Creciendo en Cristo

Preacher / Predicador

Edgar Vizcaino

Date
Sept. 1, 2019

Transcription

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[0:00] Bienvenidos hermanos, vamos a orar antes de comenzar.

[0:14] Una vez más Señor, te agradecemos y glorificamos por darnos la oportunidad, Señor el privilegio diríamos de poder estar hoy aquí unidos para exaltar tu nombre, alabarte, glorificarte porque solo tú eres digno de toda la honra y el oro.

[0:45] Y pedimos Padre que ahora tú permitas que estemos enfocados, que nuestras mentes presten atención porque es tu palabra, a pesar de ser traída por un débil hombre, es palabra tuya Señor, la cual es nuestra vida.

[1:05] Que tú la apliques con tu espíritu en la situación en que cada uno nos encontremos, para que ella venga a servir el propósito para el cual tú la vas a enviar.

[1:17] En Cristo lo pedimos Señor y para su gloria. Amén. Vamos a seguir en Filipenses, hemos estado predicando de esta epístola y ha sido una bendición, ¿verdad? Cuánta enseñanza Dios nos trae.

[1:36] Y en este día vamos a seguir en el capítulo 3, vamos a estar leyendo de los versículos 3 al 16.

[1:47] La semana pasada predicamos sobre versículos 12, 13 y 14. Y hoy vamos a poner un enfoque particular en los versículos 15 al 16.

[2:00] Pero vamos a leer los cinco versículos para coger el contexto de lo que hemos de hablar hoy. Leo.

[2:15] No que lo haya alcanzado ya, ni ya que sea perfecto, sino que prosigo por ver si logro asir a aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

[2:27] Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado, pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

[2:48] Así que todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos. Y por si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.

[3:02] Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Y si ustedes recuerdan los que estuvieron presentes, el domingo pasado estuvimos hablando cómo el apóstol Pablo presentaba la vida espiritual como una carrera.

[3:24] Y él tomaba una analogía de lo que era particularmente el campo y pista, las carreras en la edad antigua que eran muy conocidas, cuando se originaron los Juegos Olímpicos, que en la época de Cristo ya tenían alrededor de 700 años tomando lugar.

[3:48] Otra analogía que él usa frecuentemente es la lucha. Lucha se convirtió en un deporte muy popular también en esa época y lo es hasta el día de hoy, ambos deportes.

[4:02] Y la vida espiritual se presta a ser ilustrada en la forma del deporte porque tiene, así como los atletas se abstienen de muchas cosas, se preparan con mucho rigor, evitan comer ciertas cosas dañinas para sus cuerpos, tratan de descansar y de ejercitarse con mucha sabiduría y entendimiento para poder correr efectivamente de forma que puedan llegar a la meta o a la victoria del deporte que practican.

[4:44] Y vemos como vimos en los versículos de 12 al 14, el apóstol hablaba de cómo él corría, de cómo él luchaba, de una manera intencional, de una manera propuesta muy particular, haciendo cosas muy específicas para no ser descalificado.

[5:10] Si uno compite en algún deporte, verá que solamente compitiendo por las reglas de esa disciplina, uno puede ser coronado si gana.

[5:24] De la misma forma, en la vida espiritual, si una persona no camina o anda conforme a Dios, esa carrera no cuenta. En otras palabras, esto no es algo de invención propia, sino es un acto de sumisión, de abstención y de cuidadosamente prestar atención a lo que Dios nos dice para poder hacerlo de una forma que agrade a él, si ciertamente le conocemos.

[5:58] Y vemos como el apóstol Pablo pasa de hablar de la carrera, pasa de hablar como una persona empieza a madurar y termina hablando de ese objetivo supremo que es llegar a la meta, a ese llamamiento que Dios le hace a aquellos que él aparta para sí, con el poder de su espíritu, dándole una nueva vida en Cristo.

[6:25] Y en los versículos de hoy que nos tocan, particularmente vamos a estar enfocándonos en el versículo 15 del capítulo 3 y en el versículo 16.

