La Parabola Del Trigo y La Cizana

Preacher / Predicador

Pedro Guzman

Date
Feb. 28, 2021
Time
13:00

Transcription

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[0:00] Si saludo mis hermanos y amigos que nos visitan en el día de hoy. Si pueden abrir su Biblia por favor en el libro de Mateo, Mateo capítulo 13.

[0:14] Vamos a estar leyendo del 10 al 17, luego vamos a estar leyendo del 24 al 30 y finalmente del 36 al 43.

[0:24] Mateo 13, empezamos del 10 al 17. Entonces, acercándose a los discípulos, le dijeron, ¿por qué les hablas por parábolas?

[0:44] Él respondiendo les dijo, Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, mas a ellos no les es dado.

[1:00] Porque a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más. Pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

[1:11] Por eso les hablo por parábolas. Porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías que dijo, De oído oiréis y no entenderéis.

[1:29] Y viendo veréis y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sanes.

[1:51] Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, Y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron.

[2:12] Vamos ahora al mismo capítulo 13, vamos a leer del 24 al 30. 24 al 30. Les refirió otra parábola diciendo, El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo.

[2:30] Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hielba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

[2:44] Vinieron entonces los siervos del padre de familia, y le dijeron, Señor, no sembraste buena semilla en tu campo. ¿De dónde pues tiene cizaña?

[2:58] Él les dijo, un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron, ¿quieres pues que vayamos y la arranquemos?

[3:08] Él les dijo, no. No sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega.

[3:20] Y al tiempo de la siega, yo diré a los cegadores, recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero recoged el trigo en mi granero.

[3:32] Y finalmente, vamos a leer del 36 al 43. Jesús entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa, y acercándose a él sus discípulos, le dijeron, explícanos la parábola de la cizaña del campo.

[3:59] Respondiendo, él les dijo, el que siembra la buena semilla es el hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

[4:12] El enemigo que la sembró es el diablo, la ciega es el fin del siglo, y los cegadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será el fin de este siglo.

[4:27] Enviará el hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego, allí será el lloro y el crujil de dientes.

[4:46] Entonces, los justos resplandecerán como el sol en el reino de su padre, el que tiene oídos para oír, oiga. Vamos a orar. Señor, te damos gracias por estas palabras.

[5:03] Te damos gracias por tu amor, por tu misericordia, por tu bondad, Señor. Te pedimos que quite cualquier distracción que podamos tener, cualquier preocupación, Señor.

[5:15] Que nosotros estemos atentos, pendientes a tu palabra. Y que esta palabra transforme nuestros corazones, y que podamos aplicarla día a día en nuestras vidas.

[5:28] Señor, que tu Espíritu Santo venga con poder, transforme los corazones de todos los presentes. Que tu palabra pueda ser entendida, interpretada y aplicada.

[5:41] En el nombre de nuestro Señor Jesús. Amén. Mis hermanos y amigos van a tener que estar con su Biblia en mano, porque como estuvieron viendo, estoy leyendo, estuve leyendo diferentes versículos.

[5:55] Señor, si nosotros recordamos, el domingo pasado, los dos últimos domingos, nuestro hermano Dionaldo ha estado predicando. Y él, uno de estos domingos que pasó, predicó con relación a quién es la familia de Cristo.

[6:15] Recuérdense que dice la Biblia que nuestro Señor Jesucristo estaba en un lugar y fueron y le dijeron, Señor, tu madre, tus hermanos, tu hermana te buscan.

[6:28] Y él extendió sus manos y dijo, ¿Quién es mi hermano? ¿Quién es mi madre? ¿Quién es mi hermana? El que hace la voluntad de mi padre, dijo nuestro Señor Jesucristo.

[6:43] Entonces, inmediatamente nosotros nos dimos cuenta lo importante que es la familia espiritual. Nosotros nos dimos cuenta, nos damos cuenta por leerlo en la palabra, que para nosotros ser familia de Cristo, nosotros tenemos que hacer la voluntad del padre.

[6:59] Entonces, viene inmediatamente la pregunta que nuestro hermano Dionaldo la aclaró perfectamente. Entonces, ¿cuál es la voluntad del padre? ¿Cuál es la voluntad de Dios? Para nosotros considerarnos ser hijos de Dios, nosotros tenemos que hacer la voluntad del padre.

[7:14] Y la voluntad del padre es que nosotros obedezcamos sus mandamientos. Número uno, obedecer sus mandamientos, obedecer su palabra. Número dos, nosotros estar gozoso en todo tiempo.

[7:26] No importan las dificultades, no importa lo que venga en nuestras vidas, nosotros tenemos que estar gozoso en todo tiempo. Número tres, nosotros tenemos que darle gracia a Dios por todo.

