El diluvio

Genesis - Part 18

Sermon Image
Preacher / Predicador

Pedro Guzman

Date
March 26, 2023
Time
13:00
Series / Serie
Genesis

Transcription

Disclaimer: this is an automatically generated machine transcription - there may be small errors or mistranscriptions. Please refer to the original audio if you are in any doubt.

[0:00] Vamos a orar hermanos.

[0:19] Amantísimo Dios, Dios misericordioso, nos postramos delante de ti.

[0:49] El Dios grandioso, el Dios justo, el Dios amoroso. El único Dios que existe. Estamos aquí reunidos hoy para alabarte, para exaltarte.

[1:07] Reconociendo que tú eres un Dios santo. Un Dios que aborrece el pecado. Un Dios que nos ama, un Dios que envió a su Hijo a morir por nosotros. En el día de hoy voy a predicar tu palabra, Señor.

[1:24] Tu palabra que salva. Tu palabra que nos salvó a todos nosotros los que te conocemos. Tu Espíritu Santo usó esa palabra para transformar nuestros corazones.

[1:36] Es un acto solemne. Es una oportunidad grandiosa. Es un privilegio grandioso, Señor. Pero sin tu ayuda no podemos hacer nada.

[1:48] Sin tu Espíritu Santo no podemos hacer nada. Y precisamente venimos a pedirte que nos ayude en todo momento durante la predicación. Que tu palabra, Señor, tu palabra que salva, tu palabra que transforma.

[2:04] Transforme los corazones de los que no te conocen. Que tu palabra, Señor, nosotros podamos aplicarla en nuestras vidas. Que podamos grabarla en nuestras mentes, en nuestros corazones.

[2:18] Oh, Señor, somos pecadores. Perdona nuestros pecados. Oh, Señor, lávanos, límpianos, Señor. Que podamos vivir en santidad, agradándote en todo.

[2:29] Y precisamente queremos durante esta predicación exaltar tu nombre, agradarte en todo. Exaltar el nombre de Cristo. Y que tu Espíritu Santo con poder use esta palabra.

[2:41] Gracias, Señor, por este privilegio. Quita las distracciones. Quita las preocupaciones, las tensiones. Arranca todas estas cosas que puedan distraernos a nosotros.

[2:54] Y que estemos pendientes en tu palabra en todo momento. Gracias, Señor, en el nombre de Jesús. Amén. Mis hermanos, vamos a seguir con el libro de Génesis.

[3:07] Y vamos a leer en el día de hoy. Vamos a ver en el día de hoy Génesis, capítulo 7, del versículo 17 al 24. Génesis, capítulo 7, del 17 al 24.

[3:24] Se ve preciosa la iglesia desde aquí. Déjame ver entonces. Génesis, capítulo 7, del 17 al 24. Génesis. Génesis.

[3:38] Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis. Génesis.

[3:49] Génesis. Génesis. Génesis. Y alzaron el alca y se elevó sobre la tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra.

[4:02] Y flotaba el alca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra.

[4:13] Y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos fueron cubiertos. Quince codos más altos subieron las aguas después que fueron cubiertos los montes.

[4:32] Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra. Así de aves como de ganado y de bestia y de todo rectil que se arrastra sobre la tierra.

[4:45] Y todo hombre. Dos segunditos que me llaman del hospital. Perdón, dos segundos. Gloria a Dios.

[5:01] Y todo hombre. Todo, seguimos en el 22. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices.

[5:14] Todo lo que había en la tierra murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra. Desde el hombre hasta la bestia.

[5:26] Los reptiles y las aves del cielo. Y fueron raídos de la tierra. Y quedó solamente Noé. Y los que con él estaban en el alca.

[5:37] Y prevalecieron las aguas sobre la tierra. Ciento cincuenta días. Vamos en el día de hoy a seguir con el capítulo 7 de Génesis.

[5:52] Y precisamente el domingo pasado nosotros estuvimos predicando Génesis. Este mismo capítulo. El capítulo 7. Y estuvimos predicando del versículo 11 al 16.

[6:05] Y nosotros vimos tres puntos. Edgar. Edgar. Si me llamo. Y nosotros vimos tres puntos, mis hermanos.

[6:21] El domingo pasado. Cuando estuvimos predicando. Vimos el inicio del diluvio. Nosotros vimos cuando inició el diluvio. Y dice la palabra que Noé tenía 600 años cuando inició el diluvio.

[6:38] Y nosotros vimos que el origen de las aguas eran de dos fuentes. Una venía del cielo. Y otra venía de túneles subterráneos.

[6:51] Esto, vuelvo y le digo, ocurrió cuando Noé tenía 600 años. Imagínense Noé todo este tiempo predicando de lo que venía.

[7:01] De la ira de Dios que venía sobre la tierra. Nosotros vimos que Noé fue el primero a entrar al Alca. El primero que entró en el Alca fue Noé. Y después de Noé entró su familia.

[7:17] Noé era el líder de la familia. Era el sacerdote de la familia. Nosotros estamos llamados a ser los líderes en nuestra familia.

[7:27] Los hombres estamos llamados a ser el sacerdote en nuestra familia. Nosotros estamos llamados a preocuparnos porque nuestros hijos, nuestras esposas, conozcan el Evangelio de Cristo.

[7:39] Nosotros estamos llamados como esposos que aman la palabra de Dios, que obedecen la palabra de Dios. Nosotros estamos llamados a juntarnos con nuestras esposas y nuestros hijos, a leer la Biblia, a estudiar la Biblia.