[6:39] Y yo voy a leer el capítulo, el versículo 15, para traer a idea de lo que vamos a hablar al presente. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos y por si otras cosas sentís, esto también os lo revelará Dios.

[7:06] Y vimos que el apóstol Pablo estaba hablando en los versículos anteriores de cómo llegar a esa madurez y es aquí donde él culmina hablando de ese estado.

[7:22] Perfección en la escritura, cuando habla de perfecto en este contexto, nosotros al día de hoy podemos entender que está hablando de algo sin error, pero no es a eso que se refiere.

[7:34] Si quizás lo buscamos en un diccionario, va a decir algo sin error o tacha. Yo particularmente no lo busqué en un diccionario ordinario, sino lo tomé del contexto bíblico, donde perfecto en la vida cristiana se refiere a completo, o si usted quiere llamarle maduro.

[7:58] Y para esto podemos ver cómo la escritura utiliza esa palabra en otros versículos. Si usted tiene su Biblia, lo que pueda, yo también lo voy a leer.

[8:10] En 2 Timoteo capítulo 3, versículos 16 y 17, el apóstol Pablo escribiéndole a Timoteo, su discípulo, con respecto a la escritura, luego de decirle en el versículo 16, que es inspirada por Dios y útil para enseñar y para redarguir, para corregir, en el versículo 2, del 17, del capítulo 3 de Timoteo, 2 Timoteo 3, 17, dice, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

[8:51] El objetivo de la vida cristiana, inmediato al presente que existe, es de nosotros correr, es de nosotros andar, de una manera que agrade a Dios, con la finalidad al presente, de madurar, en otras palabras, de estar completos en Cristo.

[9:14] ¿Y a qué se refiere con eso? Se refiere a que todo nuestro ser, nuestra mente, nuestras emociones, nuestros pensamientos, deben todos estar encaminados, a ser conformados, a la voluntad de Dios.

[9:33] a eso que se está refiriendo, cuando el apóstol Pablo habla, en el versículo 15, de que, lo que somos perfectos, aquellos, que han, por el uso de los sentidos espirituales, madurado, en la fe.

[9:50] Así como un niño, se va desarrollando, cuando el niño nace, no tiene la visión, que tiene, cuando ya, tiene dos o tres años de edad.

[10:04] El, sistema visual, va madurando, y produciendo, una visión, cada vez más, nítida y clara, de la realidad.

[10:16] El apóstol, utiliza muchas veces, el símil de los sentidos, para, hacer una analogía, con la vida espiritual. Cuando una persona, por el poder del Espíritu Santo, se somete a la voluntad de Dios, y actúa, bíblicamente, el hacer la voluntad de Dios, continuamente, produce en esa persona, una mayor habilidad, de ser transformado, a la imagen de Dios.

[10:47] Y a eso, que el apóstol Pablo, está llamando, a los hermanos. Nosotros vemos que, eso va a producir, un crecimiento, como dije, en diferentes áreas, de nuestra vida.

[11:00] Nuestro carácter, nuestra mente, nuestras emociones, y en sabiduría. O sea, nosotros veremos, esos puntos, con respecto, a la madurez, espiritual.

[11:20] Que es, primeramente, veremos tres cosas, que es una persona madura, como, se ve una persona madura, en acción, o en la práctica, como se refleja eso, como se manifiesta, eso, de una persona madura, en la práctica, que en las diferentes áreas, de su vida, y cuál es, el resultado de eso.

[11:47] Vamos a ver esos, esos tres puntos, de qué sucede, con la vida cristiana. Cómo, qué es lo que una persona madura, cómo se ve eso, en la práctica, y el mandato, de Dios, a nosotros, madurar.

[12:04] dijimos, que, una persona madura, es alguien, que por el uso, de los medios, que Dios le ha dado, y sometiéndose a la voluntad, de él, empieza, a ser transformado, en todas, las áreas, de su vida, de forma, que esa persona, se va conformando, a la semejanza, de Cristo.

