[0:00] Saludos, vamos a orar antes de comenzar la predicación de la palabra.
[0:15] Gracias Padre por tu amor, por tu bondad y por tu misericordia, que hoy nos das el privilegio y merecido de estar junto a tu pueblo para adorarte, alabar y glorificar tu santo y bendito nombre. Y te pedimos que nos concedas ahora que las distracciones, las preocupaciones cotidianas como Pedro decía, de esta vida, no ocupen nuestras mentes sino que pongamos nuestro corazón y nuestros pensamientos en tu palabra. Palabra de vida que edifica y rescata Señor a aquellos que están muertos en pecado. Te pedimos la asistencia de tu espíritu, sabemos que sin ti nada podemos hacer, conociendo que tú eres el autor y dador de la vida Señor. En Cristo Jesús lo pedimos y para su gloria. Amén.
[1:15] Amén. Y dejamos de predicar ya hace un poco más de un mes sobre la epístola de Pedro, la primera epístola del apóstol Pedro y allí vimos los primeros nueve versículos. Nosotros a manera la introducción quería decir que hoy estaremos hablando de algo que tiene mucha relevancia en el mundo evangélico, entre comillas, del día de hoy, donde vemos que hay muchas personas llamadas televangelistas y enviados según se proclaman y ofrecen y le prometen a las personas muchas cosas aún de este mundo y se proclaman a sí mismos enviados por el Señor. Pero veremos en su palabra, en los versículos que nos tocan hoy, que la escritura habla de lo que es un profeta y de lo que era en el
[2:21] Antiguo Testamento y cómo se podía reconocer. Y podemos ver al presente hoy lo que es una persona que fielmente proclama al Señor, que es la profecía, que era lo que ellos traían. Y el tercer punto, qué importancia tiene eso, el conocer lo que es un profeta y lo que es la profecía para nosotros en el día de hoy.
[2:48] O sea, qué es un profeta, qué es la profecía y qué importancia, qué trascendencia, significado tiene eso hoy para nosotros en este día.
[3:01] Y el texto que nosotros hemos estado estudiando ha sido la primera epístola de Pedro, el capítulo 1. Nosotros brevemente, a manera de resumen, vamos a exponer lo que hemos estado hablando a muy grandes rasgos, pocamente para solamente, brevemente, para sólo coger el contexto.
[3:25] Pero voy a leer los versículos primeramente. Los que tienen su Biblia pueden acompañarme en la primera epístola de Pedro, capítulo 1, versículos 1 al 12.
[3:38] Leo. Pedro. Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos, según la presencia de Dios Padre, en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo, gracia y paz, o sea, multiplicadas.
[4:06] Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia, nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada, para ser manifestada en el tiempo postrero, en lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora, por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas, estos son los versículos del día 12, que voy a leer ahora, que tocaremos hoy, después que yo haga una breve explicación, de lo que hemos cubierto en la epístola, versículo 10, los profetas que profetizaron de la gracia, destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron, acerca de esta salvación, escudriñando que persona y que tiempo, indicaba el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano, los sufrimientos de Cristo, y las glorias, que vendrían tras ellos, a estos, se les reveló, que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas, que ahora os son anunciadas, por los que os han predicado el Evangelio, por el Espíritu Santo, enviado del cielo, cosas en las cuales, anhelan, mirar, los ángeles, y, como les decía, hemos tocado, este epítola, que el apóstol Pedro, le escribe, a hermanos, que se encuentran dispersos, en varias regiones, de Asia, y ellos están, pasando, por aflicción, y sufrimiento, hostilidad, por causa de su fe, él les escribe, para alentarlos, para estimularlos, en medio, de la aflicción, a que perseveren, en medio del sufrimiento, a que persistan, en fidelidad, siguiendo a Cristo, y les explica, que el sufrimiento, que ellos, padecen, tiene, un propósito, de parte de Dios, de purificarlos, en su fe, de hacerlos crecer, de conformarlos, a la imagen de Cristo, y eso, produce en ellos, gozo, al ver un propósito, divino, en medio del sufrimiento, de forma que, ellos no se sienten, desorientados, confusos, a pesar de la aflicción, y les explica, que el propósito, o la finalidad, de, su fe, persistir, en medio de la aflicción, es, la salvación, de sus almas,