[7:37] Por todo, sean buenas o sean malas las circunstancias, tenemos que darle gracia a Dios por todo. Seguimos. Seguimos. Parte de la voluntad de Dios es amar a Dios sobre todas las cosas.

[7:51] Y otra cosa es nosotros amar al hermano. La voluntad de Dios es que nosotros amemos al hermano. Si yo no amo al hermano, yo no estoy haciendo la voluntad de Dios.

[8:05] Una iglesia se debe de conocer por el amor entre los hermanos. Nuestro hermano Leonardo el domingo pasado también predicó de la parábola del sembrador.

[8:17] Y cuando él estuvo predicando, nosotros vimos, porque lo dice en la palabra, que Cristo es el sembrador.

[8:34] Y la palabra es la semilla. Y esa palabra puede caer o puede ser sembrada en cuatro tipos diferentes de corazones.

[8:47] Habló de un corazón endurecido cuando la semilla cae en el camino. Hizo un buen ejemplo. Dijo, cuando nosotros caminamos por un camino, muchas personas caminan.

[8:59] Ese camino se endurece. Y el Señor, nuestro Señor Jesucristo, usó este ejemplo en la parábola del sembrador para hablar de un corazón endurecido por el pecado.

[9:12] Habló también de un corazón superficial. Este es cuando la semilla cae en pedregales. Diciendo, por ejemplo, que cuando alguna persona recibe el mensaje, recibe el mensaje y por las persecuciones y por causa de la palabra, luego tropieza.

[9:36] Esto se está refiriendo a un corazón superficial. Habló de un corazón agobiado. Una persona que recibe la palabra, pero por motivo a las dificultades, a los problemas del día a día, a los problemas del mundo, tropieza.

[9:52] Y el mensaje no permanece. Y habló de un corazón abierto o un corazón de carne. Un corazón que ha sido transformado por el poder del Espíritu Santo.

[10:03] Y dice que este oye y entiende la palabra y da frutos al ciento sesenta y al treinta por uno. Esas fueron las dos últimas prédicas que hemos nosotros tenido.

[10:17] En el día de hoy nosotros vamos a ver tres puntos. Número uno, vamos a ver el propósito de las parábolas. Número dos, vamos a ver la parábola del trigo y la cizaña.

[10:28] Y número tres, qué enseñanza para nuestra iglesia nos deja la parábola del trigo y la cizaña. Entonces, si vamos al capítulo 13.

[10:53] Del versículo, vamos a leer del versículo, vamos a ver ahora del 10 al 17. Dicen en el versículo 10. Los discípulos se acercaron a nuestro Señor Jesús y le preguntaron, ¿por qué les habla por parábola?

[11:21] Esa pregunta que ellos estaban haciendo implica que había un grupo de personas que estaban, entendían lo que él estaba diciendo, pero habían otros grupos que no estaban entendiendo o que no entendían lo que nuestro Señor Jesucristo estaba predicando o estaba diciendo.

[11:45] Entonces, no todo el mundo podía entender cuando nuestro Señor Jesucristo estaba hablando por parábola.

[11:55] Entonces, nuestro Señor le dio diferentes razones por lo cual él les hablaba por parábolas.

[12:10] Si nosotros vamos al versículo número 11. Dice, oigan, ¿cómo le respondió nuestro Señor Jesucristo?

[12:23] Porque a vosotros os he dado saber los misterios del reino de los cielos, mas a ellos no les he dado.

[12:33] La primera respuesta que nuestro Señor Jesucristo les responde, ¿por qué yo le hablo a ellos por parábola? Porque a vosotros, a ustedes, le ha sido revelado el conocer los misterios del reino de los cielos, mas a ellos no.

[12:45] Un misterio es algo que no puede ser entendido a menos que no sea revelado por Dios mismo. Y él está diciendo, pero a ustedes se les ha dado la potestad de conocer los misterios del reino, pero a ellos no.

[13:02] Porque Dios, nosotros tenemos que entender que Dios es soberano.

[13:14] Que Dios determinó desde antes de la fundación del mundo que a un grupo de personas, a un grupo de creyentes, se le iba a dar la potestad de conocer los misterios del reino.

[13:27] Porque Dios, en su soberanía, no ha predestinado para ser salvo. Dios, en su soberanía, nos ha hecho hijo de él por medio de nuestro Señor Jesucristo.

[13:41] Entonces, otra cosa que nosotros tenemos que entender, que cuando alguien rechaza a nuestro Señor Jesucristo, los misterios del reino no van a ser revelados, el Evangelio de Cristo no va a ser revelado a esa persona.

[14:05] Si nosotros vamos al versículo número 12, el versículo número 12, dice, Porque a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, aún lo que tiene, le será quitado.

[14:24] O sea, esto es grandioso esto que nuestro Señor Jesucristo está diciendo. A quien tiene, se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, aún lo que tiene, le será quitado.