[12:29] Eso es, la definición, de lo que es una persona madura. Ahora, nosotros, viéndolo, a la luz del texto, cómo se manifiesta eso, en la práctica, vemos, el carácter, de la persona.

[12:44] Cómo lo es, una persona, que está madurando, a la imagen de Dios, lo vemos, en su carácter. O sea, estos, esto, en la práctica, tiene un aspecto, muy, tangible, muy claro, muy visible.

[12:58] No es un concepto, abstracto, que nadie puede entender, sino que se manifiesta, aquí, en esta vida, de cómo esa persona, se conduce. Y una parte, de la persona, que vemos, es su carácter.

[13:12] El carácter, lo podemos, definir, lo busqué, y decía, que, es la manera, de proceder, o modo de ser, de una persona, ante las situaciones, que se le presentan.

[13:27] Eso va a ocurrir, en el día a día. Y es ahí, cuando una persona, está, de manera intencional, por el poder del Espíritu, sometiéndose a la voluntad de Dios, que se va a ejercitar, en eso.

[13:39] Nuestro carácter, sale a la luz, cuando nosotros, enfrentamos, las siempre cambiantes, situaciones, de esta vida. Ya sea, de trabajo, familiar, personal, constantemente, cambiando.

[13:55] vemos, vemos, la realidad, invariable, la realidad, inmutable, que no cambia, de Dios, con respecto, a nuestra vida, que varía, día a día, en todas nuestras áreas.

[14:11] El carácter, refleja, como esa persona, concibe la vida. Si una persona, va al trabajo, y en el trabajo, pasa algo inesperado, y vemos, esa persona, se impacta, de una manera, muy fuerte.

[14:30] Hay personas, que se marchan del trabajo, si algo no fue, como ellos lo esperaban. O, puede ser, que la persona, no hable, y no exprese nada, porque se queda, muy sobrecogido. Ya sea, que fue al trabajo, y ese día, lo habían, despedido, o fue al trabajo, y ese día, no había una persona, que esperaba ver.

[14:50] Cualquiera, de esas situaciones, que comúnmente, enfrentamos, su carácter, va a salir a la luz. Y ese carácter, ese modo de ser, y de enfrentar la realidad, va a ir transformándose, conforme, a como esa persona, concibe la vida.

[15:06] En, el creyente, el carácter, va a conformarse, a la manera, en que Dios, demanda. Nosotros vemos, que como creyentes, no debemos, andar conforme, a las circunstancias.

[15:23] La circunstancia, cambia, y la persona, se siente, en un momento, abrumado, la persona puede, sobrecogerse, de temor, o la persona, puede, tornarse agresivo, para tratar, de salir, de la situación.

[15:39] Pero nosotros, vemos la escritura, segunda, a los corintios, capítulo 5, en el versículo 7, el apóstol, mismo, dice, que nosotros, andamos, por fe, y no por vista.

[15:51] Y de que está hablando, nosotros vemos, todo a nuestro alrededor, pero lo que nos guía, el apóstol, usa la palabra, andar, para expresar, una forma, de vivir, nuestra vida.

[16:03] Así como nosotros, caminamos diariamente, a los lugares, que vamos, aunque sea, por poco espacio, nos parqueamos, en el carro, si manejamos, entramos a una oficina, salimos, entramos a la casa, salimos, ese andar, en una época, donde no existían carros, tomando el contexto atrás, siempre era a pie, o en algunos casos, un caballo, pero no había vehículos, los motorizados.