[8:08] hay un propósito, Dios los está guiando, y los está llevando, a ese fin, para el cual Dios, los ha salvado, que era, llegar ellos, perseverando en su fe, al día final, ya sea que Cristo viniese, a buscarlos, en su segunda venida, o ellos murieran, y fueran, a la presencia, del Señor, y en ese contexto, el apóstol, pasa, a estimularlos, sobre, los versículos, 10 al 12, que es lo que, hoy estaremos tocando, y, en el versículo 10, voy a leer, de nuevo, los profetas, les habla, que profetizaron, de la gracia, destinada a vosotros, inquirieron, y diligentemente, indagaron, acerca, de esta salvación, el apóstol, cambia, de enfoque, y ahora, les habla, de la procedencia, de lo que Dios, había revelado, a través de sus santos, siervos, por medio, de su palabra, en el antiguo, testamento, las cosas, que ellos, estaban viviendo, y eran, profetas, llamados, profetas, que, lo importante, sería ver, que es, un profeta, desde el punto de vista, de Dios, y era un llamado, por Dios, era una posición, dada, por Dios, ese sería, el primer punto, también, se les llamaba, siervos de Dios, en algunos textos, del antiguo testamento, y videntes, porque,
[9:56] Dios, con su espíritu, les mostraba, a través, de diferentes, manifestaciones, las cosas, que iban a ocurrir, de forma, que ellos, plasmaban, en su palabra, en la palabra, de Dios, inspirado, por el espíritu, cosas, que nadie, más, podía, conocer, no era, que ellos, las entendían, plenamente, sino, que a través, de ellos, Dios, las revelaba, de diferentes formas, a veces, tenían sueños, visiones, Dios, les hablaba, directamente, y el espíritu, santo, los guiaba, a plasmar, en un manuscrito, las cosas, que Dios, estaba revelando, y en este contexto, vemos, que el apóstol, Pedro, hablando a los hermanos, de esta salvación, pasa a hablarles, de que esos profetas, diligentemente, indagaron, y buscaron, acerca, de esa salvación, y que significa esto, podemos ver, que ellos, muchas veces, escribían cosas, que al mismo, hombre de Dios, profeta, le daba inquietud, por saber, porque como dije, ahorita, ellos mismos, no comprendían, y ellos trataban, de ver, en qué tiempo, en qué época, esas cosas, se iban a cumplir, para que nosotros, veamos, el aspecto divino, de ese, rol, que ellos, escribían cosas, de las cuales, no tenían, un conocimiento, claro, de cómo, o cuándo, y dónde, se cumplirían, no solamente, en base, a la salvación, que vendría, a través de Cristo, nuestro Señor, sino, en base, a muchas otras, profecías, que Dios les revelaba, de forma, que, el profeta, era un hombre, que Dios levantaba, y era algo, muy, muy serio, muy solemne, porque, por encima de todo, el profeta, era un hombre, de la palabra de Dios, por encima, aún, del milagro, de la profecía, el profeta, era un hombre, que Dios enviaba, al pueblo, para que le trajera, su palabra, y nosotros, podemos ver, en el libro, de Deuteronomio, vamos a ver, algunos versículos, hoy, en Deuteronomio, capítulo 18, en el versículo 15, leo, profeta, de en medio, de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará,
[12:55] Jehová, tu Dios, a él, oiréis, vemos aquí, y esto es Moisés, que escribió, Deuteronomio, hablándole al pueblo, de Israel, como Dios, es quien levanta, profetas, nosotros vemos, penosamente, que en esta época, muchas personas, se llaman profetas, hemos visto, en otras, sermones, que se llaman, apóstoles, Leonardo, ha predicado, sobre eso, tocando ahora, el libro de los hechos, en un par de ocasiones, muy claramente, y vemos, como, es Dios, quien da este oficio, no es que, una mañana, uno, o una persona, amanece, con ese deseo, sino que Dios, es quien lo llama, y lo equipa, para esa función, naturalmente, naturalmente, hay una diferencia, muy grande, entre, llevar la palabra, ya revelada, y lo que eran, esos profetas, antiguos testamentarios, a quienes Dios, les revelaba, cosas, de forma, que ellos, plasmaron, la escritura, que hoy tenemos, pero, vemos, que era algo, tan serio, en contraste, lamentablemente, a la forma, en que se toma, hoy, casual, y completamente, negligente, y descuidada, que vemos, en televisión, en manifestaciones, que, una