[14:41] Esto no se refiere a bienes materiales. No se refiere a bienes materiales. Muchas iglesias que predican un Evangelio de la prosperidad han mal usado esto.

[14:52] Esto no se refiere a bienes materiales. Lo que el Señor está diciendo es, a los que escuchan mis enseñanzas, se le dará más comprensión o entendimiento y tendrán conocimiento en abundancia.

[15:06] A los que escuchan mis enseñanzas, tendrán más entendimiento y conocimiento en abundancia. Pero a los que no escuchan, oigan esto, a los que no escuchan, se les quitará aún de lo poco que entienden.

[15:23] ¡Wow! Entonces, si seguimos, en el versículo 13, miren entonces cómo le sigue respondiendo nuestro Señor Jesucristo.

[15:41] Por eso les hablo por parábola. Porque viendo no ven y oyendo no oyen. Por eso les hablo por parábola.

[15:52] Y en el 14 dice, de manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo, de oídos oiréis y no entenderéis, y viendo veréis y no perseguiréis.

[16:04] O sea, nuestro Señor Jesucristo le está diciendo, yo le hablo a ellos por parábola, porque viendo no ven y oyendo no oyen.

[16:16] Ellos habían visto lo que hizo nuestro Señor Jesucristo. Nuestro Señor Jesucristo había resucitado personas. Le había devuelto la vida a ciegos.

[16:26] Los cojos caminaban. Nuestro Señor Jesucristo había predicado el evangelio de la salvación. Muchos profetas hubiesen querido ver lo que ellos estaban viendo.

[16:41] Pero, por causa del pecado, su corazón estaba endurecido. Entonces, viendo no veían y oyendo no oían. Por su corazón, un corazón endurecido.

[16:54] Entonces, él le dice, en el versículo 14, de manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo, de oído oiréis y no entenderéis, y viendo veréis y no perseguiréis, porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos, para que no vean con los ojos y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan y se conviertan y yo los sanes.

[17:26] Entonces, nosotros, muchas veces, nosotros escuchamos que dicen, wow, pero esas personas sí eran malvadas, porque nuestro Señor Jesucristo predicando el evangelio, nuestro Señor Jesucristo haciendo los milagros que hizo, y no se arrepintieron.

[17:45] Pero déjenme decirle algo. Primero, nosotros tenemos una revelación mucho más completa. Nosotros tenemos la revelación de Dios a través de su palabra, completica.

[17:57] A nosotros nos cabe mucho más condenación. Cuando alguien rechaza el evangelio de Cristo, le cabe mucho más condenación, porque nosotros tenemos una revelación completa.

[18:08] Nosotros tenemos la revelación completa de Dios por medio de la Biblia, a través de su palabra. Dios se ha revelado al hombre siempre. Siempre Dios se ha revelado, y la mejor forma que Él se ha revelado, a través de su palabra y por medio de nuestro Señor Jesucristo.

[18:26] Entonces, en el versículo 16 dice, Muchos profetas quisieron ver lo que ellos estaban viendo.

[18:55] Dios es soberano. Tenemos que entender esto, hermanos y amigos que nos escuchan. Dios es soberano. Desde antes de la fundación del mundo, Dios nos predestinó para ser hijos suyos por medio de nuestro Señor Jesucristo.

[19:14] Dios es soberano. Dios nos salvó. Pero nosotros tenemos que tener también pendiente que el hombre tiene una responsabilidad.

[19:29] El hombre es un ser responsable. Dios quiere que todos los hombres sean salvos, que todo el mundo venga al arrepentimiento.

[19:40] Dios quiere eso. Entonces, muchas veces es difícil reconciliar la soberanía de Dios con la responsabilidad del hombre. Cuando el hombre se salva, es por la misericordia de Dios.

[19:55] Cuando el hombre se pierde y va al infierno, es la responsabilidad del hombre porque Dios no tienta a nadie. Dios no es autor de pecado. Entonces, hemos visto el punto uno.

[20:16] ¿Por qué Dios, por qué Jesús, nuestro Señor Jesucristo, le hablaba por parábola? Ahora nosotros vamos a ir al punto número dos con la parábola del trigo y la cizaña.

[20:29] Déjenme decirle algo antes de pasar al punto número dos. Yo estuve viendo la planta del trigo y la planta de la cizaña.

[20:44] Y son sumamente parecidas. Inclusive, busqué una foto, se la mostré a mi esposa y le dije cuál es la planta de trigo y cuál es la cizaña.

[20:57] Y no lo supo diferenciar. Son bastante parecidas. La cizaña crece donde hay trigo. Es como una maleza, es una hierba que crece donde hay trigo.

[21:14] Y son muy parecidas. Y puede producir como un tipo de frutos también. Lo único que es venenoso. Es venenoso y contamina muchas veces el cultivo del trigo.

