[0:00] Si se pueden poner de pie hermanos y amigos que nos visitan en el día de hoy.
[0:20] Es un gran placer tenerlos aquí en la casa de Dios. Es un gran privilegio para mí el poder predicar su palabra. Vamos a leer en el día de hoy, vamos a ir al libro de Mateo capítulo 10 y vamos a estar leyendo del versículo 34 al 42.
[0:39] Mateo 10 del 34 al 42. No penséis que he venido para traer paz a la tierra.
[0:57] No he venido para traer paz sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.
[1:15] Y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí no es digno de mí.
[1:26] El que ama a hijo o hija más que a mí no es digno de mí. El que halla su vida la perderá. Y el que pierde su vida por causa de mí la hallará.
[1:41] El que a vosotros recibe a mí me recibe. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta recompensa de profeta recibirá.
[1:57] El que recibe a un justo por cuanto es justo recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente.
[2:08] Por cuanto es discípulo de ciertos digo que no perderá su recompensa. Vamos ahora. Señor yo te doy gracias por el enorme privilegio que tú me das de yo poder predicar tu palabra.
[2:25] Quita todas las distracciones que nosotros podamos tener en nuestras mentes. Permite Señor. Permite Señor que estas palabras puedan transformar nuestros corazones.
[2:39] Que podamos aplicar en el día a día en nuestras vidas. Señor lo único que deseo de todo corazón es que tu nombre sea glorificado. Que tu nombre sea exaltado Señor.
[2:52] Señor yo necesito de tu ayuda. Sin ti yo no puedo hacer nada. Yo no puedo predicar la palabra. Yo no puedo hacer absolutamente nada sin ti. Necesito tu santo espíritu para yo poder predicar tu palabra.
[3:04] Ayúdame Señor. Acompáñame en este tiempo. En el nombre de Jesús. Amén. Se pueden sentar hermanos y amigos. Voy a mencionar un nombre.
[3:31] Se llama Sharon Masi. Este joven de 15 años. Fue asesinado el día 30 de agosto de 2017 en Pakistán.
[3:46] Y el motivo por el cual él fue asesinado. Porque era cristiano. Sharon Masi.
[4:00] No sé si estoy pronunciando bien el nombre. Desde hace mucho tiempo. Él estaba pidiendo. A los profesores y a sus padres. Que lo cambiaran de escuela.
[4:13] Él estaba en una escuela. Donde la mayoría son musulmanes. O son musulmanes. Inclusive. El profesor. Un profesor de la escuela. Dijo. Que el lugar donde beben los estudiantes.
[4:26] Había como un lugar donde ellos podían tomar agua. Una nevera. Vamos a decirlo así. Dijo. El lugar donde beben los estudiantes musulmanes. Los cristianos no deberían de beber.
[4:39] Y un día. Sharon. De 15 años de edad. Tomó agua. Los estudiantes musulmanes lo vieron. Lo tomaron.
[4:51] Lo sacaron. Fuera de la escuela. Al patio de la escuela. Y le dieron golpes. Y le dijeron. Que renunciara a Cristo. Que renunciara.
[5:03] Al cristianismo. Esto ocurrió el 30 de agosto de 2017. Y él dijo que no. Y lo mataron. Y fue asesinado. Fue asesinado.
[5:17] Por ser cristiano. Y nosotros vemos. Esto. En diferentes lugares del mundo. Esto sucede a diario.
[5:30] En el día de hoy. Nosotros vamos a ver tres puntos. Número uno. Vamos a ver.
[5:41] Jesús. Causa. Causa. Causa de división. Número uno. Jesús. Causa de división. El punto número dos.
[5:53] Requisitos. Para nosotros. Seguir a Jesús. Y el número tres. Recompensa. Los que siguen a Jesús. Tres puntos.
[6:07] Cuando nosotros. Nosotros leemos, cuando leímos el primer versículo en el día de hoy que dice, no penséis que he venido para traer paz a la tierra. Este es el número 34. No he venido para traer paz, sino espada.
[6:23] Ahora, si nosotros leemos este versículo inmediatamente como que sentimos una sensación como, ¿cómo es posible? Si nuestro Señor Jesucristo es el príncipe de paz. Nuestro Señor Jesucristo nos da paz a nosotros.