[7:54] Y Noé cumplió ese error. Él fue el primero que entró en el Alca. Él puso el ejemplo. Y nosotros vimos en el punto número 3, el domingo pasado, nosotros vimos que Dios cierra la puerta del Alca.

[8:09] Dios selló y cerró la puerta del Alca. Ya no había más oportunidad. Los que estaban fuera del Alca no tenían más oportunidad.

[8:20] Ya, lamentablemente, solamente los que estaban dentro del Alca fueron salvos, que fue Noé y su familia, sus tres hijos, la esposa de sus hijos y su esposa.

[8:34] Y vimos, mis hermanos y amigos, que el día que Dios nos mande a buscar, ya el que no se haya arrepentido, el que no haya venido a Cristo en arrepentimiento y fe, no tendrá oportunidad después de la muerte de ser salvo.

[8:54] Tú tienes toda una vida para venir en arrepentimiento y fe a nuestro Señor Jesucristo, pero tú no sabes cuándo Dios te va a llamar, cuándo Dios te va a mandar a buscar. Entonces, hoy es el día de arrepentimiento y fe.

[9:07] No hay otro día. Es ahora, en este momento, es el momento de arrepentimiento y fe. Y nosotros vimos los versículos que hablan de las vírgenes, la vírgenes sensata e insensata.

[9:21] Y nosotros pudimos ver, mis hermanos, mis hermanos y amigos que nos visitan, que las vírgenes sensatas estaban preparadas para la venida, estuvieron preparadas para cuando vino el Señor.

[9:38] Y las insensatas no estuvieron preparadas. ¿Qué significa esto, mis hermanos y amigos? Que cuando el Señor venga, si no estamos preparados, así como Dios cerró la puerta del arca, la puerta va a estar cerrada.

[9:55] Entonces, este es el momento de arrepentimiento y fe. En el día de hoy, mis hermanos, ya ustedes saben que vamos a estar viendo los versículos del 17 al 24.

[10:09] Versículos del 17 al 24. Y nosotros vamos a ver tres puntos. Tres puntos vamos a ver. Número uno, el diluvio sigue avanzando.

[10:22] Ese va a ser el primer punto. El diluvio sigue avanzando. El punto número dos, muerte de todo ser viviente. Y el punto número tres, el ejemplo de Noé.

[10:36] Punto número uno, el diluvio sigue avanzando. Número dos, muerte de todo ser viviente. Y el número tres, el ejemplo de Noé.

[10:49] Vamos con el punto número uno. Y vamos a ir al versículo número 17. Y dice, lo voy a leer de nuevo.

[11:01] Mis hermanos, estamos hablando de algo grandioso que la Biblia nos está diciendo en estos momentos.

[11:18] A Noé le tomó 120 años construir el arca. Imagínense todo este tiempo construyendo el arca.

[11:30] Y construyendo el arca en un lugar donde no llovía. No había lluvia. Imagínense la burla de las personas. Quizá catalogando lo que estaba demente, que necesitaba ayuda.

[11:45] Y él se mantuvo construyendo el arca. Imagínense las personas burlándose de él y de toda su familia.

[12:00] Yo me imagino a Noé resistiendo la burla de las personas que estaban a su alrededor. Sus vecinos, sus amigos. Y eso mismo sucede muchas veces con nosotros, los cristianos.

[12:14] En estos momentos. Muchas veces nosotros estamos predicando. Y dicen que estamos locos. Dicen que estamos fuera de este tiempo. Que estamos anticuados.

[12:27] Para el mundo es locura que nosotros hoy un domingo estemos reunidos aquí adorando al Señor. Para el mundo eso es locura. Para el mundo es locura.

[12:40] Es estar anticuado. Es estar atrasado. Que nosotros, después del culto, nos juntemos en el primer piso para compartir con los hermanos alimentos.

[12:51] Eso para el mundo. El mundo no entiende esto. Y precisamente somos rechazados. Somos burlados. Somos apaltados. Nuestra propia familia nos aparta.

[13:04] No invita. No, no invita a esa gente. Esos son unos aburridos. Son unos anticuados. Y yo me imagino a Noé en ese tiempo. Imagínense mis hermanos. Construyendo un alca.

[13:17] Duró 120 años construyendo esa alca. En un lugar donde no llovía. Pero Noé tenía fe en Dios. Noé fue declarado justo por Dios.

[13:33] Justificado por la fe. Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Noé obedecía a Dios en todo.

[13:45] Absolutamente en todo. Todo lo que Dios le ordenaba, Noé obedecía. Y precisamente nosotros leyendo este versículo 17.

[13:57] Nosotros podemos ver tres cosas. Viendo el versículo 17. Yo quiero que tengan su Biblia a mano. La tengan abierta. Nosotros podemos ver la fe de Noé.

[14:08] Nosotros podemos ver la paciencia de Dios. Y nosotros podemos ver que Dios aborrece el pecado. Noé tenía fe en Dios.

[14:18] Dice la palabra que Noé obedeció en todo a Dios. Obedeció en todo a Dios. Imagínense que Dios nos diga a nosotros.

[14:30] Que construyamos un alca en el desierto de Sahara. Piensen. Y Noé en todo obedeció a Dios. 120 años, mis hermanos y amigos, construyendo un alca.

[14:45] Noé amaba a Dios. Noé tenía fe en Dios. Noé obedecía a Dios. Pero también nosotros podemos ver en este versículo 17.