[21:28] Otra cosa es que encontré al final de la noche, ya cuando me iba a acostar, que muchas veces las raíces de la cizaña se entremezclan con las raíces del trigo.

[21:41] Entonces, cuando uno va a quitar la cizaña, puede también lesionar la planta del trigo. Entonces, esta es otra parábola.

[21:51] Vamos a entrar a la parábola del trigo y la cizaña. Vamos a ir ahora del 24 al 30. Y esto va a ser bien, bien fácil, porque nuestro Señor Jesucristo da la explicación de esta parábola.

[22:10] Él da la explicación de esta parábola. Voy a leerlo de nuevo, del 24 al 30. Dice que el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buenas semillas en su campo.

[22:21] La parábola, Dios la está usando, nuestro Señor Jesucristo la está usando. Está usando una realidad terrenal para explicar algo espiritual, para que haya un mayor entendimiento.

[22:33] Entonces, me llama la atención cuando nuestro Señor Jesucristo dice en el versículo 24, el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buenas semillas en su campo.

[22:46] O sea, él está usando esto para explicarnos los secretos del reino de los cielos. Entonces, si él me está diciendo que el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buenas semillas en su campo, quiere decir, cuando nosotros vemos a alguien que está sembrando, que hay un periodo de siembra y hay un periodo de cosecha.

[23:08] Hay un periodo de siembra y hay un periodo de ciega, me parece que es la palabra. O sea, cuando usted siembra, viene un periodo donde usted va a cosechar, donde usted va a cortar el fruto.

[23:21] Entonces, es importante que tengan eso pendiente. Número 24. Y oigan cómo dice en el 25. Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue.

[23:36] Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron, Señor, no sembraste buenas semillas en tu campo.

[23:49] ¿De dónde, pues, tienes cizaña? Él les dijo, un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron, ¿quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo, no, no sea que al arrancar las cizañas, arranquéis también con ella el trigo.

[24:02] Deja crecer lo uno y lo otro hasta la siega. Y al tiempo de la siega, yo diré a los cegadores, recoger primero la cizaña y hasta el manojo para quemarla, pero recoger el trigo en mi granero.

[24:18] O sea, un hombre sembró en el campo. Vino alguien en la noche. Sembró otro tipo de fruto.

[24:28] Los trabajadores del hombre se dieron cuenta de que habían sembrado un fruto diferente. Le preguntaron que si lo cortaba.

[24:39] Él le dijo, no, espera. Entonces, nuestro Señor Jesucristo da una explicación. Esta parábola, nuestro Señor la estaba usando para explicar los misterios del reino de los cielos.

[24:51] Estos misterios no iban a poder ser entendidos a menos que Dios los revelara al hombre. Y esto es grandioso, la enseñanza que el Señor nos está dando con esto.

[25:03] Entonces, vamos a escuchar la explicación de nuestro Señor Jesucristo. Jesús explica la parábola de la cizaña. Una explicación magistral.

[25:15] Miren lo que dice nuestro Señor. Dice, entonces despedida la gente. Vamos a ir al 36 al 42 ahora. 36 al 42. Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa y acercándose a sus discípulos dijeron, explícanos la parábola de la cizaña y del campo.

[25:36] Respondiendo, Él les dijo, el que siembra la buena semilla es el hijo del hombre. El que siembra la buena semilla es el hijo del hombre. Cuando habla aquí del hijo del hombre, se está refiriendo a nuestro Señor Jesucristo.

[25:49] Si nosotros recordamos cuando nuestro hermano Dionaldo predicó la parábola del sembrador, estaba hablando de un fruto que cayeron en cuatro diferentes corazones.

[26:01] Esta parábola del trigo y la cizaña está hablando de dos sembradores con dos frutos diferentes. Dos sembradores con dos frutos diferentes.

[26:15] Un primer sembrador que vino y sembró y vino otro sembrador y sembró en la noche a escondida. Dos sembradores con dos frutos diferentes.

[26:26] Dos sembradores con dos frutos diferentes.

[26:39] Entonces, nuestro Señor Jesucristo sigue diciendo en el 38, el campo es el mundo. El campo es el mundo.

[26:49] Esta parábola se ha querido usar solamente muchos hermanos la han querido usar diciendo que esta parábola es para la iglesia.

[27:01] Eso no se aplica en la iglesia. Pero aquí está claro que el contexto que nuestro Señor está hablando se está refiriendo al mundo.

[27:15] Se está refiriendo al mundo. Entonces, sigue diciendo nuestro Señor, la buena semilla son los hijos del reino. La buena semilla somos nosotros, los cristianos, los que hemos nacido de nuevo, los cuales Dios ha transformado nuestro corazón y podemos ver la grandeza de Cristo por el poder de Dios, no por ningún mérito que nosotros hayamos hecho.