persona, que lo tomara, como algo, para sí, sin Dios, haberlo llamado, en el antiguo pacto, podía tener, consecuencias, muy severas, para esa persona, y en el mismo libro, de Deuteronomio, en el mismo capítulo, 18, podemos leer, en el versículo 22, lo siguiente, si el profeta, hablare, en nombre de Jehová, y no se cumpliere, lo que dijo, ni aconteciere, es palabra, que Jehová, no ha hablado, con presunción, la habló, el tal profeta, no tengas, temor de él, vemos aquí, que si, un profeta, predice algo, en nombre de Dios, que no se cumple, es presunción, de esa persona, en otras palabras, esa persona, está asumiendo, un rol, que Dios, no le ha dado, y como sabemos, que no fue Dios, porque lo que la persona, predijo, no se cumplió, y nosotros, vemos hoy, penosamente, que muchos, predicen, el fin del mundo, han habido casos, muy conocidos, de predicciones, del fin del mundo, donde, los seguidores, de esas sectas, han dejado, de hacer, muchísimas, sus vidas regulares, para abandonarlo todo, y tratar, de prepararse, para la venida, del Señor, hubo un, señor, que tenía un programa, de radio, muy conocido, y, él, predijo, en más de una ocasión, la venida de Cristo, y personas, que escuchaban, ese programa radial, por muchos años, dejaron, y se prepararon, para dejarlo todo, y ellos, trataron, de anunciar eso, a través, del país entero, y llegó el día, y no pasó nada, él volvió, y cambió la fecha, pero tampoco, pasó nada, de forma que, en eso, nosotros veíamos, que la persona, no estaba recibiendo, una profecía, que venía de Dios, no solamente, vemos que el Señor, en su palabra, dice,
[16:55] que es presunción, sino, que, aún, le pone una consecuencia, directa, a aquellos, que, asumen, ese rol, y, voy a leer para eso, en el mismo libro, de Deuteronomio, cinco capítulos, atrás, en el capítulo 13, de Deuteronomio, capítulo 13, versículos, uno al cinco, cuando se levantare, en medio de ti, profeta, o soñador, de sueños, y te anunciare, señal, o prodigios, y si se cumpliere, la señal, o prodigio, que él te anunció, diciendo, vamos, vamos, en pos, de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles, no darás oído, las palabras, de tal profeta, ni a tal soñador, de sueños, porque Jehová, vuestro Dios, os está probando, para saber, si amáis, a Jehová, vuestro Dios, con todo vuestro, corazón, y con toda vuestra, alma, en pos de Jehová, vuestro Dios, andaréis, a él temeréis, guardaréis, sus mandamientos, y escucharéis, su voz, a él serviréis, y a él seguiréis, tal profeta, o soñador, de sueños, ha de ser muerto, por cuanto aconsejó, rebelión, contra Jehová, vuestro Dios, que te sacó, de tierra de Egipto, y te rescató, de casa, de servidumbre, y trató, de apartarte, del camino, por el cual Jehová, tu Dios, te mandó, que anduvieses, y así, quitarás, el mal, de en medio, de ti, vemos aquí, que si una persona, tanto en el Antiguo Testamento, hacía algo, ya sea directamente, pidiéndole, al pueblo de Dios, que adorara, a algo, o alguien, que no, fuera Jehová, la consecuencia, era la muerte, de esa persona, y si hoy, una persona, habla, de un siervo de Dios, como profeta, en el sentido, que predica, su palabra, fielmente, y eso, simple y llanamente, es lo que se le puede referir, como alguien, que lleva, la palabra de Dios, fielmente, y vemos, que las personas, personas, que se autoproclaman, hoy, siervos de Dios, están, trayendo, su propia palabra, están, trayendo, sus propias anécdotas, las experiencias, de su propia vida, y no es, que no haya, un momento, en que alguien, pueda explicar, algo, que le pasó, si tiene, un ejemplo, que puede ser, de edificación, a la congregación, pero, cuando vemos, un patrón, que una persona, se para, a llevar la palabra, al pueblo de Dios, a las personas, que vienen, y está constantemente, hablando, de su experiencia, personal, de lo que le pasó a él, y no está trayendo, la palabra de Dios, esa persona, está alejando, al pueblo de Dios, y a los que vienen, buscando al Señor, de la intimidad, y el conocimiento, de Dios, esa persona, está mostrando, con esa conducta, que ha sido, realmente, una manera, muy personal, de autoerigirse, como siervo de Dios, y no llamado, por Dios, porque el que Dios llama, va a predicar, su palabra, y no, su experiencia, personal, y vemos, que no solamente, pasaba, en el antiguo testamento, sino que hoy, es tan frecuente, y por eso vemos, que las personas, siguen, líderes, siguen, proclama, personas, que se autoproclaman, como siervos de Dios, que nada, tiene que ver, con la palabra del Señor,