[16:28] Nuestro andar, la vida del cristiano, si tú estás aquí, hoy, en Cristo, debe caracterizarse, porque, primariamente, tú andas, por fe, y ahí, implica con fe, todo ese cuerpo, y esa doctrina, que Dios, ha dejado en su palabra, y creyéndole, a su promesa, un cristiano maduro, tiene un carácter, conforme a la voluntad de Dios, que se expresa, en la manera, en que esa persona, piensa, y en la manera, que esa persona, reacciona, a las situaciones, que se le presentan, en el caso del cristiano, lo hace, lo hace, conforme, a, la fe, a ese conjunto, de doctrina, que Dios le ha dado, y a esa creer, a ese creer, en la promesa, que Dios, ha dejado, en su palabra, eso, hace, que el cristiano, actúe, de una forma, diferente, a como actúa, alguien, que no conoce a Dios, y es un signo, que ustedes lo pueden ver, en el carácter, de una persona, y ahí usted puede, darse cuenta, que está, moldeando, a esa persona, a medida, que el tiempo pasa, vemos esa analogía, como el apóstol, la hace, donde no es conforme, a sus circunstancias, como el mismo Pablo, en el momento, que escribe el epístolo, a los filipenses, él está en prisión, y vemos, que la dificultad, de su situación, no es lo que determina, la manera, que él actúa, sino, lo que él conoce, de Dios, y la fe, que él tiene, en las promesas, del Señor, en, segundo punto, que podemos ver, es, en nuestra mente, en nuestra mente, o en nuestro pensamiento, y la escritura, tomaba el corazón, como el asiento, de nuestros afectos, y nuestra forma, de pensar, de una manera, figurada, pero la manera, en que nosotros, pensamos, eso refleja, la forma, en que nosotros, concebimos, la vida, y eso se manifiesta, a la hora, de nosotros, actuar, o sea, nosotros no actuamos, en el vacío, sino que, producto, de la concepción, del entendimiento, que nosotros, tenemos, de lo que es la vida, de lo que es la sociedad, y de lo que es, más valioso, y vemos, en romano, capítulo 12, específicamente, en el versículo 2, que el apóstol,

[19:08] Pablo, llama, a que nosotros, seamos, transformados, y esa palabra, es una palabra, que significa, una palabra, que ustedes han escuchado, lo más seguro, de la escuela, metamorfosis, que significa, un cambio de forma, cuando se refiere, a los animales, en este sentido, hablando de un sapo, como un sapo, pasa de renacuajo, a un sapo adulto, hay una transformación, hay un cambio de forma, en la anatomía, esto, es una metamorfosis, espiritual, por así decirlo, donde, un corazón, cambiado, transformado, un nuevo corazón, por Dios, va a manifestarse, en una forma, distinta, de nosotros pensar, y eso, es algo, que con el tiempo, a medida que nos ejercitamos, en la voluntad de Dios, se va a manifestar, claramente, en 1 Corintios, 2, 16, el apóstol, hablando, de quien puede entender, la mente de Dios, dice que, porque quien conoció, la mente del Señor, o quien le instruirá,