[27:39] Y la cizaña son los hijos del malo. La cizaña son los hijos del malo. Dice, oigan, el enemigo que la sembró es el diablo.

[27:50] Acuérdense cuando leímos que los trabajadores le dijeron, vino alguien y sembró cizaña. Y el Señor le está diciendo, el enemigo que la sembró es el diablo.

[28:00] La ciega es el fin del siglo. ¿Se acuerdan? Nuestro Señor Jesucristo dijo, el reino de los cielos es como un hombre que se levantó y sembró.

[28:12] Entonces, acuérdense que cuando nosotros sembramos, hay una etapa de siembra y hay una etapa de ciega. Recuérdense de eso. Entonces, sigue nuestro Señor Jesucristo dando esta explicación maravillosa.

[28:34] Dice, el enemigo que la sembró es el diablo. La ciega es el fin del siglo. Y los cegadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.

[28:53] Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles y recogerán de sus reinos a todos los que silben de tropiezo y a los que hacen iniquidad. Y los echarán en el horno de fuego.

[29:05] Allí será el lloro y el crujil de dientes. Entonces, los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre, el que tiene oídos para oír que oiga.

[29:18] Nuestro Señor explicó perfectamente esta parábola del trigo y la cizaña. Pero sería una, el yo querer agregarle a la explicación, eso sería tapecado, por así decirlo.

[29:36] A lo que nuestro Señor Jesucristo, lo que nuestro Señor Jesucristo muy claramente nos presentó a nosotros. Dijo los diferentes escenarios, Él lo definió.

[29:49] Ahora, después de esta explicación que nos da nuestro Señor, nosotros vamos a pasar al punto número tres. ¿Cuál es la enseñanza que nos deja como iglesia la parábola del trigo y la cizaña?

[30:07] ¿Cuál es la enseñanza que nos deja? Y la primera enseñanza que a nosotros nos llega es, surge la pregunta, ¿por qué Dios permite tanto sufrimiento en el mundo?

[30:32] ¿Por qué Dios permite tanto sufrimiento? Nosotros estamos viendo cómo está el mundo. Nosotros vemos que secuestran mujeres en el mundo y la obligan a ejercer la prostitución.

[30:49] Y la administran droga todos los días. La hacen adicta a drogas. Nosotros vemos que en los trabajos no hay respeto por los trabajadores. Nosotros vemos cómo las naciones fuertes muchas veces avasallan a las naciones débiles.

[31:06] Nosotros vemos la maldad a nuestro alrededor. Nosotros vemos cómo muchas veces los matrimonios, los esposos maltratan a sus esposas.

[31:18] Nosotros vemos el odio. Ya nosotros tenemos miedo de pararnos a ayudar a alguien que tenga un accidente. Pensamos, cuidado si nos van a atracar, cuidado si me van a demandar. Ahora, vemos maldad en todo el mundo.

[31:31] ¿Y por qué yo traigo esta pregunta? Ustedes dirán, pero mi hermano, ¿y por qué trae esa pregunta? Porque acuérdense que cuando nosotros estábamos leyendo, que los trabajadores, cuando estábamos leyendo la parábola del trigo y la cizaña, cuando en el versículo 27, cuando dijo, vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron, Señor, no sembraste buena semilla en el campo, ¿de dónde pues tiene cizaña?

[32:02] Y le dijeron, ¿quiere que la arranquemos? ¿Quiere que arranquemos esa cizaña ahora mismo? Dios tiene el poder de acabar con la maldad que existe en este mundo ahora mismo.

[32:20] Ahora mismo Dios tiene ese poder de acabar con el pecado en el mundo. Pero ¿por qué Dios no hace esto ahora en este preciso momento?

[32:35] Por su amor, por su misericordia, por su paciencia. Por su amor, su misericordia y su paciencia. Porque Dios quiere que todos los hombres vengan al arrepentimiento.

[32:51] Dios quiere que los hombres vengan al arrepentimiento. Que vengan al arrepentimiento y fea nuestro Señor Jesucristo. Dios quiere eso. Y por su paciencia, es un Dios paciente.

[33:04] Acuérdense que todos nosotros, lo que hemos nacido de nuevo en un tiempo, nosotros éramos cizaña. Nosotros éramos cizaña en un tiempo.

[33:16] Y ahora somos trigo. Y Dios en su paciencia. Por eso es que Dios es un Dios paciente. Pero sobre todo, un Dios de amor. Le está dando oportunidad al hombre para que sea salvo.

[33:30] Para que el hombre venga en arrepentimiento. Quiero buscarle... Un segundito, perdón.

[33:50] Dios quiere que nosotros, que el hombre venga en arrepentimiento.

[34:00] Miren lo que dice en Primera de Timoteo 2.4. Dios es un Dios paciente.