[20:57] que nada, tiene que ver, con los oráculos, de Dios, y tristemente, es algo, que le ha hecho, un daño enorme, a la causa, de Dios, en este tiempo, en este siglo, nosotros, nosotros vemos, que esos profetas, profetizaron, y que es la profecía, lo que decíamos ahorita, la revelación, de la palabra de Dios, de la cual, ellos estaban encargados, vimos como profetas, en el antiguo testamento, y en el nuevo testamento, menciona, apóstoles, personas, que el Espíritu de Dios, inspiró, de manera particular, o sea, que muchas veces, llamarse apóstol, hoy no existe, y llamarse profeta, salvo, que una persona, lo use, porque una persona, predica la palabra, como Dios la, ha revelado, no tiene ningún rol, al día de hoy, vemos que los apóstoles, los profetas, antiguos testamentarios, constantemente decían, así dice Jehová, porque era la palabra, directa, de Dios, un ejemplo de eso, está en el libro de Isaías, en el libro de Isaías, en el capítulo 7, versículo 7,
[22:20] Isaías, capítulo 7, versículo 7, por tanto, Jehová el Señor, dice así, no subsistirá, ni será, y no hay que buscar, ese texto, en contexto, sino, lo que queríamos traer, era, como Isaías, el profeta, habla directamente, en el nombre de Jehová, habla directamente, en el nombre del Señor, otro ejemplo, lo tenemos, en otro de los profetas mayores, Ezequiel, en el libro de Ezequiel, capítulo 12, versículo 28, Ezequiel 12, 28, diles, por tanto, así ha dicho Jehová el Señor, no se tardará más, ninguna de mis palabras, sino, que la palabra, que yo hable, se cumplirá, dice Jehová, el Señor, los profetas, hablaban, directamente, en el nombre de Dios, trayendo su palabra, confrontando, muchas veces, al pueblo de Israel, con una palabra, dura, y difícil, muchas veces, de juicio, a costa, aún, de sus propias vidas, vemos, que el contraste, de eso, con lo que nosotros, vemos hoy, donde la persona, se le promete, mucho bienestar, y se le promete, prosperidad material, dista mucho, de lo que la escritura, habla, para nosotros, al día de hoy, y es ahí, donde nosotros, podemos, darnos cuenta, de quien es un falso, y un verdadero profeta, conforme, a lo que Dios, ha revelado, en su palabra, de forma que, tan profundo, es, lo que Dios, nos ha dejado plasmado, como decíamos, originalmente, inicialmente, que muchos, de los profetas, no entendían, las cosas, que Dios, les estaba revelando, y un ejemplo, de eso, lo tenemos, en el libro de Daniel, cuando yo chequeé, el comentario, de primera de Pedro, por el autor,
[24:49] Peter Davids, él hablaba de eso, y, el ejemplo de Daniel, es muy, apropiado, de como, el profeta, escribía, inspirado, por el Espíritu Santo, sin tener, un conocimiento, pleno, de lo que estaba, escribiendo, y vamos a leer, Daniel, capítulo 12, el profeta, Daniel, capítulo 12, versículos, 5 al 9, y yo, Daniel, miré, y he aquí, otros dos, que estaban en pie, el uno, a este lado del río, y el otro, al otro lado del río, y digo, uno, al varón, vestido de lino, que estaba, sobre las aguas, del río, cuando será, el fin, de estas maravillas, y hoy, al varón, vestido de lino, que estaba, sobre las aguas, del río, el cual, alzó, su diestra, y su siniestra, al cielo, y juró, por el que vive, por los siglos, que será, por tiempo, tiempos, y la mitad, de un tiempo, y cuando se acabe, la dispersión, del poder, del pueblo santo, todas estas cosas, serán cumplidas, y yo, oí, mas, no entendí, y dije, señor mío, cuál será, el fin, de estas cosas, él respondió, anda,
