Transcription downloaded from https://sermons.gfchazleton.org/sermons/49021/los-dos-cimientos/. Disclaimer: this is an automatically generated machine transcription - there may be small errors or mistranscriptions. Please refer to the original audio if you are in any doubt. [0:00] Se pueden poner de pie hermanos y amigos que nos visitan, por favor. Vamos a ir al libro de Mateo. Vamos a seguir con el capítulo 7. [0:18] Y vamos a estar leyendo los versículos del 24 al 27. El libro de Mateo. Del 24 al 29 vamos a estar leyendo en el día de hoy. [0:40] Precioso día en el día de hoy. Todos los días son preciosos para glorificar el nombre de Dios. Cualquiera pues que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente. [1:00] Le compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia y vinieron ríos y soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. [1:13] Y no cayó porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. [1:28] Y descendió lluvia y vinieron ríos y soplaron vientos. Y dieron con ímpetu contra aquella casa. Y cayó y fue grande su ruina. [1:38] Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina. Porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. [1:52] Vamos a orar hermanos. Señor eres un Dios grandioso, un Dios precioso. Un Dios misericordioso. Un Dios de amor. [2:04] Grandes son tus misericordias Señor. Señor permite que nosotros podamos entender esta palabra y aplicarla en nuestras vidas. [2:17] Permítenos Señor, además de oidores de tus palabras, ser hacedores de tus palabras Señor. Quítanos cualquier distracción, cualquier preocupación, cualquier cosa que nos distraiga. [2:31] Ayúdanos a mantenerlo enfocado en lo que se va a predicar en el día de hoy. Alejanos de las tentaciones, de los malos pensamientos. A buscar tu gloria. Que el predicador no busque tu gloria. [2:44] Que sea la gloria, que el predicador no busque perdón su propia gloria, sino que sea la gloria tuya. Señor, gracias por permitirnos leer tu palabra, estudiar tu palabra. Y gracias por permitirnos nosotros poder aplicar tu palabra en nuestras vidas. [2:59] Se pueden sentar hermanos y amigos. Debemos cuidarnos de los falsos profetas. [3:21] Y hemos estado haciendo hincapié en esto. Los falsos profetas son lobos disfrazados de ovejas. [3:36] Están dentro de la congregación. Hablan como cristianos. Hablan como cristianos. Parecen cristianos, pero no son cristianos. Y están en cualquier momento listos para devorar su presa. [3:53] Esos son los falsos líderes religiosos. Los falsos profetas que están dentro de la iglesia. Y el Señor nos dice a nosotros. [4:06] Un buen árbol da buen fruto. Un árbol malo da malos frutos. Por sus frutos lo conoceréis. [4:17] Ellos no están fuera de la iglesia. Los falsos profetas. Los falsos líderes religiosos. Ellos están dentro. [4:29] Y como hemos dicho. Su problema no es con lo que dicen. Sino con lo que no dicen. Y dijimos. Hemos dicho. Hemos repetido varias semanas. [4:41] Que a ellos. Le encanta. La doctrina del amor de Dios. Ese es su tema favorito. El amor de Dios. Pero no hablan de la justicia de Dios. [4:55] No hablan de la santidad de Dios. Por sus frutos lo conoceréis. Nosotros vamos a conocer los falsos profetas. [5:06] Que están dentro de la iglesia. Disfrazados de ovejas. Y son lobos rapaces. Por la forma en que predican. Por la forma que enseñan. Y además de eso. [5:18] Por sus frutos. Por sus malos frutos. El Señor también nos hace una advertencia. [5:33] Y recuérdense lo que vimos la semana pasada. Muchos me dirán en aquel tiempo. Perdón. [5:44] Lo que vimos fue. No todo el que me dice Señor, Señor. Entrará en el reino de los cielos. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. injustice. No. [5:55] No. No. No. No. No. No. [6:05] Mas yo le diré, apartados de mí, hacedores de maldad, nunca lo conocí. Y nosotros vimos que dentro de las iglesias hay personas que no son salvas. [6:21] Hay personas que están dentro de las iglesias y tienen un autoengaño. Creen que son salvos, pero no son salvos. Y mencionamos que una de las causas por que esto sucede es que hay un falso concepto de la seguridad de salvación. [6:46] Me explico. La mayoría de las iglesias, una gran cantidad de iglesias, cuando el predicador termina, llama a las personas. [7:02] ¿Quién quiere aceptar a Cristo? Y presentan la salvación como un acto de la decisión del hombre. Y la salvación es una obra de Dios. [7:17] La Trinidad obrando en el pecador. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. [7:30] Y yo se lo voy a poner más dramático. El jueves, yo estaba hablando con mi hermano Edgar. Y estábamos hablando de esa porción de la Biblia. [7:46] Y me recuerdo cuando él me dijo, Pedro, pero imagínate, cuando nosotros estemos ya en el final de nuestras vidas, que nosotros nos estemos muriendo, que estemos en una cama, ya sea por un problema del corazón, por cáncer, por cualquier problema, cuando Dios nos mande a buscar. [8:05] Y que van a estar los hermanos, quizás cantando estos coros que nosotros hemos cantado en el día de hoy. Y nosotros diciéndole a los hermanos, nos vemos hasta la vista, nos vemos en el paraíso. [8:23] Y se lo pongo dramático así. Y cuando estemos frente al Señor, que Él nos diga, apártate de mí, nunca te conocí, hacedor de maldad. [8:35] Eso es fuerte, mis hermanos. Y por eso, cuando Edgar y yo terminamos de hablar, cada vez que veía un paciente que terminaba, era pensando en eso. [8:49] Pensando en ese cuadro, en una cama, ya en los días finales, los hermanos cantando, y que cuando yo esté frente a Dios, cuando esté frente a nuestro Señor Jesucristo, en ese día del juicio, Él me diga, apártate de mí, nunca te conocí. [9:09] Y eso lo, el Señor nos dijo eso, nosotros lo vimos la semana pasada. Apártate de mí, hacedor de maldad, nunca te conocí. Muchas personas que creen que son salvos, y no lo son. [9:22] Y una de las causas, además de un falso concepto de la seguridad de salvación, es porque no hay una auto evaluación. Nosotros necesitamos auto evaluarnos. [9:36] Como cristianos, nosotros necesitamos auto evaluarnos, y esto, usando lo que está aquí en la Biblia. Nosotros tenemos que sentarnos frente a los diez mandamientos de Dios, y decir, ¿cuáles de estos mandamientos yo estoy cumpliendo? [9:54] Nosotros tenemos que ver el fruto del Espíritu, si yo lo tengo, si tengo amor, si tengo paz, si tengo bondad, si tengo paciencia. Nosotros tenemos que coger el sermón del monte, y aplicárnoslo a nosotros. [10:09] Una auto evaluación. Nosotros tenemos que evaluar los líderes de la iglesia, lo que ellos están predicando. Lo que yo voy a predicar, lo que estoy predicando hoy, ustedes tienen que evaluarlo, si está de acuerdo a lo que dice la palabra de Dios. [10:24] ¡Wow! No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. [10:39] Pero ahora, en el día de hoy, en el día de hoy, pareciera que nuestro Señor Jesucristo nos está dando una clase de arquitectura, una clase de ingeniería, y nos está hablando de dos hombres que construyeron una casa. [11:04] pero nos está dando Jesucristo, nuestro Señor Jesucristo, una clase de ingeniería, una clase de arquitectura. [11:16] ¿Qué es lo que el Señor nos está diciendo aquí en estos versículos, en estos pasajes tan importantes? Y dice, en el 24, cualquiera pues que me oye estas palabras y las hace, la compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. [11:40] Y habla de un hombre insensato. Entonces, vamos a examinar estos pasajes, vamos a examinar estos versículos, para ver qué es lo que el Señor nos está diciendo. Primero nos habla de dos hombres. [11:54] Y nos habla de dos casas. Esos dos hombres tenían un deseo