[34:15] Un Dios de amor. Un Dios que aborrece el pecado. Pero es un Dios que quiere que el hombre venga en arrepentimiento. Miren en Segunda de Pedro, que lo mencionó el Pastor Chad esta mañana.

[34:29] Segunda de Pedro, capítulo 3, versículo 9. En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan.

[34:40] Al contrario, es paciente por amor a ustedes. Ustedes ven, lo que yo estoy diciendo está en la Biblia. Dice, al contrario, es paciente por amor a ustedes.

[34:56] No quiere que nadie sea destruido. No quiere que nadie sea destruido. Quiere que todos se arrepientan. Dios quiere que el hombre se arrepienta.

[35:07] Recuérdense, en un tiempo nosotros éramos cizaña y ahora nosotros somos trigo. ¿Cuáles otras enseñanzas nos deja esta parábola del trigo y la cizaña?

[35:24] Dios permite la coexistencia de justo e injusto. Dios lo ha permitido.

[35:36] Dios lo está permitiendo. La coexistencia de justo con injusto. Hay dos opciones en la vida. O tú le sirves a Dios o le sirves al otro.

[35:48] Dios ha permitido esa coexistencia. Pero al final de los tiempos, los injustos van a ser destruidos. Al final de los tiempos, los injustos van a ser enviados al lago de fuego.

[36:07] Imagínense toda la eternidad en un lugar de sufrimiento donde ahí será el lloro y el crujir de dientes, como dice la palabra. Dios ha permitido la coexistencia.

[36:22] Dios está dándole una oportunidad al hombre para que vengan arrepentimiento, que vengan arrepentimiento y fe a nuestro Señor Jesucristo. Entonces, nosotros hemos visto, nosotros vimos cuando leímos el propósito de la parábola, que Dios es un Dios soberano.

[36:49] Que Dios nos predestinó desde antes de la fundación del mundo para ser hijo de él por medio de nuestro Señor Jesucristo. Que el hombre tiene una responsabilidad. El hombre es un ser responsable.

[37:02] Y el hombre tiene, si el hombre se pierde, si el hombre se pierde, es una responsabilidad de él.

[37:14] Cuando el hombre se salva, Dios, es por el poder de Dios obrando en el hombre. Pero nosotros también aquí pudimos ver, al ver esta parábola del trigo y la cizaña, que dice, un enemigo vino en la noche y sembró la cizaña.

[37:29] Entonces, nosotros aprendemos inmediatamente con esta parábola que nuestro Señor Jesucristo nos está diciendo. Y es que Satanás también influye para que nosotros rechacemos, para que nosotros, para que el mundo no venga en arrepentimiento y fe a Cristo.

[37:54] Para que el mundo rechace el evangelio del Señor, el evangelio de Cristo. Pero acuérdate, los últimos versículos del 39 al 43, estos versículos hablan del tiempo final.

[38:16] Y nos dicen que los ángeles del Señor recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen iniquidad y los echarán en horno de fuego.

[38:26] Pero, mis hermanos, esta parábola nos deja a nosotros como enseñanza algo muy importante. A veces, nosotros nos desesperamos con la situación del mundo.

[38:41] A veces, muchas veces uno dice, wow, pero yo quiero que el Señor Jesucristo venga allá. Y a veces hay confusión. Cristo está reinando.

[38:56] Cristo está reinando en la vida de todos nosotros. Pero hay muchas veces confusión y muchas veces desesperación.

[39:06] Por ejemplo, Juan el Bautista, cuando él estuvo detenido, cuando él sabía que ya lo iban a matar, le mandó a preguntar a nuestro Señor Jesucristo. ¿Eres tú el que habrá de venir o vendrá otro?

[39:19] Y él le respondió, díganle a Juan que los ciegos ven, que los cojos andan, y que este evangelio es predicado. Que el evangelio es predicado a los pobres.

[39:31] Y yo estoy seguro que Juan entendió. Nosotros ahora tenemos que entender el gran mensaje que el Señor nos da en esta parábola del trigo y la cizaña.

[39:41] Es que nosotros tenemos que entender que hay un tiempo de siembra. Hay un tiempo de crecimiento. Y va a venir una ciega. Va a venir un tiempo de cosecha donde el fruto malo va a ser echado al fuego y el fruto bueno va a estar en el granero.

[39:58] Eso es vital que nosotros entendamos esto. Eso es vital que entendamos que el reino de los cielos va a ser consumado en el tiempo que Dios lo ha determinado.

[40:12] Que nosotros salgamos con esto claro, mis hermanos. Por eso nuestro Señor Jesucristo usó esta parábola del sembrador. Para que nosotros entendamos este misterio del reino de los cielos.

[40:25] Estamos en cuando usted siembra, usted espera el crecimiento de la planta. Y acuérdense que el crecimiento lo da Dios.