[26:24] Daniel, pues, estas palabras, están, cerradas, y selladas, hasta el tiempo, del fin, vemos aquí, que Daniel recibe, una visión, grande, gloriosa, y su corazón, está, abrumado, por lo que, él está recibiendo, y él, le pregunta, al varón, vestido de lino, qué significan, estas cosas, y Dios, no le concedió, el privilegio, de saberlas, decían, que estaban, selladas, para el fin, él mismo, no sabía, nueva vez, hoy, tenemos, muchas personas, clamar, conocer, prácticamente, todo, cuando Dios, en muchos, casos, en muchos, muchos casos, no les revelaba, a sus propios, profetas, que él utilizó, para escribir, la escritura, las cosas, significado, el cumplimiento, el tiempo, y la época, a pesar, de que ellos, indagaron, diligentemente, como dice el versículo, ellos, inquirieron, y diligentemente, buscaron, conocerlas, y Dios, en su soberana, voluntad, no les reveló, detalles, y pormenores, de esas verdades, gloriosas, a hombres, fieles, y que dieron, sus vidas, por Dios, el poder, del espíritu, los guiaba, y los llevaba, y los inspiraba, a escribir, exactamente, lo que Dios, quería, sin ellos, aún, tener, conocimiento, pleno, de lo que hacían, entonces, hemos visto, lo que es, un profeta, antiguo, testamentario, vemos, el contraste, con personas, que se hacen llamar, profetas, y vemos, que únicamente, si una persona, dice que es un profeta, de Dios, es por el hecho, en el día de hoy, que proclama, su palabra, fielmente, y punto, porque no está, recibiendo, esa profecía, gloriosa, como veíamos, en el antiguo, testamento, que a pesar, de que el profeta, de Dios, era, un hombre, encargado, primariamente, de llevar la palabra, primeramente, revelada, también Dios, lo utilizaba, para hacer muchas otras cosas, pero el centro, era, ser fiel, a la palabra de Dios, y tanto aquella vez, como ahora, no hay diferencia, en que debe estar, revelando, y predicando, y hablando, sobre lo que Dios, ha revelado, porque es la única forma, que el pueblo, puede tener luz, y en el capítulo, uno de Pedro, volviendo ahí, en el versículo, once, en el capítulo, uno de Pedro, en el versículo, once, primera de Pedro, donde hemos estado leyendo, leo el versículo, once, escudriñando, que persona, y que tiempo, indicaba, el espíritu, de Cristo, que estaba en ellos, el cual, anunciaba, de antemano, los sufrimientos, de Cristo, y las glorias, que vendrían, tras ellos, y aquí tenemos, en este versículo, algo que sé, que a muchos de ustedes, le vendrá a la mente, que es, el texto, de las escrituras, que muestra, lo que, más claramente, indica, los sufrimientos, del siervo de Dios,
[30:25] y sé que a la mente, de muchos de ustedes, viene Isaías, capítulo 53, y vemos como, el profeta Isaías, recibió, revelación directa, del espíritu, de Dios, sobre, este capítulo, el capítulo 53, del libro, del libro, de Isaías, que es algo, incomprensible, como, Dios, le reveló, con tanta claridad, al profeta, las cosas, que nuestro salvador, habría, de sufrir, y, lo voy a leer, simplemente, obviamente, no entrar ahí, pero para que veamos, lo glorioso, de esto, y eso, aún en esa época, no quedó, tan claro, para esos hombres, de Dios, Isaías, capítulo 53, versículo, del 1 al 12, quien ha creído, a nuestro anuncio, y sobre quien, se ha manifestado, el brazo de Jehová, su viraco, al renuevo, delante de él, y como raíz, de tierra seca, no hay parecer, en él, ni hermosura, le veremos, mas sin atractivo, para que le deseemos, despreciado, y desechado, entre los hombres, varón de dolores, experimentado, en quebranto, y como que, escondimos, de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos, ciertamente, llevó él, nuestras enfermedades, y sufrió, nuestros dolores, y nosotros, le tuvimos, por azotado, por herido, de Dios, y abatido, mas él, herido, por nuestro, fue, por nuestras rebeliones, molido, por nuestros pecados, el castigo, de nuestra paz, fue sobre él, y por su llaga, fuimos nosotros, curados, todos nosotros, nos descarriamos, como ovejas, cada cual, se apartó, por su camino, mas Jehová, cargó en él, el pecado, de todos nosotros, angustiado, él, y afligido, no abrió su boca, como cordero, fue llevado, al matadero, y como oveja, delante, de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca, por cárcel, y por juicio, fue quitado, y su generación, quien la contará, porque fue cortado, de la tierra, de los vivientes, y por la rebelión, de mi pueblo, fue herido, y se dispuso, con los impíos, su sepultura, mas con los ricos, fue en su muerte, aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño, en su boca, con todo eso,
