un carro, voy a ver por dónde que se entra el edificio, qué tipo de ropa voy a tener que usar y de ellos se prometían grandes cosas en esa reunión a los que estaban invitados, o sea, toda la de ganar, ustedes creen que la persona ese día va a decir oye, pero yo estoy muy cansado, yo tenía que ir a esa recepción, wow, qué cosa tan difícil, no, qué vestimenta voy a poner, no, yo estoy seguro que una semana un mes antes ustedes fue a la tienda a donde trabajaba mi hermano, al mejor estilista a ponerse el vestido que mejor le iba a quedar para esa reunión, o sí o no, estoy yo asagrando y que a la hora de comenzar la ceremonia usted probablemente iba a estar ahí un par de horas antes por si acaso, se le dañaba el carro para no faltar, porque su nombre estaba escrito, usted iba a ser anunciado, se está esperando por usted en medio de todo su dignatario, ¿verdad que sí? [36:49] entonces, lo que me quebranta a mí el corazón es, cada domingo hay una invitación, Dios nos regala un día de siete y dice, ese día es para mí, pero aparte de eso él nos ha invitado a una reunión especial donde él va a estar presente y él quiere que lo adoren, cuando José fue a llevar, cuando José dijo, ese señor de la tierra, yo no lo voy a mandar a ustedes sin nada, él pensó, recuerden que estaban en hambruna, estaban en escasez, él nos dijo, él entiende si yo estamos en escasez, yo en vez de mandarle un saco de avellana, le voy a mandar lo que me sobró, tres granitos de maní, porque las avellanas son más caras, vamos a mandar un poquito de maní, ustedes creen que eso no fue lo que Jacob hizo, Jacob decidió, vamos a mandarle lo mejor, lo mejor de aquí, a ese señor, y así hicieron, armaron sus, él les dice, que les llevó, llevaron bálsamo, él les dijo, lleven bálsamo, vamos a decir un cuento, cuando venimos a adorar al señor, por lo menos una bañadita, por ahí hay un libro aquí tradicional en América, cerca aquí del norte, parece que no había mucha agua, o que los baños no eran tan accesibles, pero ellos se bañaban el día antes del día de reposo, ese era el día que tocaba la bañera, y se tomaban turnos en el agua, porque venía el día de reposo y bañaban a la familia ese día, entonces cuando traemos el ungüento, es como quien dice, yo voy a estar en la presencia del señor, por lo menos una bañadita, por lo menos déjame poner presentable, voy a reunirme con el Dios del universo, aromas y mirra, un poquito de miel, la Biblia nos dice que más dulce que la miel, ¿quién es? [38:57] La palabra, Salmo 19, tu palabra es más dulce que la miel, entonces vamos a venir a la iglesia lleno de la palabra de Dios, acuérdense que queremos agradarle al señor, Jacob quería agradarle al señor de Egipto que era su hijo que no sabía, nosotros venimos a la iglesia a agradarle al señor del universo, pienso yo, queremos agradarle al señor del universo, vamos a llevarlo mejor, vamos a llenarnos de la palabra de Dios, aromas y mirra, en el libro de Apocalipsis vemos que las oraciones de los santos eran el incienso que subía en la presencia de Dios, podemos llegar a la iglesia lleno de oración, de incienso y mirra, y simplemente esto es alegórico, es para que aprendamos de las escrituras, y ustedes dirán, y yo voy a llevar nueces y almendras a la iglesia, si yo le busqué una aplicación a eso también, yo voy a ir a la iglesia porque puede haber un hermano que necesite que yo lo anime ese día, que le dé un poquito de alimento, un poquito de comida, una comidita, una vitaminita, y ustedes pueden venir a la iglesia preparados con nueces y almendras, ¿quién necesita a lo mejor una sonrisa? [40:13] A lo mejor usted no tiene a alguien que le haya sonrido en la semana, o usted está pasando un momento difícil, así es que nosotros venimos preparados