[6:45] Como en este versículo 34 dice, no penséis que he venido para traer paz a la tierra, sino para traer espada. Y eso como que nos deja cierta, una sensación extraña. No voy a decir una sensación de duda, porque la Biblia es la palabra de Dios y todo lo que está en la Biblia es cierto, es verdad.
[7:08] Inclusive, si nosotros vamos a Isaías 53, el versículo 7, préstenle atención, hermanos y amigos, a esto.
[7:19] Miren como dice en Isaías 53, 7. Angustiado él y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca.
[7:39] Cristo, en el versículo 34, me está diciendo que no vino a traer paz, sino que vino a traer espada. Pero nosotros vemos aquí la descripción en Isaías 53, 7, cuando él fue crucificado, sin decir una sola palabra.
[7:57] Sin decir una sola palabra. Dice que enmudeció. En el versículo 34, 7, 8. Y cómo es posible que mi Señor Jesucristo me está diciendo que él vino a traer espada.
[8:10] Sabiendo nosotros que él es el príncipe de paz. Entonces, cuando tenemos que no podemos entender, que tenemos cierta sensación de que algo nos falta para comprender lo que él está diciendo, tenemos que ir a la Biblia.
[8:25] No debemos de ir a ningún otro lugar, sino a la Biblia.
[8:35] Miren lo que dice en Juan 14, 27. La pasos dejo, mi pasos doy. Yo no os la doy como el mundo la da.
[8:48] Wow. Mi pasos dejo, mi pasos doy. Yo no la doy como el mundo la da.
[9:00] Señor, pero tú me dices en el versículo 34 que tú no viniste a traer paz a la tierra, sino espada. Pero aquí me está diciendo en Juan 14, 27, que mi pasos dejo, mi pasos doy, no como el mundo la da.
[9:15] Entonces, viendo este versículo, el Señor está haciendo una separación entre él y el mundo. Y nosotros, nosotros, como somos parte del cuerpo de Cristo, siendo Cristo la cabeza, nosotros estamos separados del mundo junto con Cristo.
[9:37] Estamos separados del mundo junto con Cristo. Nosotros vivimos en el mundo, pero no somos del mundo.
[9:48] Pero vamos a seguir profundizando. Miren como dice en Juan 17, 16. Eso es nuestro Señor Jesucristo hablando.
[10:00] No son del mundo como tampoco yo soy del mundo. Cristo está diciendo que nosotros, los cristianos, no somos del mundo como tampoco él es del mundo.
[10:15] Y en Juan 17, 14, esto es maravilloso. Oigan qué precioso esto. Dice, yo le he dado tu palabra.
[10:26] Ese es nuestro Señor Jesucristo hablando. Yo le he dado tu palabra. Y el mundo lo aborreció porque no son del mundo como tampoco yo soy del mundo.
[10:48] Viendo todos estos versículos, entonces nosotros vamos entendiendo por qué nuestro Señor Jesucristo dijo que no vino a traer paz al mundo sino espada.
[10:59] Pero seguimos, seguimos. En Juan 17, 9. En Juan 17, 18. Perdón, dice. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
[11:13] Y en 17, 9. Oigan, qué precioso. Qué precioso. Oigan esto. 17, 9. Yo ruego por ellos.
[11:24] No ruego por el mundo, sino por los que me diste porque tuyos son. Entonces, viendo todos estos versículos, nosotros ya sabemos por qué nuestro Señor Jesucristo dice que vino a traer, que no vino a traer paz al mundo, a la tierra, sino espada.
[11:46] Nuestro Señor Jesucristo vino a traer espada al mundo, pero paz a los cristianos. Espada al mundo, distensión en el mundo, pero paz a los cristianos.
[12:03] Nosotros vivimos en este mundo, pero nosotros pertenecemos al reino de Cristo. Estamos en el mundo. Somos residentes del mundo, vivimos aquí, pero nuestro reino es el reino de nuestro Salvador, nuestro Señor Jesucristo.
[12:19] Entonces, yo comprendo esto ahora mucho mejor después de haber revisado todos estos versículos. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. No somos del mundo, no porque seamos mejor que cualquier otra persona.
[12:35] No, no. No somos del mundo porque Dios en su amor y en su misericordia nos salvó. No lo merecíamos. Somos pecadores como todo el mundo, pero Dios nos salvó en su amor y en su misericordia.
[12:49] Entonces, ¿y a cuál espada es que se está refiriendo nuestro Señor Jesucristo? Porque seguimos en el versículo 34. Dice, no he venido para traer paz, sino espada.