[33:16] Jehová, quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento, cuando haya puesto, su vida en expiación, por el pecado, verá linaje, vivirá, por largos días, y la voluntad, de Jehová, será en su mano, prosperada, verá el fruto, de la aflicción, de su alma, y quedará satisfecho, por su conocimiento, justificará, mi siervo, justo a muchos, y llevará, las iniquidades, de ellos, por tanto, yo le daré, parte con los grandes, y con los fuertes, repartirá despojos, por cuanto, derramó su vida, hasta la muerte, y fue contado, con los pecadores, habiendo él, llevado el pecado, de muchos, y orado, por los tranquesores, y es largo, pero, es algo, impresionante, y es, algo, que nosotros, debe producir, adoración, el que esas cosas, que ellos estaban recibiendo, nosotros, hoy las comprendemos, esas cosas, que ellos estaban, recibiendo, sin un entendimiento, claro, nosotros, la podemos comprender, al ver, el cumplimiento, en Cristo, de esa profecía, de una manera exacta, precisa, algo que se escribió, 700 años, antes de la venida, de Cristo, como Cristo, cumplió eso, de una manera exacta, y nosotros, tenemos una comprensión, de eso, en el versículo, 12, primera de Pedro, capítulo 1, versículo 12, leo, a estos, les reveló, que, no para sí mismos, sino para nosotros, administraban, las cosas, que ahora, os son anunciadas, por lo que, os han predicado, el evangelio, por el Espíritu Santo, enviado del cielo, cosas, en las cuales, anhelan, mirar los ángeles,
[35:30] Dios revela, su palabra, a hombres, fieles, sin darle, un entendimiento, pleno, y ellos, murieron, aún, sin haber recibido, un entendimiento, claro, pero creyéndolo, y siguiéndolo, y afirmándolo, de una manera total, sabiendo, que es la palabra, de Dios, y que iba a tener, cumplimiento, 700 años, pasaron, y llegó, tal cual, Dios lo decía, exactamente, y Dios trajo, salvación al mundo, nosotros vemos, en el libro de Hebreos, en el capítulo 11, versículo 13, Hebreos, capítulo 11, versículo 13, conforme a la fe, murieron, todos estos, los profetas, recuerden, que ahí está hablando, de la galería, de la fe, todos esos profetas, antiguos testamentarios, fieles, que dieron, sus vidas, por Dios, dice, conforme a la fe, murieron, todos estos, sin haber, recibido, lo prometido, esperando, ese tiempo, de morar, en la presencia, de su glorioso, salvador y señor, en paz, con el pueblo de Dios, sino, mirándolo, de lejos, en esperanza, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando, y confesando, que eran extranjeros, y peregrinos, sobre la tierra, porque buscaban, esa paz, ese amor, en comunión, con su Dios, y su pueblo, cuando el Señor, consumara su promesa, murieron, esperándolo, en fe, y nosotros, hoy, podemos entender, ese cumplimiento, que privilegio, tan increíble, nosotros, podemos ver, la fidelidad, de Dios, que su plan, es, irreversible, infalible, imparable, que nada, ni nadie, en este mundo, lo podrá impedir, y hermano, eso debe traer, consuelo, y conforte, a tu corazón, nosotros vemos, que, profeta, como Juan el Bautista, un hombre de Dios, que por causa, de Cristo, fue, decapitado, y vemos, como Juan, cuando, nuestro Señor,
[38:07] Jesucristo, llega, se siente, confundido, porque cae, en prisión, por ser fiel, a Dios, cae, en prisión, por ser fiel, a Dios, y en Mateo, capítulo 13, versículo 17, nuevo, el Señor, hablando, de como muchos, no pudieron ver, esa, esa gloriosa, venida de Cristo, Mateo, capítulo 13, versículo 17, leo, porque, de cierto, digo, dice el Señor, Jesucristo, nuestro Salvador, que muchos, profetas, injustos, desearon, ver, lo que veis, y no lo vieron, y oír, lo que oís, y no lo oyeron, no llegaron, a ver, con sus propios ojos, a ese glorioso, salvador, que vino, a morar, entre nosotros, y ellos, anhelaron eso, más que sus propias vidas, y Dios, no le concedió, ese privilegio, y le decía, de Juan el Bautista, antes de leer, el versículo, que habiendo, conocido a Cristo, era familia, del Señor, era, técnicamente, primo, de nuestro Señor, y él, cuando cae preso, se confunde, porque estaba, anticipando, que vendría, ese reino, de paz, con Dios, y su pueblo, reinando, sin estar, controlados, y perseguidos, por sus enemigos, y cuando él, cae preso, se confunde, un profeta, de Dios, a quien Cristo, le llamó, que no había nacido, de mujer, uno más grande, que él, y vemos, como en Mateo, capítulo 11, en el versículo, en versículo 2 al 5, él manda, a dos de sus discípulos, a preguntarle, a Cristo, y oigan, como dice,