cuando venimos a reunirnos con el Dios del universo cada domingo, yo pregunto, si ese multimillonario que te invita, tú haces el esfuerzo de prepararte de antemano, aún las ropas que te vas a poner, si vamos a darle lo mejor al señor, y déjenme mencionar en Haití, yo viví en Haití, aquí hay un par de hermanos en Haití, había una señora cuando yo viví en Haití que trabajaba en la cocina, desde temprano hasta la noche, porque había muchísima gente y era el día entero cocinando, llena de sudor, cocinando, y un día, uno de los jefes que era brasileño, un domingo la ve en la calle y no la reconoció, madame si, si, porque, porque en Haití la mejor ropa de gala se usa para ir a la iglesia y ella estaba vestida para ir a la iglesia con su sombrero, sus zapatos y su ropa de gala y él no la reconoció, entonces, ¿cómo venimos nosotros a la iglesia? [41:25] con la ropa que me sobra o la que está rota porque no me importa a dónde yo voy a reunirme con mi Dios, ¿es esto un salón de exhibición? No, pero Jacob no tenía que darle lo mejor a José, pero él decidió, yo le voy a dar lo mejor al Señor de la Tierra, entonces, eso para nosotros, nosotros le estamos dando al Señor lo mejor, seguimos, doble porción de dinero, vino con el dinero, lleven el dinero, podemos traer dinero a la iglesia, bueno, conforme Dios nos prospera nosotros le damos a él y aquí están las ofrendas, vamos a ofrendar de lo que Dios me da, Señor, ahí va el dinero, pero ellos llevaron doble porción, ¿por qué? [42:02] Por si acaso fue una equivocación y no quedar como farsantes, como malichores, a veces nosotros el domingo se nos olvidó traer el dinerito o no, yo no recuerdo cuándo me salió el cheque, entonces, quizás no lo traje este domingo, entonces, el próximo digo yo, por si acaso yo no deberle a Dios, déjame llevarlo doble, yo no quiero deberle a Dios, yo mejor cualquier cosa pero no a Dios, entonces vinieron preparados, pero faltaba todavía algo más, tenían que traer al hijo, si tú vienes aquí a la iglesia cada domingo y tú no traes a Jesucristo, no pienses que vas a ver el rostro de Dios, no, no te engañes, si tú no traes a Jesucristo, tú no verás su rostro, y eso se lo digo a los no creyentes, pero quiero también que los que son cristianos piensen, es así que nosotros nos comportamos, las personas que nos están mirando afuera, cuando nos ven a nosotros venir a la iglesia, nos ven que vamos a la reunión más importante del universo o nos ven que hay, hay que ir otra vez al servicio, llegó el domingo, hay que ir a la iglesia, cuál es tu actitud ante Dios, si tú llegas a la reunión del Dupont al Penhau de Manhattan y llegas con una cara larga, ¿dónde que hay que sentarse aquí? [43:26] es una deshonra para el que te invitó, ese no fue el propósito, pero es para que pensemos en estas cosas, entonces, ¿qué hemos visto hasta ahora? [43:40] Hemos visto que si no traemos al hijo no vamos a ver el rostro de Dios, Jacob no podía, no podían ver sus hermanos ver a José si no llevaban su hijo, ellos llegaron a Egipto, se postraron, se postraron de nuevo delante de José, José cuando vio a su hermano se conmovieron las entrañas como dijimos y mandó a prepararle a mandar un becerro en lo que José llegaba al mediodía el mayordomo el mayordomo siguió las instrucciones de su amo y voy a hacer un señalamiento aquí, José le dijo una vez a su mayordomo mata una vaca e invítalos a comer y ¿saben lo que hizo el mayordomo? [44:34] Obedeció de una vez. En otra ocasión José les mencionó a ellos y les dice yo temo a Dios y la pregunta que pudiéramos hacernos aquí José tenía temor de Dios aún el mayordomo que trabajaba para José parece que también tenía temor de Dios porque más adelante dice cuando ellos le dicen señor mira cuando abrimos los