[14:58] Nosotros podemos ver, mis hermanos y amigos. La paciencia de Dios. Podemos ver la paciencia de Dios. Un Dios paciente.

[15:09] Un Dios paciente. Viendo. Miren como dice en Génesis 6.5. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra.

[15:21] Y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente al mar. Y en Génesis 6.2. Y miró Dios la tierra y aquí que estaba corrompida.

[15:34] Porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Y Dios pacientemente. Dios es un Dios paciente.

[15:45] En estos momentos Dios tiene paciencia con nosotros. Y nosotros estamos llamados a ser pacientes también. Nosotros estamos llamados a ser pacientes.

[16:01] Y muchas veces, muchas veces, esto no se refleja en nosotros. Muchas veces, por cualquier cosa que el hermano nos hace.

[16:14] Nosotros nos incomodamos. No tenemos paciencia con ese hermano. Nos alejamos del hermano. Y Dios es un Dios paciente.

[16:26] Un Dios amoroso. Un Dios misericordioso. Imagínense toda la paciencia que Dios está teniendo en estos momentos. En un mundo donde a los malos le llaman buenos.

[16:41] Y a los buenos le llaman malos. Dios es paciente. Nosotros debemos de ser pacientes. Es el fruto del Espíritu.

[16:52] Parte del fruto del Espíritu. La paciencia. Y nosotros vemos su paciencia. Todos estos años. Noé predicando del juicio que venía.

[17:03] Y la población. Lo dice en 2 Pedro 2.5. Que no era un predicador. Predicando del juicio que venía. Y la gente siendo. No haciéndole caso.

[17:14] A lo que Noé estaba diciendo. Pero también. Nosotros podemos ver. Mis hermanos. Y amigos que nos visitan. Que Dios.

[17:26] Aborrece el pecado. Dios. Dios. Dios. Aborrece el pecado. Dios. Es santo. Dios. Es santo.

[17:38] Dios. No tolera el pecado. Y precisamente. Por eso. Dios. Destruyó el mundo. En la historia de la humanidad. Esto ha sido.

[17:48] Un acontecimiento. Un. Una. Algo. Algo. Gran. No voy a usar la palabra. Grandioso. Pero algo. Fue algo. Que sucedió.

[17:59] Imagínense. Toda la humanidad. Fue destruida. Solamente Moisés. Con su. Noé. Perdón. Noé. Con sus esposas. Y sus hijos. Fueron los únicos.

[18:10] Que fueron salvos. Dios. Aborrece. El pecado. Dios. Aborrece. El pecado. No hay ningún pecado. Un pecado.

[18:20] Pequeñito. No. No. No. No. El pecado. Es pecado. Y Dios. Aborrece el pecado. Y por causa del pecado. Dios. Destruyó el mundo. Y Dios. Va a destruir el mundo. Por causa del pecado.

[18:37] Y si tú estás aquí hoy. Sin Cristo. Tú tienes que arrepentirte. De tus pecados. Y venir a Cristo. En arrepentimiento.

[18:48] En arrepentimiento. Y fe. Porque Dios. Es un Dios santo. Es un Dios. Que aborrece. Que aborrece el pecado.

[19:01] Si tú estás sin Cristo. La ira de Dios. Va. Estar sobre ti. Tienes que arrepentirte. Tienes que arrepentirte. Y venir en arrepentimiento.

[19:14] Y fe a nuestro Señor Jesucristo. Depositar tu confianza. En nuestro Salvador. Nuestro Señor Jesucristo. Estamos insistiendo en esto. Porque es importante. Arrepentirte de tus pecados.

[19:26] Venir. Y depositar tu confianza. En nuestro Salvador. En nuestro Señor Jesucristo. Entonces. Después de esto. Tú vas a ser declarado justo. Dios te declara justo. Arrepentimiento.

[19:37] Arrepentimiento y fe. Arrepentimiento y fe. Arrepentimiento y fe. Arrepentimiento y fe. Lo que predicaba Juan el Bautista. En el desierto. Arrepentimiento y fe. Arrepentidos y convertidos.

[19:47] Arrepentimiento y fe. Porque todos nosotros somos pecadores. Todos nosotros somos pecadores. Gracias. Entonces vamos mis hermanos.

[20:05] A ir al versículo número 18. Versículo número 18. Y subieron las aguas. Y crecieron en gran manera. Y subieron las aguas.

[20:18] Y crecieron en gran manera. Sobre la tierra. Y flotaba el alca. Sobre la superficie. De las aguas. Aquí vuelve y lo menciona. Menciona que. Que las aguas.

[20:29] Siguieron creciendo. Las aguas siguieron creciendo. Y nos da un dato importante. Dice que. Y flotaba. El alca. Sobre la superficie. De las aguas. Imagínense mis hermanos.

[20:41] Lloviendo. 40 días. Y 40 noches. Lloviendo sin parar. Agua desde arriba. Y agua desde abajo. No podía absolutamente nadie.

[20:52] Poder salvarse. Nadie se iba a poder salvar. Podía ser el campeón de natación. Pero no se iba a salvar. Mis hermanos. Piensen en eso. Piensen en eso.

[21:03] En estos momentos. Una persona que sea. Campeón de natación. En ese momento. No se iba a poder salvar. Porque no iba a poder nadar. 40 días. 40 noches.

[21:13] Sin descansar. Sin comer. Sin dormir. Inclusive. Teniendo nosotros. Los. Equip. Los. Vamos a decir.