[40:09] Mateo 11, versículo 2 al 5, y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió, dos de sus discípulos, para preguntarle, eres tú, aquel, que había de venir, o esperaremos, a otro, respondiendo, Jesús, les dijo, id, y haced saber, a Juan, las cosas, que oís, y veis, los ciegos, ven, los cojos, andan, los leprosos, son limpiados, los sordos, oyen, los muertos, son resucitados, y a los pobres, es anunciado, el evangelio, Juan, se había confundido, y Cristo, volvió nuevamente, y lo llevó, a los signos, del Mesías, del ungido de Dios, para que enfocara, cuál era la misión, primaria, de la enseñanza, la sanación, y la predicación, del evangelio, del ministerio, de nuestro Señor Jesucristo, y vemos una vez más, que aún nuestro Señor, como profeta, nuestro Salvador, tenía, el evangelio, la predicación, de la palabra, como un punto central, como un punto central, y esto, nos muestra a nosotros, no solamente el privilegio, enorme, que tenemos hoy, de poder comprender, estas gloriosas verdades, y su consumación, en la palabra, sino que nos debe llevar, a, aferrarnos, a la palabra profética, más segura, y ese es, el centro, de lo que está aquí, que sea, quien sea, que se levante, hablando en el nombre de Dios, si no lo hace, conforme a la escritura, no lo está haciendo, realmente, como Cristo manda, y debemos, huir, de ese tipo de mensaje, por más que la persona, sienta, o experimente, tiene que estar, y nada malo, con sentir, o experimentar algo, pero si no está, respaldado, por la escritura, no podemos, confiar en ello, y tenemos la historia, como muestra, tantos casos tristes, en segunda de Pedro, capítulo 1, en el versículo 21, miren como el Señor, nos dice a través del apóstol, porque nunca la profecía, y entiéndase ahí, palabra de Dios, esa profecía, es la palabra de Dios, fue traída, por voluntad humana, sino que los santos, hombres de Dios, hablaron, siendo inspirados, por el Espíritu Santo, esa palabra, nunca vino, por hombre, sino por Dios, entonces, eso nos lleva al punto, de que importancia, tiene el profeta, o la profecía, para nosotros, que será el último punto, brevemente, y el cumplimiento, de las profecías, es evidente, en la historia, de como Dios, ha, llevado a cabo, su palabra, en la persona, y Señor, de nuestro Señor Jesús, en la persona, y obra, de nuestro Señor Jesucristo, el cumplimiento, supremo, de la palabra de Dios, está, en, la venida, de nuestro Salvador, que en él, se cumplieron, todas esas profecías, gloriosas, que si nos vamos atrás, están, desde el principio, en la palabra de Dios, desde la caída, en el libro de Génesis, en el capítulo 3, versículo 15, en el libro de Génesis, en el capítulo 3, cuando Adán y Eva, cayeron, en una época, donde no había, entendimiento, de nada de esto, en absoluto, en el versículo 15, podemos leer,
[44:10] como dice, que se levantaría, un hijo, de la simiente, de la mujer, que heriría, a la simiente, de la serpiente, en la cabeza, y esta le heriría, en el calcañar, que es una profecía, de cuando nuestro Señor, Jesucristo, daría, su golpe mortal, en la cruz, al vencer, a Satanás, que tenía, por causa de nuestro pecado, el imperio, de la muerte, y como eso se cumple, en la persona de Cristo, al llevar, nuestros pecados, en la cruz, y libertarnos, de la esclavitud, a Satanás, y al mundo, y como el Señor, lo profetizaba, miles de años atrás, y es por eso, que nosotros debemos, de, probar los espíritus, por la palabra, alguien puede predicar, muy bonito, puede predicar, con mucha, coherencia, pero si no pasa, el filtro, de la escritura, no es de Dios, y es por eso, que, la función, fundamental, del profeta, y la importancia, que tiene para nosotros, es que, solamente, en función, de la palabra de Dios, es que una persona, puede ser reconocida, como un siervo, real de Cristo, pero no solamente, la persona, sino nosotros mismos, como creyentes, si vivimos a la luz, de la palabra, si vivimos a la luz, de lo que Dios, ha revelado, a sus santos siervos, en segunda de Pedro, capítulo, 1, versículo 19, segunda de Pedro, capítulo 1, versículo 19, leo, tenemos también, la palabra profética, más segura, a la cual, hacéis bien, en estar atentos, como a una antorcha, que alumbra, en lugar oscuro, hasta que el día, esclarezca, y el lucero, de la mañana, salga, en vuestros corazones, la palabra de Dios, es, más confiable, aún, que lo que nuestros sentidos, están viendo, a veces, pasan cosas, en el antiguo testamento, ustedes recordarán, cuando las plagas, de Egipto, y cuando