[13:05] Y esa espada es la palabra de Dios. La palabra de Dios. Miren lo que dice en Hebreos 4.12.
[13:15] Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos. Entonces, yo voy entendiendo.
[13:27] Cristo vino a traer paz a los cristianos. Los frutos del Espíritu. Amor, paz, bondad, paciencia, benignidad, mansedumbre, fe, templanza.
[13:42] La paz es uno de los frutos del Espíritu. Perdón. Entonces, en el cristiano hay paz.
[13:55] En el mundo vino a traer distensión por medio de su palabra. Y es que seamos honestos, mis hermanos y amigos que nos visitan en el día de hoy. Desde la fundación del mundo ha habido división en el mundo.
[14:10] Ha habido división en el mundo. Y el hombre, en su ignorancia, en su pecado, ha querido buscar un nombre o un origen a esa división en el mundo.
[14:28] Muchos han dicho que las naciones poderosas oprimen a las naciones más débiles. Y esto es causa de división. Otros han dicho que algunos por colores de piel diferente.
[14:46] Esto ha sido causa de división. Y han creado inclusive teorías que han sido asumidas por muchísimos hombres. Por ejemplo, hubo un pensador judío alemán que se llamaba Carlos Marx.
[15:00] Él dijo, la historia de todos los tiempos es la historia de la lucha de clase. Dijo, que una causa de división en el mundo es cuando los poderosos oprimen a los más débiles.
[15:15] Y todas estas teorías que el hombre ha tratado de inventar, que el hombre ha querido atribuirla como causa de división, estaban completamente equivocados.
[15:30] Totalmente equivocados. Cuando piensan que el motivo de la división es un problema de luchas de clase, es un problema económico. Nosotros vemos que muchas veces estas personas que estaban luchando, supuestamente por la desigualdad económica, cuando llegan al poder se comportan como las mismas personas que habían desplazado.
[15:53] Y yo le pongo un ejemplo ahora mismo. Daniel Ortega en Nicaragua. Poniéndole un ejemplo, simplemente. Luchó contra la dictadura de Somoza.
[16:07] Llegó al poder y ahora no quiere entregar el poder. Su hermano que estuvo junto con él está en Costa Rica con una cadena de supermercados. El problema de la división en el hombre, el problema de la división en este mundo, es...
[16:26] Yo le voy a decir cuál es la causa. Se la voy a mencionar ahora mismo. Si nosotros vamos a Juan 3.19. Juan 3.19.
[16:37] Lo voy a leer. Dice, Y esta es la condenación. Oigan. Y esta es la condenación. Que la luz vino al mundo y los hombres amaron más la tiniebla que la luz porque sus obras eran malas.
[16:57] La causa de distensión, la causa de división en el mundo es básicamente por esto. Porque Cristo vino al mundo y el hombre amó más su pecado que a Cristo.
[17:11] Esa es la causa. Hay dos grupos. Creyentes y no creyentes. Que aman a Cristo, que no aman a Cristo. La causa de la distensión que está hablando nuestro Señor Jesucristo es porque la luz vino al mundo y los hombres amaron más la tiniebla que la luz.
[17:30] Y la palabra de Dios, que es como una espada de dos filos, como dice, ha producido esta distensión.
[17:43] Como dice en el versículo 35. Oigan como dice. Porque he venido para poner en distensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.
[17:58] Mis hermanos y amigos, nosotros sabemos de miles de casos que en la familia hay distensión, hay separación.
[18:11] Y esto por la palabra de Dios. ¿Cuántos, cuántas hermanas cristianas tienen que enfrentarse día a día con un esposo que no es cristiano que le hace la vida imposible?
[18:27] Todos nosotros conocemos esos casos. ¿Cuántas hermanas hay en esa situación? Pero también conocemos lo contrario. ¿Cuántos hermanos que sus esposas no son cristianas le hacen la vida imposible?
[18:44] Pero cuando no hay esa distinción entre esposo y esposa, a veces son los hijos. Los hijos que muchas veces no quieren ir a la iglesia, no son creyentes, viven cuestionando todo, todo.
[19:04] Todo lo que hacen los padres cristianos. Cristo no vino a traer paz al mundo, a la tierra, sino espada. Y la espada es su palabra.
[19:18] La espada es su palabra, la palabra de Dios. ¿Cuál es el que estamos viendo? El primer punto, Jesús como causa de distensión, como causa de separación.