[20:21] Dios lo sabe todo, es eterno, es infinito, nadie, pero dice del cristiano, mas nosotros, tenemos, la mente, de Cristo, ahí nosotros, nos detenemos, y vemos, que la mente nuestra, es una mente, conforme, a Dios, y uno diría, pero como es posible eso, si yo soy un humano, pecador, imperfecto, si, tu estas en Cristo, el Espíritu Santo, que mora en ti, te pone la mente, de Cristo, para que tu puedas, imitarlo, a medida que tu creces, en el caminar, de esta vida, como inconversos, como personas, sin Dios, cuando no le conocemos, jamás podremos, entender la mente de Dios, pero el Espíritu, de Dios, que mora, en aquello, que hemos sido redimido, por su gracia, nos da, la capacidad, de entender, la forma, en que Dios, quiere que obremos, porque tenemos, su Espíritu, morando, dentro de nosotros, y algo, tan glorioso, va a producir, una manifestación, visible, en nuestras vidas, de cambiar, no solamente, nuestro carácter, sino también, nuestra mente, en la forma, en que pensamos, esto no ocurre, de manera inmediata, sino que es un proceso, a través de los años, a medida que nos ejercitamos, espiritualmente, veamos que, estamos llamados, a madurar, así como el ejemplo, del niño, que yo ponía, con la visión, el apóstol dice, en 1 Corintios 14, 20, hermanos, no seáis niños, en el modo de pensar, sino ser niños, en la malicia, pero maduros, en el modo de pensar, y ahí usted se da cuenta, cuando una persona, está mucho tiempo, caminando con Dios, en otras palabras, haciendo la voluntad de Dios, usted se da cuenta, que actúa diferente, si la persona, entiende, en un momento determinado, que no es sabio, montarse con alguien, en un carro, que está, muy nervioso, o muy inquieto, o está bajo el efecto, de sustancias, esa persona, en el momento dado, no va a pensar primariamente, yo tengo que llegar a mi casa, sino una persona, que está en una situación, alterada, mentalmente, por una sustancia, o alcohol, posiblemente, no me va a llegar a mi casa, mírense que, para eso, no hay que tener, sabiduría de Dios, es algo simple, pero, la sabiduría de Dios, nos manda, a ser cuidadosos, e inmediatamente, eso viene, a nuestra mente, en otras palabras, a medida que crecemos, espiritualmente, la simpleza, en otras palabras, una manera superficial, de pensar, va, va, siendo echada a un lado, o dejado atrás, y vemos ahora, las implicaciones, más profundas, de, las decisiones, que tomamos, con los hijos, si vamos a tomar decisiones, pensando, de una manera madura, bíblicamente, sabemos, que lo que le damos, tiene implicaciones, que pueden ser, buenas, o malas, ya sea, un juego, electrónico, o algo, es para diversión, pero también, puede producir, muchos problemas, entonces, nosotros, lo vamos a tratar, de hacer, con moderación, lo vamos a tratar, de hacer, con disciplina, no solamente, darle el instrumento, y más nada, en el paso, del tiempo, se va manifestando, esa transformación, que el espíritu, produce en nosotros, a medida, que nosotros, nos sometemos, a la voluntad, de Dios, de forma que, el carácter, va cambiando,

[24:22] la mente, va cambiando, y aún, nuestras emociones, que muchas veces, no las podemos controlar, porque reaccionamos, inmediatamente, imagínese, es imposible, literalmente, las emociones, nosotros, no las calculamos, uno ve un familiar, que ama, una persona, que ama, e inmediatamente, uno siente, placer, y deleite, uno no dice, bueno, ahora que viene, mi madre, me voy a poner feliz, no es algo, que uno hace consciente, sino simple y llanamente, uno experimenta, deleite, y gozo, pero aún, esas emociones, que son buenas, y Dios las pone ahí, como parte de nuestra naturaleza, aún deben estar ahí, para nosotros, glorificarles, que quiero decir, los momentos, de tristeza, y de placer, que tenemos, en nuestra vida, aún, deben estar, impactados, por el efecto, que el Espíritu de Dios, tiene en nosotros, muchas veces, pasamos por situaciones difíciles, es inescapable, y si no estamos conscientes, de que lo que debe moldear, nuestras emociones, en sentido general, es Dios, y su voluntad, nos vamos a ver cogido, en situaciones, donde no podemos salir, y estamos emocionalmente, abrumados, constantemente, a veces situaciones, muy dolorosas, como un familiar, que ha partido, de este mundo, marca la vida de personas, de forma que, no pueden, ver la vida, más, con ningún placer, o deleite, porque, ese familiar, que partió, que ellos amaban, entrañablemente, cambió su vida, de forma que jamás, existe, en ellos, un momento, que ellos puedan decir, de gozo, eso, así de doloroso, como es, no es conforme, a la voluntad de Dios, y nosotros, podemos ver, en Nehemias, un libro, del antiguo testamento, donde, el profeta, está hablando, con el pueblo de Dios, y utilizando la ley, y el pueblo, se pone triste, por causa, de su pecado, de no estar viviendo, conforme a la ley, de Dios, y el profeta, les dice, que no se entristezcan, dice, en el versículo,