el mar, se, tiñó de sangre, los magos, y los hechiceros, que tenía Faraón, lograron duplicar, algunas, de las señales, que Moisés hizo, al final de los tiempos, vendrán, por tentos, y prodigios, hecho por la bestia, y por Satanás, y muchos, los seguirán, y nosotros, solamente, podremos andar, en terreno seguro, si nos guiamos, de la palabra de Dios, o sea, que aún, lo que nuestros ojos, están viendo, tiene que ser filtrado, por la palabra de Dios, en conclusión, vimos, que es un profeta, como reconocer, si un profeta, es de Dios, o no, que es la profecía, y que importancia, o que relevancia, tiene eso, para nosotros, al día de hoy, y que podemos nosotros, tomar de aplicación, de esos versículos, donde el apóstol,
[48:00] Pedro dio un cambio, del sufrimiento, y la exhortación, a los hermanos, a afirmarlos, en la palabra de Dios, podemos ver, que nosotros, tenemos, la profecía, de Dios, en nuestras manos, a través de la escritura, que ha costado, cantidad, incontable de vidas, a lo largo de los siglos, esa palabra, que nosotros tenemos hoy, en nuestras manos, ha costado la vida, a una cantidad, incontable, y todavía le cuesta, a los siervos de Dios, para que hermano, para que tú la atesores, para que tú, sepas, que no es de hombres, que tiene que buscar, tu información, que no es de, personas, que son, supuestamente, escogidos, en ministerios, donde están ellos, solos, en televisión, y hay personas, que en la iglesia, van, escuchando, les envían, su dinero, y todo su cosa, sino, donde Dios, te llama, por su palabra, ya sea aquí, o en cualquier lugar, tú vas a probar, si, el espíritu de Dios, está, por la palabra, no por la reacción, de la persona, no por la experiencia, de la persona, sino por la fidelidad, a la palabra, que Dios nos ha revelado, podemos ver, la diferencia, que la escritura, nos da la luz, como una antorcha, para ver la diferencia, entre, el real, y el que no es real, y esto trae, una pregunta, a nuestros corazones, nos sentimos, nosotros, tan excitados, de leer la escritura, o más, que de escuchar, meramente a alguien, que nos hable, de su propia experiencia, o que parezca, muy culto, muy inteligente, o muy, privilegiado, está nuestro corazón, deseando esa palabra, profética, que nos alumbra, en un lugar oscuro, en este mundo, por las tinieblas, espirituales, en oscuridad moral, como está, la palabra de Dios, nos lleva, por el camino seguro, hasta el último día, que nuestro corazón, anhele, no la imaginación, o la manipulación, de hombres mundanos, sino, lo que Dios revela, en su palabra, vamos a, pedirle a Dios, que haga eso, por su amor, y su bondad, y antes de terminar, yo quisiera, dar una palabra, a los que están aquí, que no nos conocen, que no conocen al Señor, que, si Dios, no te ha salvado,
[50:48] Él te manda, que te arrepientas, si le busques, Él te manda, a que le entregues, tu corazón, Dios, ha provisto, salvación en Cristo, ha provisto, un camino, de libertad, del pecado, la muerte, y Satanás, a través del arrepentimiento, y la fe, en su Hijo, el cual es poderoso, no nosotros, Él, para con su Espíritu Santo, transformar tu corazón, darte arrepentimiento, fe, de forma que tú le entregues, su vida, y vengas a ser, un Hijo del Señor, quiera Dios, aplicar esta palabra, y traerte, a los pies de Cristo, hoy, oremos, gracias, gracias Padre, por tu palabra, porque ella es, lámpara a nuestros pies, como dice tu palabra, en segunda de Pedro, ilumbrera a nuestro camino, Señor, es como una antorcha, que alumbra el lugar oscuro, en un mundo oscuro, por el pecado, la muerte, las tentaciones,
[51:54] Señor, por la caída, que nos esclaviza, al pecado, solo tu Padre, puede traer libertad, a través de tu Espíritu, que tu Santo Espíritu, venga con poder, y aplique la palabra, donde nosotros nos encontramos, hoy, a los que son salvos, para edificación, para que revisemos, nuestros corazones, y hurguemos más, en tu palabra, y la busquemos, con una verdadera sed, y deseo de hacerla, y a los que no te conocen, Señor, que tú los levantes, de los muertos, que tu Espíritu, obre vida, que el milagro, de la salvación, dada por ti, Señor, tome lugar, y los veamos, Señor, transformados, en hijos tuyos, te amamos, y te glorificamos, Padre, y esta misericordia, la pedimos, en el nombre de Cristo, y para su gloria, Amén, Amén.