[21:24] Tenemos barcos. Modernos ahora. Tenemos submarinos ahora. Ni siquiera. Ni siquiera. Ni siquiera. Con la tecnología. Que tenemos ahora. Se iban a poder salvar. Porque acuérdense.

[21:36] Que venía el agua. Desde lo profundo de la tierra. Venía desde el cielo. Habían grandes mares. Grandes olas. Ningún barco. Por moderno que sea.

[21:46] Se iba a poder salvar. Absolutamente no. No se iba a poder salvar. Pero lo más importante. Es que nadie. Se iba a poder salvar. Era.

[21:57] Porque Dios. Había. Determinado. Que iba a destruir la humanidad. Dios. Determinó. Que iba a destruir la humanidad.

[22:08] Por causa. Del pecado. Por causa del pecado. Dios. Destruyó la humanidad. Y va a volver a destruir. El mundo. Por causa del pecado.

[22:21] Pero. Noé. Y su familia. Sus hijos. Su esposa. Y la esposa. De sus hijos. Estaban guardados. Estaban seguros.

[22:33] Estaban dentro del alca. Estás tú seguro. De si Cristo viene hoy. Tú te irás con él.

[22:45] ¿De dónde viene tu socorro? Y precisamente. El salmo. 121. Quise traerlo de nuevo. Dice. Alzaré mis ojos.

[22:57] A los montes. De dónde vendrá. De dónde vendrá mi socorro. Mi socorro. Mi socorro viene de Jehová. Que hizo los cielos y la tierra.

[23:10] Mi socorro viene de Jehová. Que hizo los cielos y la tierra. De dónde viene tu socorro. De dónde viene tu socorro.

[23:20] De dónde viene tu socorro. Y si vamos a los versículos 19 y 20. Dice. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra.

[23:33] Y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos. Fueron cubiertos. 15 codos más alto. Subieron las aguas.

[23:44] Después que fueron cubiertos los montes. Esta es la tercera vez que nos dicen que las aguas siguen subiendo. Eran 40 días y 40 noches que estaba lloviendo. Dios había determinado por causa del pecado destruir al mundo.

[23:56] Dios le dijo a Noé que iba a destruir la tierra por causa del pecado. Vio Dios que la maldad del mundo era mucha en ese entonces. Y decidió acabar con la tierra.

[24:06] Decidió destruir la tierra. ¿Y cómo está la maldad del mundo ahora en estos momentos? Porque vemos a Noé. Vemos lo que está sucediendo. Nosotros vemos el diluvio.

[24:17] Pero ¿cómo está la maldad del mundo en estos momentos? De seguro que supera la maldad de estos momentos. Supera la maldad de aquel tiempo, Noé. Con tanta tecnología ahora que se usa para el mal.

[24:31] Nosotros vemos guerras que no tienen lógica. Que no tienen sentido. Pueblos que son hermanos matándose. Nosotros vemos cómo el hombre tiene la capacidad de destruir la tierra.

[24:42] Varias veces con las almas nucleares que tiene. Nosotros vemos cómo ha aumentado el odio. Nosotros vemos que cuando hay un accidente de vehículos.

[24:54] O cuando hay dos personas que están peleando. Las personas a los que se están dedicando a hacer videos. No a socorrer a una persona que haya tenido un accidente.

[25:05] No a separar a esas personas que están peleando. Mis hermanos, la maldad ha aumentado mucho en este tiempo. Y podríamos decir que es mucho mayor que en el tiempo de Noé.

[25:19] Y el hombre necesita arrepentirse de sus pecados. Y venir a Cristo en arrepentimiento y fe. Tercera vez que nos dice que las aguas siguen creciendo.

[25:32] Y si nosotros vamos a Hebreo 10.31. Dice, horrenda cosa. Oigan esto, mis hermanos.

[25:43] Prestenle atención a lo que dice Dios en su palabra. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo. Lo voy a leer de nuevo.

[25:54] Ojalá que se lleven esto en su corazón. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo. Es horrendo.

[26:08] Caer en manos del Dios vivo. Y miren en Juan 3.36 como dice. El que cree en el Hijo. Tiene vida eterna.

[26:19] Pero el que rehúsa creer en el Hijo. No verá la vida. Sino que la ira de Dios está sobre él. Noé creyó a Dios.

[26:30] Y la ira de Dios no cayó sobre Noé y su familia. Si tú estás aquí sin Cristo. Recuerda que viene en juicio. Así como Noé estuvo predicando en ese tiempo.

[26:44] Estuvo predicando que venía en juicio para la tierra. Así Dios por medio de su palabra nos está advirtiendo. De que viene juicio para el mundo. Por causa del pecado.

[26:55] Dios aborrece el pecado. Dios detesta el pecado. Dios destruyó a Sodoma y Gomorra por causa del pecado. Dios destruyó en el tiempo de Noé la humanidad.

[27:06] Toda la humanidad. Millones y millones de seres humanos murieron, mis hermanos. Y solamente Noé halló gracia ante los ojos de Dios. Noé y su familia fueron los únicos que fueron salvos.

[27:21] Vuelve y te pregunto. ¿Estás tú preparado si el Señor viene en estos momentos? ¿O va a estar como las vírgenes insensatas que le estaban pidiendo aceite para sus lámparas a las vírgenes sensatas?

[27:45] Estamos viendo entonces, mis hermanos, el punto número uno. Las aguas continuaron creciendo. Vamos a ver el punto número dos. Muerte de todo ser viviente.