[40:35] El crecimiento es Dios quien lo da. Y va a llegar un momento donde ese fruto va a ser cortado. Y lo que no dé fruto va a ser echado al fuego.

[40:46] Dios en su amor, en su misericordia, en su paciencia, en su bondad, ha determinado que sea así. Y es bueno que sea así porque hay muchas personas que en estos momentos son cizañas que van a ser trigo.

[41:05] Muchas personas que son cizañas que van a ser... Y Dios es un Dios paciente. Miren, mis hermanos. Entender esto es vital para nosotros como iglesia.

[41:18] Nosotros entender esto. Por eso es que el Señor, este misterio tan importante, usó parábolas. Entonces, a ustedes les he dado la potestad de entender este misterio a los hijos de él.

[41:32] A los que han venido en arrepentimiento y fe a nuestro Señor Jesucristo. Pero a los otros por su corazón endurecido no entienden nada de esto.

[41:44] No pueden aplicar esto en sus vidas. Estamos en un periodo de crecimiento. Estamos en un periodo de siembra.

[41:57] Esto es importante. Entonces, si salimos con esa enseñanza que es nuestro Señor Jesucristo. Miren, como iglesia nos va a ayudar bastante.

[42:10] El reino de los cielos va a ser consumado cuando venga nuestro Señor Jesucristo por segunda vez. Cuando nuestro Señor Jesucristo venga por segunda vez.

[42:20] El reino de los cielos va a ser consumado. Por eso es que nosotros ahora vemos todas estas cosas y decimos, ven acá, pero Cristo es el Rey. Sí, Cristo es el Rey.

[42:32] Él es el Rey de nosotros. Pero su reino va a ser consumado cuando Él venga en su segunda venida. Por eso es que nosotros también batallamos. Tenemos una batalla constante.

[42:43] Tenemos un corazón regenerado. Estamos bajo el señorío de nuestro Señor Jesucristo. Pero entonces tenemos que muchas veces estamos batallando con pecado.

[42:56] A veces decimos como Pablo, pero Señor, yo no quiero, lo que no quiero hacer esto hago y lo que quiero hacer no hago. Porque nosotros todavía no tenemos un cuerpo glorificado.

[43:08] Cuando nosotros tengamos un cuerpo glorificado vamos a ser como nuestro Señor Jesucristo. Y ya no va a haber más pecado en nosotros. Entiendan esto, mis hermanos.

[43:19] En la siembra hay una siembra y hay una siega. Y Dios en su amor y su misericordia le está dando oportunidad al hombre para que vengan en arrepentimiento y fe. Nosotros como iglesia tenemos que entender esto.

[43:31] Este misterio Dios nos lo está revelando en el día de hoy. O nos lo está revelando, no en el día de hoy, nos lo está revelando siempre en su palabra en la Biblia. Dios es bueno. Dios reina en...

[43:43] Dios es mi Rey. Dios es el Rey de todos nosotros. Dios está en control. Jesucristo es nuestro Mesías esperado.

[43:54] No tenemos que esperar otro. Ya el Mesías vino y va a venir en segunda vez. Y cuando venga, mis hermanos, va a separar el trigo de la cizaña. El trigo va a estar en el granero y la cizaña va a ser quemada en el fuego.

[44:10] Entendamos esto, iglesia. Nosotros hemos visto entonces el propósito de las parábolas.

[44:26] Nosotros vimos que nuestro Señor Jesucristo usa las parábolas, le habla en parábolas, porque como han rechazado el Evangelio, como han visto todo lo que han visto, han oído todo lo que han oído y han endurecido su corazón, les voy a hablar en parábolas.

[44:44] Para que viendo, no vean, y oyendo no entiendan, y no se salven. Lo está diciendo. Son palabras de juicio que el Señor está diciendo. Nosotros vimos también la parábola del trigo y la cizaña, y vimos las enseñanzas que nos deja a nosotros como iglesia.

[45:02] Vamos a hacer unas cuantas aplicaciones. No muchas aplicaciones. Con esta parábola, nosotros hemos visto, hermanos y amigos, un misterio que es importante para nosotros como iglesia.

[45:26] Dios está dando la oportunidad al hombre. Dios tiene el poder de destruir el universo completo.

[45:38] Dios es todopoderoso. Y nosotros vemos maldad, vemos pecado, pero Dios en su amor, en su paciencia, le está dando, porque es un Dios amoroso.

[45:51] Si a mí me dicen define amor, yo digo Dios. Dios es un Dios de amor. Yo no tengo duda en eso, mis hermanos, de que Dios es un Dios de amor.

[46:05] Y Él le está dando oportunidad al hombre. Pero a nosotros leer esta parábola, nosotros también aprendemos que Dios nos está dando, nos ha dado el privilegio inmerecido de nosotros, no porque Dios nos necesite, Dios nos necesita, de nosotros participar en la salvación por medio de la predicación de su palabra.