[19:30] Vamos a ir ahora al segundo punto. Requisitos para seguir a Jesús. Requisitos para seguir a Jesús.
[19:42] Si nosotros vamos al versículo 37, que dice, El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí.
[19:55] El que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí. Tengo que pararme ahí un segundo. Nuestro Señor Jesucristo está diciendo, El que ama a padre o madre más que a mí, o a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí.
[20:19] Eso nos llama la atención. Cristo, nuestro Señor Jesús, está diciendo que yo debo de amarlo a él más que a padre o a mi madre, o a mi hija o a mi hijo, o esposa o esposo.
[20:39] Entonces, si nuestro Señor Jesús está diciendo esto, tenemos que prestarle atención. Porque la Biblia nos dice que debemos amar a Dios sobre todas las cosas.
[20:55] Ese es el primer mandamiento que todos nosotros conocemos. Yo debo de amar a Dios sobre todas las cosas. Entonces, si Jesús, nuestro Salvador, me dice que yo debo de amarlo a él más que a padre, más que a madre, más que a hijo, más que a esposa, hijo o hija, entonces Jesucristo es Dios.
[21:20] Jesucristo es Dios. Porque si él no hubiese sido Dios, hubiese dicho, el que ama a padre o madre más que a Dios Padre, no es digno de él.
[21:33] Pero él está diciendo bien claro, qué cosa nosotros debemos amar más que a padre, madre, esposa, esposo, hijo o hija, a Dios.
[21:45] Y él está diciendo, si tú amas más a tu padre, a tu madre, a tu hijo, a tu hija, esposo o esposa, no está aquí esposo o esposa. Si tú lo amas a ellos más que a mí, no eres digno de mí.
[21:57] Entonces, nosotros, Dios nos está mostrando en su palabra que Jesucristo es Dios. Si alguien viene de alguna de esas sectas religiosas que dicen que Jesucristo no es Dios, nosotros tenemos aquí cómo responderle.
[22:18] O tú dices que Jesucristo no es Dios. Vamos a ir al libro de Mateo, capítulo 10, versículo 37. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí.
[22:30] El primer mandamiento, amar a Dios sobre todas las cosas. Pero vamos a seguir. Miren lo que dice ahora en el versículo 38.
[22:48] Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. La Biblia nos dice a quién nosotros debemos seguir.
[23:00] La Biblia nos dice, vayan al libro de Deuteronomio 13, 4. Oigan lo que dice. Solamente al Señor tu Dios debe seguir y rendir culto.
[23:14] Cumple sus mandamientos y obedecele. Sílvele y permanece fiera a él. Solamente al Señor tu Dios debe seguir. Y Jesús me está diciendo aquí en el versículo 38.
[23:27] Nuestro Señor Jesucristo nos está diciendo. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. Nosotros vimos en el otro versículo que acabo de leer en el 38.
[23:39] Que Jesucristo es Dios. Jesucristo es Dios. Y esto podría ser un paréntesis para entrar de lleno. A lo que sería el punto número 2.
[23:50] Los requisitos para ser discípulos de Cristo. Aquí hay algo muy importante que nuestro Señor nos está diciendo.
[24:07] Y está en el versículo 38. Señor, ¿cómo yo puedo tomar tu cruz, Señor?
[24:35] Siendo yo un pecador. ¿Cómo yo puedo tomar la cruz de Cristo y seguir a Cristo? Si nosotros vamos a Mateo 16, 24.
[24:54] Dice. Si alguno quiere venir en pos de mí. Oigan esta palabra preciosa. Niéguese a sí mismo.
[25:07] Tome su cruz y sígame. Ya yo sé entonces cómo voy a tomar la cruz de Cristo. Yo tengo que negarme a mí mismo. Niéguese a sí mismo.
[25:21] Tome su cruz y sígame. Esto es importante para el cristiano. Esto es algo súper importante para el cristiano. Niéguese a sí mismo.
[25:31] Tome su cruz y sígame. Señor, ¿cómo yo me niego a mí mismo? ¿Cómo yo me niego a mí mismo? ¿Puedo yo decir o no, yo no existo?
[25:43] ¿O no, yo no estoy vivo? ¿Cómo yo me niego a mí mismo? Miren, esto es súper importante. ¿Cómo yo me niego a mí mismo? Esa es la pregunta que surge.