[27:56] Muerte de todo ser viviente. Y vamos a ir al versículo 21. Versículo 21. Y dice, Dios dijo que iba a destruir la humanidad por completo.

[28:25] Y Dios siempre cumple su palabra. Dios no es hombre para mentir. Dios siempre cumple toda su palabra. Y nosotros hemos visto, hemos estado enfocados en Noé y en su familia.

[28:41] Ellos estaban protegidos dentro del alca. Pero, ¿qué estaba sucediendo fuera del alca? ¿Qué estaba sucediendo fuera del alca? Millones y millones de personas muriendo por causa del pecado.

[28:57] Millones y millones y millones de personas muriendo por causa del pecado. Pero Noé y su familia estaban protegidos dentro del alca.

[29:15] Y el alca estaba flotando. Era Dios quien estaba dirigiendo el alca. Era Dios quien estaba conduciendo el alca. El alca, esa alca era una caja flotante. No tenía un sistema de navegación.

[29:27] No, era Dios quien estaba protegiendo y cuidando a Noé y su familia. Dios es nuestro socorro, nuestra pronta ayuda. Y en el exterior del alca, fuera del alca, lo que había era mucha destrucción y muerte por causa del pecado.

[29:53] Dice en el versículo 22, Todo lo que tenía aliento de vida, espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra murió.

[30:05] Y aquí está repitiendo la misma idea. Está repitiendo la misma idea, este versículo del versículo anterior. Porque lo que está señalando Dios en su palabra es algo bastante importante, algo muy importante.

[30:22] Y por eso lo está repitiendo. Miren como en Génesis 6, 13 dice, Dijo Dios a Noé, vuelvo y se lo leo. Esos versículos lo hemos visto anteriormente.

[30:34] Dice, dijo Dios a Noé, He decidido el fin de todo ser porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos.

[30:47] Y es aquí que yo los destruiré con la tierra. Dios destruyó la tierra por causa del pecado.

[30:58] Y Dios va a destruir la tierra de nuevo por causa del pecado. Y la única forma que nosotros podemos escapar de la ira de Dios, que tú puedes escapar de la ira de Dios, es si tú te arrepientes de tus pecados y depositas tu confianza en nuestro Señor Jesucristo.

[31:19] No hay ninguna otra forma. Y este es el momento de arrepentimiento. Porque tú no sabes cuándo Dios te va a mandar a buscar. Este es el momento.

[31:30] No sabemos cuándo Dios nos va a mandar a buscar. Y es la única oportunidad que nosotros tenemos de arrepentirnos es mientras estamos en esta vida. Este es el momento de arrepentimiento.

[31:41] Si Dios ha puesto en tu corazón eso, nosotros al final, nosotros al final, después que termine el culto de adoración, podemos orar por ti y podemos hablar contigo.

[31:52] Pero este es el momento, mis hermanos. Es urgente. Porque nosotros estamos, nosotros no sabemos cuándo el Señor viene. Nosotros no sabemos ni el día ni la hora.

[32:04] Nosotros no sabemos. El Señor dijo, cuando vean estas señales, sepan que el fin está cerca. Nosotros estamos viendo muchas de las cosas que nuestro Señor Jesucristo dijo. Guerra, rumores de guerra, hambre, pestilencia, terremotos, enfermedades, y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

[32:24] Nosotros estamos viendo todo esto. Este es el momento de nosotros arrepentirnos. Este es el momento de nosotros venir en arrepentimiento y fe a nuestro Señor Jesucristo.

[32:35] Vuelvo y les recuerdo, mis hermanos. Dios, nuestro Señor Jesucristo, viene. Nuestro Señor Jesucristo viene a juzgar al mundo.

[32:45] Y todas las obras ocultas y malvadas de los hombres van a ser reveladas. Todas las obras ocultas y malvadas de los hombres van a ser reveladas.

[32:55] Entonces hemos visto el punto número uno, el punto número dos, y vamos a ver el punto número tres. El ejemplo de Noé. El ejemplo de Noé.

[33:06] Si vamos al versículo, vamos a arreglar el versículo 23 y el versículo 24. Dice, Imagínense, estamos hablando de millones de seres humanos.

[33:41] Millones de seres humanos, los animales, los seres vivientes, y todos fueron destruidos, todo. Dice que todos murieron.

[33:55] Imagínense esta situación, mis hermanos. Fuera del alcalo que estaba sucediendo. Y solamente Noé y su familia fue salvo. Noé y su familia, solamente ellos fueron salvos.

[34:07] ¿Y por qué nosotros tenemos que seguir el ejemplo de Noé? Por varias razones. Noé le creyó a Dios. Noé le creyó a Dios.

[34:20] Le crees tú a Dios. Le estás tú creyendo a Dios. Noé le creyó a Dios. Noé tenía su confianza en Dios. Noé confiaba en Dios.

[34:31] Noé amó a Dios. Noé obedecía a Dios. Noé obedecía a Dios. Fe en Dios. Confianza en Dios.

[34:42] Obedecía a Dios. Amaba a Dios. Y para ti, ¿quién es Dios? Estás tú obedeciendo a Dios. Ama tú a Dios.

[34:55] Le crees tú a Dios. Te has arrepentido de tus pecados. Y has confiado en nuestro Señor Jesucristo. Noé era un ejemplo para nosotros imitarlo.

[35:08] Imitamos a Cristo. Queremos ser como Cristo. Pero Noé era una persona que confiaba en Dios.