sacos encontramos el dinero y están ellos ahí y que le dijo él paz a vosotros él le dijo paz a vosotros no temáis vuestro Dios el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros corazones el mayordomo que trabajaba para José ustedes piensan que pudiera pudiera ser un cristiano también pudiera ser pudiera ser que sí por la influencia de José probablemente José amaba a Dios entonces le pregunto a ustedes y que que versión de la Biblia leía José cómo es que José se está comportando como un cristiano cómo es que José viendo todo esto aconteciendo como les dije anteriormente él podría decir mire yo soy José búsqueme a su padre que yo tengo años que no lo veo él confió en la providencia divina le voy a hablar áperamente ellos quizás aprendan la lección y voy a esperar que me traigan a mi hermano y lo esperó de hecho ni siquiera pidió al papá él se sometió a la voluntad de Dios porque Dios está en control absoluto de todas las cosas ¿sí o no? [46:16] entonces la respuesta ¿a qué versión de la Biblia leía José? yo creo que él no tenía una versión de la Biblia ¿ustedes creen que la tenía? José tenía el Espíritu de Dios enseñándole todas las cosas los cristianos se nos ha prometido que Dios no iba a dar su Santo Espíritu para poner su ley en nuestros corazones para que nosotros ¿qué? [46:38] decidiéramos cuándo obedecer y cómo o para que nosotros obedeciéramos a Dios ¿para qué? ¿para qué Dios no da su Espíritu? es para transformarnos para poner su ley en nuestros corazones para que nosotros andemos en obediencia no me quiero ir por la tangente pero por ahí hay personas que dicen porque estamos estudiando el Día del Señor en la Escuela Dominical y les voy a animar que vengan a la Escuela Dominical porque estamos estudiando la importancia de adorar a Dios y la importancia de estar reunidos aquí adorando a ese Dios pero hay personas que dicen oh en el Nuevo Testamento no se repite el mandamiento que hay que obedecer el cuarto mandamiento no se repite claramente parece que no leen su Biblia porque la Biblia del Nuevo Testamento está lleno de problemas en el día de reposo tengo un pasaje bien largo aquí que no lo voy a leer por el asunto del tiempo de ese reposo que el pueblo de Israel no obtuvo en el desierto porque había un reposo que no ha llegado un reposo que nosotros anhelamos llegar cuando el Señor se consuma todas las cosas pero la pregunta es ¿cuántas veces tiene Dios que dar un mandamiento para que nosotros lo obedezcamos? [47:55] ¿cuántas veces tiene Dios que decir seis días tu trabaja y uno es mío? ¿cuántas veces tiene Dios que repetirlo? ¿tiene que repetirlo quince veces o con una es suficiente? el mayordomo no le dijo a José ¿tú estás seguro que tú estás seguro que debo matar a la vaca? [48:11] esos son gente que son egipcios y no pueden ni siquiera comer contigo ¿cómo va? él no argumentó ¿sí o no? él no argumentó él obedeció a su amo Dios espera que nosotros lo obedezcamos a él pero ¿saben qué? [48:25] de todas estas cosas que ellos trajeron lo necesario era que trajeran al hijo tú estás aquí como te he dicho cada domingo sin el hijo tú vienes aquí y dices bueno yo voy ahora en adelante a traer mi mejor ropita para ir a la iglesia porque quiero honrar a Dios digo yo no poniendo no poniendo reglas simplemente eso es personal porque la apariencia es la de los fariseos que no cuenta para nada cuando ustedes hacen las cosas y tienen el hijo en su corazón no hay que decirle qué hacer o qué no hacer a Jacob nadie le dijo dale lo mejorcito él dijo yo le doy lo mejor aunque tengamos escasez lo mejor de aquí se va para allá cuando tú vienes a la iglesia los que están alrededor tuyo ven que tú tienes lo mejor para Dios cuando tú vienes aquí como tú te vistes como te comportas si