[25:54] Y si nosotros recordamos el sermón del monte. Podemos responder esa pregunta. Cristo me está diciendo. Mira, ese es uno de los requisitos. Si tú quieres venir en pos de mí.
[26:05] Niégate a ti mismo. Coge tu cruz y sígueme. ¿Cómo yo me niego a mí mismo? Yo me niego a mí mismo. Cuando yo entiendo.
[26:20] Que estoy. En bancarrota espiritual. Cuando yo entiendo. Que yo soy un pecador.
[26:31] Y que necesito a Cristo para ser salvo. Yo me estoy negando a mí mismo. Cuando yo entiendo.
[26:43] Que no hay nada bueno en mí. Que yo soy salvo. Por gracia. No por obras. Que yo soy salvo. Por el poder de Dios.
[26:54] Que obró en mi corazón para salvarme. Yo me niego. Yo me niego. A mí mismo. Cuando no vivo yo. Vive Cristo en mí.
[27:07] Wow. Esa palabra si es fuerte. Yo me niego. Lo voy a repetir. Yo me niego a mí mismo. Cuando no vivo yo. Vive Cristo en mí. Como decía Pablo. Y ustedes dirán.
[27:20] Pero hermano. Guzmán. O hermano Pedro. O hermano. Como que vive Cristo en mí. No vive tú. Y vive Cristo. Como decía Pablo.
[27:30] No vivo yo. Vive Cristo en mí. Yo me niego a mí mismo. Cuando yo no hago las cosas. Que mi carne quiere. Que mi cuerpo quiere.
[27:41] Y hago. Lo que Cristo quiere. Yo me niego a mí mismo. Cuando no ando en murmuraciones.
[27:52] Sino en oraciones. Yo me niego. A mí mismo. Cuando. De madrugada. Yo no me quiero levantar a orar. Pero me levanto a orar.
[28:04] Someto mi carne. Yo me niego a mí mismo. Cuando ando como Cristo anduvo. Cristo anduvo en santidad. Predicando la palabra.
[28:16] Entonces. Yo me niego a mí mismo. Andando como Cristo anduvo. Tratando todo lo posible. De parecerme a Él. Me estoy negando a mí mismo.
[28:30] Me estoy negando a mí mismo. Cuando yo amo a mi esposa. Y le soy fiera a mi esposa. Me estoy negando a mí mismo. Cuando yo amo a mis hijos. Y respeto a mis hijos.
[28:41] Yo me niego a mí mismo. Cuando no vivo yo. Y vive la palabra de Cristo en mí. Vive la Biblia en mí. Me estoy negando a mí mismo.
[28:53] Yo me niego a mí mismo. Cuando los domingos. Con mucho frío. Caliente en la cama. Digo no. Yo tengo que ir a la iglesia.
[29:04] Yo tengo que glorificar a Dios. Yo tengo que ver a mis hermanos. Yo tengo que escuchar la palabra de Dios. Yo me niego a mí mismo. Cuando yo vivo.
[29:15] Cuando yo vivo. Para la gloria de Dios. Yo vivo. Para la gloria. De Dios. Porque por eso.
[29:26] Dios me creó. Dios me creó. Para su gloria. Entonces. Todo lo que yo hago. Debe de reflejar la gloria de Dios. Debe de reflejar a mi Salvador.
[29:38] Nuestro Señor Jesucristo. Dios me creó. Wow. Ya no vivo yo. Vive Cristo en mí. Por eso es que nuestro Señor Jesús dice.
[29:53] El que no toma su cruz. Y sigue en pos de mí. No es digno de mí. Yo debo vivir como Él vivió. Andar como Él anduvo.
[30:04] Creer en su palabra. Meditar en su palabra. Negarme a mí mismo. ¿Por qué yo debo negarme a mí mismo?
[30:16] Porque la Biblia dice. Que nada bueno hay en mí. Porque nosotros. Somos pecadores. Y necesitamos a Cristo como nuestro Salvador.
[30:28] Negarme a mí mismo. Que soy un pecador. Y vivir como Cristo. ¿Cuáles son?
[30:48] Las recompensas de seguir a Jesucristo. A nuestro Señor Jesucristo. Vamos al versículo 39.
[30:59] El que haya su vida. La perderá. Y el que pierde su vida. Por causa de mí.
[31:11] La hallará. ¿Y cómo es esto? El que haya su vida. La perderá. Y el que pierde su vida. Por causa de mí. La hallará. La verdad.