[35:18] Y otra cosa importante, muy importante, que lo dice en 2 Pedro 2.5. Noé predicaba la palabra de Dios.

[35:31] Noé predicaba la palabra de Dios. Imagínense todos estos años. El diluvio llegó cuando él tenía 600 años. Imagínense todos estos años predicando la palabra de Dios, diciendo que venía a juicio.

[35:44] Noé era un predicador. Predicando en todo momento. Que venía a juicio para la tierra. Así como Dios nos está revelando por medio de su palabra de que viene juicio para la tierra.

[35:55] ¿Y qué debemos nosotros hacer? Al igual que Noé, nosotros debemos hacer lo mismo. Nosotros tenemos que predicar la palabra de Dios. Nosotros tenemos que predicar en todo momento.

[36:07] Estamos insistiendo en esto, mis hermanos, porque es importante. Tenemos que predicar en todo momento. En todo momento a nuestros amigos, a nuestros familiares, a nuestros vecinos.

[36:17] Este cuadro que nosotros estamos viendo en los versículos 23 y 24. Imagínense, piensen en un momento. Trasladen su mente a ese cuadro. Todas las personas muertas.

[36:29] Esas personas estaban muertas biológica y espiritualmente. Esas personas estaban muertas biológica y espiritualmente.

[36:39] Pero nosotros, en estos momentos, tenemos personas que están muertas espiritualmente. Personas que están sin Cristo y están muertas espiritualmente.

[36:51] Personas que necesitan nacer de nuevo. Nuestros amigos, nuestros familiares, nuestros vecinos en nuestro lugar de trabajo. Personas que están caminando, pero que están muertas espiritualmente.

[37:05] Porque son esclavos del pecado. Son esclavos del pecado. ¿Por qué yo menciono la importancia de Noé, que era un predicador? Porque Dios, por medio de la predicación de su palabra.

[37:20] Oigan esto, mis hermanos y amigos. Dios, por medio de la predicación de su palabra, puede darle vida a esas personas que están muertas espiritualmente. Esto es grandioso y Dios nos ha dado un privilegio.

[37:33] Esto es un privilegio, mis hermanos y amigos, que nosotros tenemos. Que Dios nos use a nosotros, a todos ustedes y a mí también, para nosotros llevar el Evangelio y darle vida a personas que están muertas espiritualmente.

[37:49] Tenemos que, entonces, predicar el Evangelio a nuestros hijos, a nuestros hermanos, a nuestros amigos, a todos. Y vuelvo y les digo, ese cuadro, cuando nosotros vemos el cuadro de los versículos 23 y 24, personas muertas espiritualmente y biológicamente, físicamente.

[38:08] Y nosotros, teniendo tantas personas que están muertas espiritualmente, que necesitan escuchar el Evangelio, es una gran oportunidad que nosotros tenemos.

[38:19] Y es algo que Dios nos mandó a hacer, mis hermanos. ¿Por qué le plació a Dios salvar al hombre por medio de la locura de la predicación, mis hermanos?

[38:31] ¿Por qué nosotros invitamos a las personas que vengan a la iglesia para que escuchen la palabra de Dios? No es para que vean a Edgar, a Leonardo, a Charo, a Aaron o a mí. No, es para que escuchen la palabra de Dios.

[38:44] Y que el poder de Dios, el Espíritu Santo, mis hermanos, esto es precioso lo que Dios ha hecho, lo que Dios hace por nosotros. El Espíritu Santo usa esa palabra que nosotros estamos predicando, esa palabra que cualquier hermano está predicando.

[38:58] Y transforma el corazón de esa persona. Y esa persona que está muerta en sus delitos y pecados, que está muerto por su pecado, que está muerto espiritualmente, vuelve. Esa persona nace de nuevo.

[39:11] Por eso nuestro Señor Jesucristo le dijo a Nicodemo, tienes que nacer de nuevo. Nosotros salimos a la calle, hay millones y millones de personas que están muertos espiritualmente. Y nosotros insistimos, insistimos que prediquemos el Evangelio.

[39:24] Prediquemos el Evangelio a todo el mundo, a nuestros hijos, a nuestros familiares. A veces decimos, bueno, nuestros hijos no quieren ir a la iglesia, no quieren ir a la iglesia. Prediquemos y oremos al Señor.

[39:36] Nosotros vemos el poder de la oración. Nosotros escuchamos el testimonio de Adiel, donde él le da gracia a Dios y le da gracia por su madre, que siempre se mantuvo en oración y predicándole el Evangelio.

[39:50] Prediquemos el Evangelio. Yo he querido traer un versículo un poco aquí largo. Es Ezequiel 37. Hoy se leyó inclusive en la lectura, en el culto en inglés.

[40:07] Y yo quiero leerlo, mis hermanos. Yo quiero que le presten atención a Ezequiel 37. Yo quiero, y no yo, Dios quiere que nosotros seamos como Noé.

[40:21] Que prediquemos su palabra. Que prediquemos la palabra, porque la palabra es que da vida. La palabra da vida. Nosotros, muchas personas muertas espiritualmente. Miren cómo dice Ezequiel 37.

[40:34] Yo quiero mucha atención, mis hermanos. Dice, la mano de Jehová vino sobre mí. Voy a dar un par de segundos más para que lo encuentren.

[40:51] Ezequiel 37. La mano de Jehová vino sobre mí. Eso es Ezequiel hablando.

[41:03] Y me llevó en el espíritu de Jehová. Y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Imagínense eso.