[46:38] Entonces, esta parábola me lleva, debe de llevarnos a nosotros a sentir un mayor amor por Dios.

[46:50] Sentir un mayor amor por Dios. Pero sobre todo, nos debe llevar a nosotros a ser más diligentes en la predicación de la palabra. A predicar la palabra.

[47:03] Predicar la palabra en el trabajo. Predicar la palabra a mis familiares, a mis amigos. Predicar la palabra en todo momento. Muchas veces dicen que los cristianos reformados tienen algún concepto que no es el correcto.

[47:21] Muchas veces de nosotros. Esta doctrina de la gracia nos lleva a nosotros a ser mucho más diligentes en la predicación de la palabra.

[47:32] Porque nos lleva a un verdadero conocimiento de quien es ese Dios, que es un Dios amoroso, un Dios que aborrece el pecado, pero que tiene paciencia, dando la oportunidad al hombre para que sea salvo.

[47:45] Esto es grandioso, mis hermanos. Nosotros tenemos que salir de aquí, todos nosotros, con ese amor y ese deseo de predicar la palabra. Tenemos problemas en el mundo.

[47:57] Tenemos preocupaciones en el mundo. Los hijos muchas veces no quieren ir a la iglesia. A veces hay problemas entre los esposos. Hay problemas en el trabajo. Pero nada de eso debe quitarnos el gozo de la salvación.

[48:12] Nada de eso me puede quitar el gozo de mi salvación, de la salvación. Porque esta salvación, nuestro Señor Jesucristo vino y murió por nuestros pecados y nos dio vida eterna, nos dio esperanza.

[48:28] Bendito sea el nombre de Jesús. Jesús es nuestro Rey. Jesús es mi Rey. Entonces, así como esta palabra nos lleva a nosotros como iglesia a predicar más el Evangelio, a amar mucho más a Dios, a ver la grandeza de nuestro Señor Jesucristo, a los que no conocen al Señor, son palabras de juicio.

[48:51] Si tú estás aquí y tú no conoces al Señor, si tú no has venido en arrepentimiento y fe, estas son palabras de juicio.

[49:03] Y no lo digo por meter miedo. Lo digo porque lo dice la palabra. Y tengo que predicar la palabra fielmente. Estas son palabras de juicio.

[49:14] Porque en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, el que está haciendo la voluntad de Dios, va a estar con él toda la eternidad. El que no esté haciendo la voluntad de Dios, va a ser echado al fuego en el infierno, en el lago de fuego, donde será el lloro y el crujir de dientes.

[49:32] Amigos que nos visitan. Si alguien no conoce del Señor, Dios es un Dios paciente. Dios quiere que todos los hombres vengan al arrepentimiento.

[49:46] Ven a Cristo en arrepentimiento y fe, antes de que sea muy tarde. Dios, Cristo es nuestro Rey. Cristo es nuestro Mesías.

[49:56] Señor, vamos a orar, hermanos. Señor, te damos gracia. ¿Por qué? Porque tú eres bueno, Señor.

[50:08] Tú eres un Dios bueno. Tú eres un Dios amoroso, un Dios paciente. Un Dios que quiere que el hombre venga en arrepentimiento y fe, que quiere que el hombre sea salvo.

[50:20] Y tú no has dejado tus palabras, Señor. Tú te has revelado por medio de tu palabra, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Y no has dado esperanza, Señor. Permite que nosotros como iglesia, Padre, salgamos de aquí predicando tu evangelio a toda criatura como manda tu palabra.

[50:37] Que tengamos amor por la predicación de tu palabra. Amor por ti, que cada día nosotros te amemos mucho más, Señor. No es suficiente lo que te amamos. Debemos amarte más, Señor.

[50:48] Que tengamos amor cada día por ti, por nuestros hermanos, Señor. Por el mundo, Señor, que se pierde, que no te conoce. Pon un corazón de amor por ti, un corazón de amor por los hermanos.

[51:01] Un corazón por la predicación de tu palabra. Que tengamos amor por predicar tu palabra, Señor. Que los problemas no nos agobien. Los problemas del día a día no pueden ser mayor que tu amor, que tu esperanza, que tu bondad, que tu paciencia.

[51:17] Bendito sea tu nombre, Señor. Yo te doy gracias, Señor. Te damos gracias como iglesia, Padre, por nuestro Señor Jesucristo. Te damos gracias por el Espíritu Santo que mora en nosotros. Te damos gracias por la Biblia, por tu palabra, Señor.

[51:29] Ayúdanos a vivir en santidad cada día. Todas estas cosas las pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Estamos despedidos, mis hermanos. Tenemos clase en cinco minutos.