[31:28] ¿Se acuerdan cuando empecé. Con el nombre. Del joven en Pakistán. Que fue asesinado. por ser cristiano.
[31:41] Cuando nosotros seguimos a Cristo, cuando nosotros somos transformados por su palabra, esto va a producir que muchos de nuestros familiares nos rechacen, muchos de nuestros amigos nos rechacen.
[32:08] Oigan como dice, y los de tu casa, lo estoy buscando, y los enemigos del hombre serán los de su casa.
[32:23] Vamos a sufrir rechazo de nuestros familiares, rechazo de nuestros amigos, rechazo de nuestro trabajo. El mundo nos va a odiar.
[32:36] Como odiaron a nuestro Señor Jesucristo, el mundo nos va a odiar a nosotros. Eso lo dice la Biblia, que es la palabra de Dios. Eso no lo estoy diciendo yo. Eso yo no me lo estoy inventando.
[32:47] Eso lo dice la palabra de Dios. Ellos no son del mundo como yo tampoco soy del mundo, dijo nuestro Señor Jesucristo. Entonces, inclusive, a muchos de nosotros, no puede costar la vida, o no sabemos si nos va a costar la vida en un futuro, por seguir a Cristo, por seguir su palabra.
[33:11] Miren ese joven de 15 años, muerto a golpe, porque no, por ser cristiano, y no renunció a Cristo.
[33:24] Entonces, el que pierde su vida, por causa de Cristo, la hallará. Mis hermanos, cuando, vuelvo a recordarle, cuando una persona muere, las cosas no terminan aquí.
[33:41] No termina aquí cuando una persona muere. Acuérdense lo que predicamos en domingos anteriores. Hay una separación del cuerpo, el alma y el espíritu.
[33:52] El cuerpo queda aquí en la tierra, el alma y el espíritu. Si la persona ha hecho la voluntad de Dios, va a estar con Dios. Si no ha hecho la voluntad de Dios, va a estar con el otro.
[34:03] O sea, si nosotros, nosotros, morimos, al pecado, pero nacemos, en una nueva vida, con nuestro Señor Jesucristo.
[34:19] Cuando Dios nos transforma, nosotros morimos al pecado. Somos una nueva criatura. Somos una nueva criatura, por medio del Espíritu Santo, que mora en nosotros.
[34:36] En el versículo 40, dice, el que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
[34:52] Cuando alguien recibe a un cristiano, ahí él se estaba refiriendo, en ese tiempo, a los apóstoles, pero también se aplica a nosotros.
[35:02] Cuando alguien recibe a un cristiano, está recibiendo a nuestro Señor Jesucristo. Nosotros somos parte, la iglesia es parte, del cuerpo de Cristo, siendo Cristo la cabeza.
[35:17] Entonces, el que recibe, él dice, el que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. O sea, está, cuando alguien recibe a un cristiano, está como si estuviera recibiendo a Cristo, y estuviera recibiendo a Dios Padre.
[35:36] Amén. El que recibe a un profeta, por cuanto es profeta, recompensa de profeta, recibirá. Es en el 41. Y el que, y el que recibe a un justo, por cuanto es justo, recompensa de justo, recibirá.
[35:51] Un profeta hablaba en nombre de Dios. Nosotros, hablamos, predicando la palabra. Estamos predicando la palabra de Dios.
[36:03] Dios. Y hagan lo que dice, cuando nosotros estamos predicando, a alguien, dice, el que recibe a un profeta, por cuanto es profeta, recompensa de profeta, recibirá.
[36:18] Cuando nosotros estamos, predicando la palabra, y esa persona, recibe al cristiano. es una recompensa, dice, recompensa de profeta.
[36:29] O sea, es algo grandioso, cuando uno está predicando, y la persona está escuchando, esa palabra de Dios. Y en el, versículo 42, dice, Aquí usa una palabra que nos llama la atención, pequeñitos.
[36:58] Nosotros, somos hijos de Dios. Y usa este término, nuestro Señor Jesucristo, pequeñitos, porque los niños, recién nacidos, dependen de su padre, y de su madre.
[37:11] Nosotros, dependemos de Dios, en todo. Para nuestra salvación, para todos nosotros, dependemos, dependemos de Dios.
[37:29] Nosotros hemos visto, en el día de hoy, entonces, Jesús, en el punto uno, Jesús como causa de división. En el punto número dos, nosotros vimos, los requisitos, para nosotros, poder seguir a Jesús.