[41:14] Imagínense que Dios está haciendo eso con nosotros. Y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor.

[41:30] Y es aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo. Así están las personas. Sin Cristo. Muertos espiritualmente.

[41:40] Es como un montón de huesos. Ezequiel 37. Dice, he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo.

[41:54] Y por cierto, secos en gran manera. Secos, huesos secos, muertos espiritualmente. Y me dijo, hijo de hombre, vivirán estos huesos.

[42:07] Es como que Dios nos está diciendo. Imagínense que Dios nos diga delante de un grupo de personas que no creen. Que están muertos espiritualmente. Que no conocen de nuestro Señor Jesucristo.

[42:18] Y que Dios nos pregunte. Esas personas vivirán. Le dijo, y vivirán estos huesos. Y dije, miren que sabiduría. Le respondió bien, Señor, Jehová, tú lo sabes.

[42:31] Me dijo entonces. Oigan esto, aquí viene lo grandioso. Miren como le dijo el Señor. Me dijo entonces. Profetiza sobre estos huesos. Y dile, huesos secos, oí la palabra de Jehová.

[42:45] Lo que le está diciendo aquí. Nos lo está diciendo a nosotros. Profetiza, predica la palabra de Dios. A esos huesos secos. Eso es lo que tenemos nosotros que hacer.

[42:55] Predica la palabra de Dios. Profetiza a esos huesos. Y diles, huesos secos. Oíd la palabra de Dios. ¿Por qué le dijo que oyera la palabra de Dios? Porque la palabra de Dios es la que da vida.

[43:09] Nosotros, antes de conocer a Cristo. Nosotros estábamos como esos huesos secos. Y alguien nos predicó el evangelio. Alguien nos predicó la palabra. No necesariamente tiene que ser un pastor.

[43:22] Tiene que ser un diácono. Un hermano de la iglesia que predique. Tiene que predicar la palabra. La predicación es para todos nosotros. Es una gran comisión que Dios nos ha dado. Y miren como sigue.

[43:32] Y diles, huesos secos. Oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos. He aquí. Oigan esto, mis hermanos.

[43:44] Aquí está hablando de la regeneración perfectamente claro, mis hermanos. Y miren como dice. He aquí. Yo hago entrar espíritu en vosotros y viviréis.

[43:54] Cuando nosotros nos arrepentimos de nuestros pecados. Cuando nosotros confiamos en nuestro Señor Jesucristo. El Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Esto está precioso.

[44:04] Dice. He aquí. Yo hago entrar espíritu en vosotros y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros. Y haré subir sobre vosotros carne. Y os cubriré de piel.

[44:19] Y pondré en vosotros espíritu. Y viviréis. Y sabréis que yo soy Jehová. Profetízale a esos huesos secos. Eso el Señor te está diciendo a ti. Me está diciendo a mí. Profetízale.

[44:31] Igual que no es. A esas personas que no conocen del Señor. Profetízale. Significa que predique el Evangelio. Que tú vas a predicar. Lo que dice la Biblia. Lo que dice la palabra de Dios.

[44:42] No es lo que venga de ti. Sino lo que venga de Dios. Y miren lo que continúa diciendo. Profeticé. O sea. Predicó la palabra. Pues como me fue mandado.

[44:52] Y hubo un ruido mientras yo profetizaba. Hubo un ruido mientras yo profetizaba. Y aquí un temblor. Y los huesos se juntaron.

[45:03] Cada hueso con su hueso. Y mire. Y aquí tendones sobre ellos. Y la carne subió. Y la piel cubrió por encima de ellos. Pero no había en ellos espíritu.

[45:16] Wow. Y me dijo. Profetiza al espíritu. Profetiza hijo de hombre. Y di al espíritu. Así ha dicho Jehová el Señor. Espíritu.

[45:26] Vende los cuatro vientos. Y sopla sobre estos muertos. Y vivirán. Y profeticé como me había mandado. Y entró espíritu en ellos. Y vivieron.

[45:36] Y estuvieron sobre sus pies. Un ejército grande en extremos. Dios. Mis hermanos. Más claro de ahí. Nosotros no lo necesitamos. Más claro de ahí.

[45:47] Dios no nos lo puede presentar. Nosotros ahí estamos viendo. Estamos viendo la salvación. Que es de Dios. Por eso es que Dios.

[45:59] Dios nos dice. Que prediquemos el evangelio. Por eso es que Dios. Usó a Noé. Para predicar su palabra. Por eso es que nosotros. Tenemos que predicar.

[46:09] Porque no es un poder. Que viene de nosotros. Y no es un poder. Que viene de Dios. Mis hermanos. Es Dios. El que salva. Y como Dios. Nos salva. Por medio de su palabra.

[46:21] Por medio de su palabra. Quizás muchos dirán. Bueno hermano. Pero yo no conozco. Tanto de la Biblia. No. No. Mis hermanos. Eso no es excusa. Estudiamos la Biblia.

[46:33] Busquemos ayuda. Si vemos algo. Que no entendemos. Confiemos en el Espíritu Santo. Dios. No nos va a desamparar.

[46:45] Dios. No nos va a desamparar. Cuando nosotros. Estemos predicando. Su palabra. Predícale. A esos huesos secos. Predícale. A esas personas.

[46:55] Que están muertos espiritualmente. Como estábamos tú y yo. No es que nosotros. Nosotros estábamos muertos espiritualmente. Y alguien nos predicó la palabra. Y el Espíritu Santo nos dio vida.