común. [12:10] Ellos querían construir una casa. Y cada uno construyó una casa. Y quizás, y quizás no, la casa estaba en el mismo, en el mismo lugar, en la misma urbanización, o en el mismo barrio, o en la misma área, el mismo código postal, que es lo que usamos aquí. [12:40] ¿Y cómo, y cómo yo puedo decir eso? ¿Por qué yo digo que la casa estaba localizada en el mismo lugar? porque, porque, las dos casas, que menciona nuestro Señor Jesucristo, que la construyeron dos diferentes hombres, fueron sometidas a la misma prueba. [12:59] Las dos casas. Pero vamos a seguir. Entonces, los hombres, los dos, tenían el mismo deseo, construir su casa. [13:18] las casas. Las casas, lucían iguales. Las mismas ventanas, las mismas puertas. [13:36] Exteriormente, las casas, eran iguales. Si nosotros, nos parábamos, enfrente de las casas, nosotros íbamos a decir, pero estas dos casas, son iguales. Pero, las casas, eran diferentes, interiormente. [13:59] La zapata, como nosotros decimos, en Santo Domingo, el cimiento de la casa, eran diferentes. Es bueno que recuerden, mis hermanos, antes de seguir, y amigos, que cuando nosotros, estamos construyendo, necesitamos, un terreno, que no sea arenoso. [14:21] Necesitamos un terreno, que sea resistente, un terreno pedregoso. Por decirlo, en un lenguaje sencillo. Si construimos, en un terreno arenoso, no hay un buen cimiento, no hay una buena zapata. [14:34] Entonces, las dos casas, eran iguales, exteriormente, pero interiormente, eran diferentes. Y el Señor, nos lo dice aquí, el hombre sabio, el hombre sabio, cuando estaba construyendo su casa, él siguió cavando, siguió cavando, y llegó a un terreno, sólido, a un terreno pedregoso. [15:04] El hombre insensato, el hombre tonto, o el hombre no sabio, construyó en un terreno arenoso. Pero estos dos hombres, además de que vivían en el mismo lugar, habían leído, habían escuchado lo mismo, sobre la construcción. [15:23] Ellos habían escuchado lo mismo. Miren, como yo lo sé, dice, oigan lo que dice en el 24, hablando del hombre, del hombre prudente, del hombre sabio. [15:39] Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace. Él escuchó, él escuchó. Y ahora, oigan lo del hombre insensato. [15:51] Pero cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace. Los dos escucharon lo mismo. Los dos, escucharon lo mismo. [16:03] El mismo deseo, escucharon lo mismo. Las casas lucían iguales. Lucían iguales exteriormente las casas. [16:18] Pero interiormente, eran diferentes. las zapatas, el simiente, eran completamente diferentes. ¿Cuál es la diferencia? [16:33] ¿Qué hacían estos dos hombres diferentes? ¿Qué hacían estas dos casas diferentes? Y pareciera que el Señor nos está dando clase de arquitectura, clase de ingeniería, pero no. [16:56] El Señor nos está diciendo algo que es muy importante, y que nosotros debemos de salir con esa enseñanza que el Señor nos está dando. Un hombre sabio, que escucha, y hace, lo que dice el Señor. [17:16] un hombre insensato, que también escucha, pero no hace, lo que dice el Señor. Y el Señor usó este ejemplo, para decirle una gran verdad. [17:32] El, el punto clave, quizás el mensaje, quizás no, el mensaje es, del sermón. [17:46] Además, de nosotros, ser oidores de la palabra, nosotros necesitamos ser hacedores de la palabra. oidores, oidores, y hacedores de la palabra. [18:03] El hombre insensato, no siguió las reglas. Él oyó las recomendaciones. El Señor lo dice. Pero cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace. [18:16] Y el Señor usó, el ejemplo de un constructor de casa, para decirle una gran verdad. Yo no hago nada con venir aquí, escuchar la palabra de Dios, venir a sentarme aquí, y no aplicar esa palabra, en mi diario vivir. [18:32] Porque entonces, es un hombre insensato. Seríamos insensatos. El verdadero, cristiano, escucha la palabra, y