si el pastor te va predicando y a lo mejor no es lo que a ti te gusta estás tú ahí orando con el pastor o te está quejando porque no el pastor no supo cómo predicar tú puedes decidir a que tú vienes a este lugar tú puedes venir aquí a quejarte y a dar opiniones o tú vienes aquí preparado a adorar al Dios que está aquí en medio nuestro aunque las cosas salgan como tú no quieres tú no viniste a eso tú no viniste aquí a recibir tú viniste a dar a darle a Dios lo mejor que tenías pero ¿saben qué? [49:44] hay que tener el hijo si no tenemos al hijo estamos perdiendo el tiempo para dice cuando estamos en medio de una aflicción ya voy a ir recogiendo cuando estamos en medio de una situación aflictiva y las piezas de rompecabezas no parecen hacer sentido y a veces cuando hacemos rompecabezas oye me falta una pieza y no aparece oye a veces hasta se pierden o se caen abajo y uno no las encuentra pero lo grande de rompecabezas de Dios es que no tenemos la foto Dios está haciendo un rompecabezas con nuestra vida pero no sabemos cómo que va a lucir cuando esté terminado si es un castillo o si es un paisaje porque Dios es el que sabe cómo debe lucir y Dios está moviendo todas las piezas como Él quiere y tenemos que someternos a la a los decretos de Dios tenemos que someternos a la voluntad de Dios a la providencia divina y como dije a veces no sabemos qué anticipar cuando cuando estamos en las aflicciones hermanos míos dice el Señor que lo leímos en la escuela dominical dice tomar como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor y aquí tenemos por bienaventurados los que sufren habéis oído de la paciencia de Job habéis visto que el fin que el Señor del Señor que Dios misericordioso y compasivo [51:05] Job sufrió lo indecible mencionábamos eso en la clase de esta mañana pero Dios tenía un plan con Job cuando tú estás sufriendo si tú tienes problemas de salud si perdiste tu trabajo si tuviste un accidente en el trabajo si tuviste cualquier dificultad ¿tiene Dios control absoluto y soberano de eso en tu vida? [51:26] ¿sí o no? ¿sí? el rompecabezas que Dios quiere hacer eso es necesario eso es necesario para que Dios sea glorificado en tu vida entonces pudiéramos quejarnos contra Dios o sujetarnos y someternos a Dios porque Él es misericordioso y bueno dice hermano mío tener por sumo gozo cuando saliese en diversas pruebas sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia muchas veces la pregunta es ¿está dando mi vida evidencia de una vida transformada? [52:01] ¿está dando mi vida evidencia de que yo vengo a la iglesia a adorar a Dios con Cristo en mí viviendo en mí? Cristo dice yo me voy pero no os dejo solo yo os enviaré a un consolador es bueno que yo me vaya porque el que esté en Cristo tiene el Espíritu Santo el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo en primera de Juan déjenme en primera de Juan un pasaje que compartíamos el miércoles en la en la en la oración primera de Juan 5 voy a leer esa porción dice todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios Juan 5 1 y todo aquel que ama al que engendró ama también al que ha sido engendrado por él en esto conocemos que amamos a los hijos de Dios cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos pues este es el amor a Dios que guardemos sus mandamientos y sus mandamientos no son gravosos nosotros la evidencia de que Cristo está en mí en este en este caso se menciona yo amo a mis hermanos porque yo amo a Dios y porque Cristo mora en mí y porque Cristo me ha transformado y porque Cristo me ha dado una nueva vida si tú tienes problemas para obedecer a Dios si no te molestas cuando andas en desobediencia si el Espíritu Santo no te reedra el orgullo de pecado hay problemas en tu vida revisa si tu