[37:46] Y en el punto número tres, las recompensas, de seguir a nuestro Señor Jesucristo. Vamos a hacer unas cuantas aplicaciones. ¿Qué vamos a hacer con estas palabras?
[37:59] ¿Qué vamos a hacer con estas palabras? ¿Qué vamos a hacer con estas palabras que hemos escuchado en el día de hoy? ¿Qué vamos a hacer nosotros con estas palabras que el Señor nos está diciendo, que el Señor nos dijo en el día de hoy? ¿Qué vamos a hacer con estas palabras?
[38:13] Y debemos preguntarnos nosotros, ¿me estoy negando a mí mismo todos los días?
[38:23] No es algo que lo voy a hacer hoy domingo y no lo voy a hacer mañana o pasado mañana. Me estoy negando yo todos los días. Me estoy negando a mí mismo.
[38:34] Y estoy dejando que viva Cristo y no yo. No yo, no mi yo, sino que sea Cristo quien vive en mí. Estoy yo andando como era anduvo.
[38:47] Estoy yo haciendo lo que Cristo hizo. Pensemos en esto. Estoy yo haciendo las cosas que glorifican el nombre de Dios.
[39:02] Estoy yo haciendo las cosas que le agradan a Dios. Eso significa negarme a mí mismo. Si yo me estoy negando a mí mismo. Estoy muriendo yo cada día al pecado.
[39:20] Estoy viviendo una vida de oración, una vida de ayuno, de memorización de la palabra. Estoy pareciéndome cada día más a nuestro Señor Jesucristo. Si yo estoy haciendo esto, entonces me estoy negando a mí mismo.
[39:38] Es importante, hermanos y amigos que están en el día de hoy, que nosotros, esto es importante para el cristiano, que nosotros cada día nos neguemos a mí mismo, muriendo al mundo y viviendo para Cristo.
[39:58] Quizás, esto es para las personas que no son cristianas, si alguien que está aquí en la congregación, que no conoce del Señor, yo quiero que tú sepas que tú estás aquí hoy, no es una casualidad.
[40:20] si tú estás aquí, es por el amor, la misericordia y la gracia de Dios.
[40:34] Y Dios te ha traído a una iglesia de sana doctrina, a una iglesia sólida bíblicamente. Y no lo digo como una forma de nosotros jactarnos, pero es una iglesia sólida bíblicamente.
[40:50] Y somos una iglesia sólida bíblicamente por el amor de Dios, por su misericordia, por amor a su palabra. Si tú estás aquí, no conoces del Señor, es importante que entienda que solamente en Cristo hay salvación.
[41:09] Solamente en Cristo hay salvación. En ningún otro hay salvación. Ven a Cristo en arrepentimiento y fe antes que sea más tarde. Vamos a orar.
[41:19] Se pueden poner de pie. Vamos a orar. Señor, te damos gracias.
[41:35] Te alabamos. Te damos gracias por tu amor, por tu misericordia. Por enviar a tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nuestros pecados sin nosotros merecerlo.
[41:49] Te damos gracias por la Biblia. Gracias por el Espíritu Santo que mora en nosotros. Señor, permite que cada día nosotros podamos negarnos a nosotros mismos.
[42:03] Quitar el yo. Que sea Cristo quien viva, no nosotros. sabemos que vamos a pecar porque tenemos un cuerpo no glorificado que va a ser glorificado cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva.
[42:19] Es una lucha constante que tenemos entre la carne y el Espíritu. Ayúdanos a andar en el Espíritu, Señor, a mortificar nuestra carne. Sabemos que va a haber, vamos a ser aborrecidos como a ti te aborrecieron, Señor.
[42:35] Sabemos eso, Señor. No somos del mundo como tú tampoco eras del mundo, pero estamos en el mundo. No significa que al no ser del mundo vamos a vivir en una cueva como los ermitaños o vamos a estar encerrados en algún lugar.
[42:50] Tú nos enviaste al mundo para predicar tu palabra. Permite, Señor, que cada día nosotros podamos predicar tu palabra, que seamos fiel a tu palabra. Ayúdanos a vivir en santidad.
[43:02] Ayúdanos a crecer espiritualmente, Señor. Todas estas cosas las pedimos en el nombre de Jesús. Amén. Estamos despedidos en cinco minutos de la escuela bíblica. Amén.
[43:13] Amén. Amén.