la pone, en práctica. [18:50] Vive por la palabra. aplica la palabra, en su vida. Pero el hombre insensato, como lo dice el Señor, cree, que es, cristiano. [19:10] Él cree, que es cristiano. Él viene a la iglesia, escucha, escucha los cánticos, y los canta, y está al lado de los hermanos, y tiene los mismos deseos, tiene los mismos deseos, él no quiere ir al infierno. [19:36] Él quiere que le vaya bien, en todo lo que hace. parece cristiano, pero no lo es. [19:56] Él no quiere ir al infierno, no quiere ir al infierno. Él quiere, ir al paraíso. Él piensa, que es salvo. [20:07] y parecería, y creo que así lo es, que este versículo, estos versículos, del 24, al 27, serían una continuación, de los versículos anteriores, que vimos la semana pasada. [20:27] no todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino, el que hace la voluntad, de mi Padre. [20:43] Si yo vengo a la iglesia, escucho la palabra, pero no aplico la palabra, en mi vida, hay problema. [20:56] Y a eso es que se está refiriendo aquí. Pero miren, le voy a decir, le voy a leer algo. Vamos a ir al libro de, de Santiago, capítulo 1. [21:12] Vamos a estar leyendo, del 22, al 23. Dice, oigan lo que dice, hermanos. Sed, Santiago 1, del 22 al 23. [21:32] Sed, hacedores de la palabra, y no tan solo, oidores. Sed, hacedores de la palabra, y no tan solo, oidores. [21:44] Engañándoos, a vosotros mismos. Si alguno, es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, ese es semejante al hombre, que considera, en un espejo, su rostro natural, él se considera, a sí mismo, y se va, y pronto, olvida, como era. [22:05] Pero yo se lo voy a leer, de la nueva traducción viviente. Denme unos cuantos minutos, unos cuantos segundos, perdón. Y préstenle atención, que lo dice en un lenguaje, un poco más sencillo. [22:22] Santiago 1, del 22, al 23. Lo tengo aquí, ahora mismo, hermanos, y amigos. No solo escuchen la palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. [22:42] De lo contrario, solamente se engañan a sí mismo. Pues, si escuchas la palabra, pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo. [22:53] Te ves a ti mismo, luego te alejas, y te olvida como eres. Pero si miras atentamente, en la ley perfecta, que te hace libre, y la pones en práctica, y no olvidas, los que escuchaste, entonces, Dios te bendecirá, por tu obediencia. [23:15] Hacedores, de la palabra. Además de escuchar la palabra, nosotros tenemos que ser hacedores, de la palabra. Pero miren lo que dice en Lucas, 6, 46. [23:28] ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? [23:40] Si yo estoy escuchando la palabra, y no estoy obedeciendo al Señor, entonces, ¿por qué lo estoy llamando Señor, Señor? [23:51] Él mismo dice, ¿por qué me llama Señor, Señor, y no hace lo que yo digo? Ese es el hombre insensato, que escucha la palabra, y no hace lo que el Señor dice. [24:03] No obedece al Señor, no tiene amor por el Señor. Wow, pero, hermano, usted está siendo fuerte, diciendo que no tiene amor por el Señor. Pero miren lo que dice, nuestro Señor Jesucristo. [24:14] Si me amáis, guardad mis mandamientos. No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre. Si yo amo a Dios, yo guardo sus mandamientos. [24:26] Si yo amo a Dios, yo obedezco su palabra. Y una forma de obedecer su palabra, aplicando su palabra en mi vida. Si me amáis, guardad mis mandamientos. [24:39] Eso lo dice en Juan 15, 15. Pero miren lo que dice en Juan 15, 21. Segundito. Estas palabras son maravillosas, mis hermanos. [24:55] Dice, el que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama. El hombre insensato, está en la iglesia. [25:11] Está diciendo, Señor, Señor, pero no guarda sus mandamientos. No cumple su palabra, no aplica su palabra en su vida. Ese hombre es un fariseo, es un insensato. [25:23] Si yo amo a Dios, al escuchar su palabra, esa