conversión fue una conversión verdadera hay personas que se glorían en su teología se llenan en la cabeza de conocimiento teórico y pueden pueden perdón pueden argumentar con cualquiera la veracidad de Dios pero su vida no muestra la humildad ni el amor que requiere una vida transformada es un conocimiento aquí entonces la pregunta que yo quiero que ustedes se hagan es ¿está Cristo en mí? [53:55] ¿traigo yo a Jesucristo conmigo en mi camino a la Canaán celestial? porque tienen que haber evidencias en el caso de José como hemos visto ellos llegan a donde tenían que ir el siervo los trata se sientan en la mesa y yo siempre pensé yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo yo para con Benjamín. [54:49] Entonces, ¿qué aprendemos? Bueno, hermanos y amigos, si no tenemos a Cristo, no pensemos que vamos a ver el rostro de Dios. [55:04] Si tu supuesto cristianismo está basado porque un día tú hiciste una profesión de fe, o porque tú naciste en el Evangelio y ahora eres cristiano, o porque tienes mucho conocimiento teológico, si tu vida no muestra evidencia de una vida transformada por la obra de Jesucristo, tenemos que evaluarnos. [55:29] O pudiera ser que estemos en pecado y en desobediencia y en rebelión. Pero dice, si confesamos nuestro pecado, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. [55:40] Hay un pasaje en la Escritura citado de un salmo, dice, si oyeres hoy su voz, Dios, no endurezca vuestros corazones, no endurezca vuestros corazones. [55:53] Si la palabra de Dios nos ha redarguido en este día, debemos confesar nuestros pecados. Dios no va a conceder la oportunidad en unos minutos de venir a la Santa Cena. [56:04] Porque el hijo de su dolor, como yo, Benjamín se llama hijo de dolor, su mamá Benamí, Ben-Oni creo que era, hijo de mi dolor, porque ella estaba, se murió de hecho cuando dio a luz. [56:16] Ella estaba sufriendo. A Dios le costó un terrible dolor tener que dar a su único hijo. Fue un dolor como jamás ha existido en la eternidad, porque Dios mismo se estaba deprivando de lo que más amaba, Dios mismo. [56:33] Y nadie puede entender la magnitud del amor de Dios, porque Dios no tiene amor, Dios es amor. Cuando ustedes pierden un hijo o un ser querido, uno tiene un dolor tan grande que a veces no sabe cómo se va a reponer. [56:48] Dios dijo, yo estoy dispuesto a entregar a mi hijo para rescatarte a ti. En el día del juicio final estaremos todos presentados delante de Dios. Asegúrate de que tú vienes con Jesucristo, que tú vienes con el hijo, que tú no vienes solo, porque si ustedes leen la Biblia saben que en aquel día algunos le van a decir, le dirán a él Señor, Señor, pensando, quizás llevaban al hijo en el maletín. [57:23] Ellos pensaban que llegan y le dicen Señor, Señor a Jesucristo. En tu nombre hicimos esto, en tu nombre hicimos los otros. Y Cristo dice, nunca conocí. [57:34] Y algún día, como veíamos en el mensaje esta mañana, toda la creación adorará a Dios. Y me partió el alma cuando lo estaba oyendo. Toda la adoración en aquel día final adorará a Dios. [57:47] hasta tú, si viniste sin Cristo y lo has rechazado hasta el día de hoy, tú vas a estar ahí adorándolo, adorando a Dios para entender que será la última vez que tú te vas a gozar con su presencia, porque te vas a apartar de tus seres queridos. [58:07] Te irás a un lugar de tormento y no podrás enterar al gozo de tu Señor. Señor, vamos a orar para que Dios bendiga su palabra. Señor, gracias te damos por este tiempo que nos ha concedido. [58:22] Te glorificamos, te exaltamos y te damos gracias. Que tu Santo Espíritu obre en nosotros para darnos vida, porque hay vida abundante en tu Hijo y en cuyo nombre lo pedimos. [58:34] Amén. Quédense ahí donde están porque vamos a pasar a la vida.