[47:08] Estábamos muertos. Sin ningún tipo de esperanza. Y el Espíritu Santo nos dio vida. Mis hermanos. Es un privilegio que Dios nos ha dado. El nosotros poder predicar su palabra.

[47:20] Es grandioso que nosotros seamos usados. Por un Dios todopoderoso. Un Dios majestuoso. Y prediquemos su palabra. Mis hermanos. Seamos imitadores de Noé. Obedezcamos lo que nuestro Señor Jesucristo.

[47:33] Ir por el mundo. Lo que nuestro Señor Jesucristo nos dijo. Ir por el mundo. Y predicar el Evangelio a toda criatura. Todo aquel que creyere será salvo. Más el que no creyere será condenado. El alca es Cristo.

[47:45] El alca está abierta. Cristo es el camino. Cristo es la puerta. Nosotros tenemos. Mis hermanos. Que predicar el Evangelio. Salgamos con esta idea.

[47:58] Al igual que Noé. Que era un predicador de la palabra. Que nosotros prediquemos en todo momento. No tengamos temor. Dios no nos va a desamparar. No tengamos miedo. Dios no nos va a desamparar.

[48:10] Prediquemos. Prediquemos. Prediquemos el Evangelio. Mis hermanos. Porque el Evangelio. Es poder de Dios. Para salvación. A todos los que creen. Por eso tenemos que predicar el Evangelio.

[48:21] Entonces hemos visto tres puntos. Mis hermanos. Hemos visto. El crecimiento. Como las aguas continuaron creciendo. Nosotros hemos visto. La muerte que hubo.

[48:32] Por el diluvio. Nosotros vimos. También. El punto número tres. Que seamos como Noé. Que prediquemos la palabra. Entonces. Algunas aplicaciones. Que podemos tomar.

[48:45] De lo que hemos escuchado. Tener seguridad. Cuando predicamos. Tenemos que tener seguridad. Cuando predicamos. Dios cumple su palabra.

[48:57] Dios no es hombre para mentir. La Biblia. Es la palabra de Dios. Nosotros creemos en la Biblia. Desde Génesis. Hasta Apocalipsis. Porque es la palabra de Dios. Todo lo que dice la Biblia.

[49:10] Es palabra de Dios. Dios. Nosotros vemos. Como Dios le habló a Noé. Y Dios siempre cumple su palabra. Y si Dios siempre cumple su palabra. Si tú vienes en arrepentimiento y fe a nuestro Señor Jesucristo.

[49:24] Tú vas a ser salvo. Tú vas a ser salvo. Tenemos que predicar la palabra de Dios. Sería otro punto de aplicación. O sea. Lo que estoy diciéndole ahora. Es que nosotros tenemos que hacer.

[49:35] Cuando nosotros salgamos de aquí. De. De esta. De esta iglesia. Nosotros tenemos que salir en mente. Que tenemos que predicar la palabra. Tenemos que predicar la palabra.

[49:48] He insistido mucho en esto. Porque es importante. Porque he insistido. Porque Dios insiste en esto. Porque nuestro Señor Jesucristo. Nos dio una orden. Antes de ascender a los cielos.

[49:58] Que prediquemos el evangelio a todo el mundo. Porque la palabra de Dios es quien transforma. La palabra de Dios fue quien me transformó. A mí un pecador. Y la palabra de Dios me transformó. Y me cambió. Y por eso tenemos que escuchar la palabra.

[50:10] Predicar la palabra. Tenemos que estudiar la Biblia. Tenemos que hacer esto. A los amigos. Que nos visitan. Si tú estás aquí sin Cristo.

[50:22] Tú estás como esos huesos secos. Que dice Ezequiel. Pero hay un buen. Hay algo bueno. Tú has venido. A una iglesia.

[50:33] Donde se predica la palabra de Dios. Para la gloria y la honra de Dios. Y el Espíritu Santo. Está trabajando. En tu corazón. El Espíritu Santo. Puede transformar tu corazón.

[50:43] El Espíritu Santo. Puede transformar tu corazón. Para que tú vengas en arrepentimiento y fe. Si tú sientes. Que este es el momento. De tu arrepentirte.

[50:55] Este es el momento. Que no hay otro momento. Este es el momento. Es ya. Y tú quieres que nosotros. Al final del culto de adoración. Al final de la Santa Cena. Nosotros oramos por ti.

[51:05] Podemos hacerlo. Con mucho amor. Para la gloria y la honra de nuestro Señor Jesucristo. Vamos a orar mis hermanos. Y vamos a meditar en lo que Dios nos ha dicho hoy.

[51:16] Por medio de su palabra. Padre amado. Te damos gracias por tu palabra preciosa. Tu palabra que salva. Tu palabra que transforma.

[51:29] Señor. Somos pecadores. Necesitamos de ti. Necesitamos de tu Espíritu Santo. Necesitamos de tu poder para ser salvos. Separado de ti no podemos hacer nada, Señor.

[51:41] Permite que estas palabras que se han predicado. Lleguen al corazón. De todos nosotros. Que podamos entenderla. Que podamos aplicarla. Que podamos vivir en santidad.

[51:52] Que podamos amarte cada día más. Que podamos amar a los hermanos. Ayúdanos a crecer espiritualmente. Ayúdanos a ser como Cristo. Ayúdanos a cada día.

[52:04] A cada día. Predicar tu palabra. Sin descansar. Predicar en todo momento. Gracias, Señor. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.