palabra, yo la aplico a mi vida. Pero vamos a seguir. [25:36] Dice, el que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquel es el que me ama. Si no tienes, los mandamientos, si tienes los mandamientos, los has escuchado, pero no los guarda, entonces no amas al Señor. [25:57] Pero, en Juan 15, 23, 24, el que me ama, mi palabra guardará. [26:12] El que no me ama, no guardará mis palabras. Somos nosotros, a los cuales nuestro Señor, se está refiriendo. [26:32] Nos sentamos en la iglesia, al lado de los hermanos, vemos que cantan el coro, nosotros nos entusiasmamos, y cantamos con ellos. [26:45] Gloria a Dios, Señor, Señor. solamente escuchamos la palabra, pero no la aplicamos, a nuestras vidas. [26:56] El que me ama, mis palabras guardará. El que no guarda, mis mandamientos, dice el Señor, que no lo ama. [27:09] el hombre insensato, no ama a Dios. [27:27] Y no ama a Dios, porque no guarda sus palabras. El hombre insensato, es un fariseo. [27:44] Está simulando, está actuando, pero no guarda los mandamientos, no cumple la palabra de Dios. [27:56] no todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre. [28:14] Y miren, iguales, el hombre sabio, el hombre insensato. Yendo a los cultos todos los domingos, cantando los mismos coros, los mismos coritos cantándolo. [28:32] Iguales, las dos casas, eran iguales. Las mismas ventanas, las mismas puertas, en el mismo lugar. [28:45] Las dos, fueron sometidas a la misma prueba. Lo dice. Las dos fueron sometidas a lluvia, ríos, vientos. [28:57] Una se cayó, pero la otra se mantuvo firmada. Porque el hombre sabio, escuchó y aplicó lo que había escuchado. [29:10] El hombre insensato, no. Querían lo mismo. Querían lo mismo. Los mismos, los mismos deseos. [29:23] No querían ir al infierno. Pero hay una gran diferencia. Además de oidores de la palabra, hacedores de la palabra. [29:36] Eso es lo que tenemos que ser. Entonces, nosotros, en la aplicación, más que una aplicación, deberíamos de hacer una reflexión. [29:58] nosotros reflexionar con esto que hemos, que hemos, que hemos visto, que hemos escuchado. [30:10] ¿Qué significa la palabra de Dios en nuestras vidas? ¿Por qué nosotros? [30:23] Y vuelvo, lo voy a volver a repetir. ¿Por qué nosotros venimos a la iglesia? Escuchamos la palabra hoy, y ya el lunes, estamos con las mismas dificultades, con los mismos malos pensamientos, con los mismos malos deseos, con la ira, con la falta de amor. [30:52] Evaluémonos, hermanos y amigos. Hay una realidad. [31:08] Por eso le dije, cuando hablé con Edgar, que me, que me puso ese cuadro. Pongámonos nosotros, ahora mismo, en ese cuadro. Nosotros en cama. [31:22] con una enfermedad terminal. Todos nosotros no vamos a morir. Dios nos va a mandar a buscar en algún momento. Ya sea por un problema cardiovascular, una enfermedad del corazón, un tipo de cáncer, porque tengamos ya muchos años de edad. [31:39] Dios nos va a mandar a buscar a todos nosotros. Y todos nosotros le tenemos que rendir cuenta a Dios. Evaluémonos y pensemos, si Dios nos va a decir, apártate de mí, nunca te conocí, hacedor de maldad. [32:08] Hermanos, esto es serio. Esto es serio. Esto es serio. Esto. Esto es súper importante. [32:20] Esto que nosotros estamos diciendo en el día de hoy. Somos nosotros. escuchamos solamente la palabra, pero no aplicamos las palabras en nuestras vidas. [32:43] Nosotros nos estamos auto evaluando. porque cuando yo escucho la palabra, yo la aplico y yo me hago una auto evaluación. [32:54] Cualquiera, cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. [33:08] las personas que están aquí, que no conocen del Señor. [33:19] Yo quiero decirle, y reflexione mucho en esto. Si tú estás aquí, no conoces del Señor. [33:35] Tú no has venido a Cristo en arrepentimiento y fe. Tú eres un hombre insensato. Tú eres un hombre insensato. [33:46] Y ¿sabe por qué te estoy diciendo esto? Porque Dios se ha revelado. Dios ha grabado su palabra y su ley en tu mente, en tu corazón. [34:03] Cuando miras la naturaleza, cuando ves el día de hoy que estuvo frío y después aumentó un poco la temperatura, Dios se ha revelado. Dios se revela a través de lo que ha creado, a través de su creación. [34:16] Y Dios grabó su ley en nuestra mente y en nuestro corazón. Si tú estás aquí, sin Cristo, tú eres un hombre insensato, una mujer insensata. [34:33] Tienes que venir a Él en arrepentimiento y fe. solo en Cristo hay salvación. Solo en Jesucristo hay salvación. [34:47] Vamos a orar, hermanos. Se pueden poner de pie. Señor, Señor, hermosas palabras, tú has predicado, tú has escrito aquí en tu santo libro la Biblia. [35:15] palabras que nosotros tenemos que irnos y reflexionar todos los días, todas las noches. [35:29] Hay un día en el cual todos nosotros vamos a rendirte cuenta, vamos a estar frente a ti. ¿Y qué excusas vamos a tener, Señor, delante de ti? [35:44] ¿Qué excusas vamos a tener? Si tú te has revelado, has grabado tu ley en nuestras mentes y en nuestros corazones. Nosotros vemos la creación y sabemos que tú existes, que tú eres un Dios real y tenemos tu santa palabra, tenemos tu Biblia. [36:04] ¿Qué excusas vamos a decir? ¿No se predicaba la palabra en la congregación? No es una excusa, Señor, porque tú nos estás advirtiendo y tú nos dices que nosotros debemos autoevaluarnos, debemos autoevaluarnos conforme a tu palabra, conforme a los mandamientos, conforme al sermón del monte, conforme al fruto del Espíritu. [36:36] ¿Qué excusa vamos a tener? ¿Qué excusa va a tener alguien que tú le digas, apártate de mí, nunca te conocí? Permite que estas palabras que nosotros hemos escuchado en el día de hoy se graben fuertemente en nuestros corazones y que meditemos en ella. [36:58] El día que tú nos mandes a buscar, Señor, cuando estemos postrados con una enfermedad terminal, cuando ya no haya ningún tipo de esperanza que los médicos nos entreguen a nuestros familiares y que nosotros estemos y que nosotros estemos cantando con los hermanos, quizá compartiendo y cuando lleguemos que tú nos digas apártense de mí, apártate de mí, nunca te conocí. [37:25] Permítenos, Señor, mantenernos fiel a tu palabra. Permítenos ser hacedores de tu palabra, además de escucharla, ponerla en práctica en nuestras vidas. [37:40] Señor, tú nos adviertes cada día porque tú nos amas. Tú eres un Dios bueno y un Dios justo, Señor. Ayúdanos a ser responsable con esta palabra que tú nos has dejado. [37:54] A nosotros poder valorar cada día el sacrificio de tu hijo que murió en la cruz por nuestros pecados, Señor. A valorar eso, a que eso esté en nuestros corazones. [38:06] Ayúdanos a ser sincero contigo, Señor, a ser honesto contigo, Padre. Yo te pido que nosotros seamos honestos contigo, que cuando nosotros al lado del hermano digamos, Señor, Señor, sea de verdad, Señor. [38:19] El que me ama mi palabra guardará. Ayúdanos a guardar tu palabra, Señor, a no desanimarnos, a ser constante, persistente, no importa lo que venga, Señor. [38:31] Ayúdanos a ser fiera tu palabra, Señor. Van a venir tropiezos, van a venir tribulaciones, nos vamos a sentir sin ánimo. [38:43] Ayúdanos, Señor. Ayúdanos a todos nosotros, Señor, a ser fiel a tu palabra, Señor. [38:54] Que estas no sean emociones vanas, Señor. Que no sean emociones insensatas, Señor. Ayúdanos a ser fiel a esta iglesia, a los miembros de esta congregación, a nosotros vivir para tu palabra, Señor. [39:09] queremos vivir por tu palabra y para tu palabra, Señor. A ser fiel a tu palabra, a ser fiel que salgamos de aquí siendo fieles a tu palabra, siendo hacedores de tu palabra, Señor. [39:24] Gracias, Señor. Gracias por este momento, gracias por este tiempo. Están despedidos, hermanos. Gracias.