[26:53] Nehemias 8, 10, luego les dijo, y comer, grosura, y beber, beber, vino dulce, y, enviar porciones, a los que no tienen, nada preparado, porque, día santo, es a nuestro Señor, eran un día, de reposo eso, no se entristezcáis, porque, el gozo, de Jehová, es, vuestra, fortaleza, aún, en medio, de nuestros momentos, de dolor, y tristeza, la realidad, que debe, sostenernos, es la esperanza, incomparable, que tenemos, en Dios, y es por eso, que hay creyentes, de una manera, paradójica, contradictoria, puede, aún, darle gracias a Dios, en medio del dolor, porque ese dolor, produce esperanza, ese dolor, produce una esperanza, que no avergüenza, por el amor de Dios, que ha sido derramado, en sus corazones, y es lo que nosotros vemos, en el libro de Romanos, en el capítulo 5, en el versículo 5, y lo voy a leer, rápidamente aquí, donde, el apóstol Pablo, nuevamente, le dice, a los hermanos, que la, tribulación, no avergüenza, lo voy a leer, exactamente, como dice, en el versículo 3, de Romanos 5, y no solo esto, sino que también, nos gloriamos, en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación, produce paciencia, y la paciencia, prueba, y la prueba, esperanza, y la esperanza, no avergüenza, porque, el amor de Dios, ha sido derramado, en vuestros corazones, por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado, aún, las situaciones, difíciles, y de dolor, que nosotros, inevitablemente, vamos a experimentar, en esta vida, debemos, por amor a Dios, ponerla en sus manos, para que aún, en esos momentos, no actuemos, como aquellos, que no tienen esperanza, nuestra esperanza, lo que controla, nuestras emociones, no debe, descansar, primariamente, en nuestra salud, o en nuestra condición, económica, o familiar, porque, esas son situaciones, que cambian, si vemos, la tribulación, y la aflicción, desde el punto, de vista de Dios, sabemos, que le está dirigiendo, eso, para poner, en nosotros, esperanza, una esperanza, que no avergüenza, porque va a ser, satisfecha, mucho más, abundantemente, de lo que nosotros, podemos concebir, nuestro carácter, nuestra mente, y nuestras emociones, de esa forma, van a ser, transformadas, por el Espíritu de Dios, y no solo eso, sino que también, se va a manifestar, con sabiduría, en nuestra vida, no sabiduría, de este siglo, como dice el apóstol Pablo, en otras palabras, no sabiduría, humana, en la época de Pablo, y aún existe ahora, la filosofía, griega, que es muy profunda, era muy, muy, popular, y era una manera, del hombre, explorar, tantas cuestiones, que tiene, acerca de la vida, preguntas, el apóstol Pablo, dice, que la sabiduría, nuestra, no viene de hombre, sino de Dios, y esa es la sabiduría, que Dios, le da, a sus hijos, en proverbio, capítulo 1, en el versículo 7, el proverbita,

[30:54] dice, que el, el principio, de la sabiduría, es el temor, a Jehová, ese temor, no es, miedo, y tener un ataque, de pánico, cuando uno, oye a Dios, sino, es, una reverencia, santa, ante un Dios, infinito, que solamente, ocurre, cuando nosotros, somos transformados, con el poder del Espíritu, y podemos ver, ese Dios, glorioso, y, empezando, con la conversión, un nuevo nacimiento, es que nosotros, empezamos, a poder tener sabiduría, no confiando, en nuestra propia opinión, muchas veces, nosotros, tenemos, capacidad, en un área, y empezamos, a confiarnos, mucho en eso, u otras veces, tenemos nuestras opiniones, que no cambian, y no hay quien nos haga cambiar, eso no es, agradable a Dios, en proverbio 3, 5, dice, que no te fíes, de tu propia opinión, sino que confíes, plenamente, en Jehová, una característica, de las personas maduras, con sabiduría, es que su propia opinión, no es, infalible, sino, la opinión de Dios, en proverbio mismo, dice, el versículo, no lo busqué, que en multitud de consejeros, hay sabiduría, tú quieres tener un consejo, y tú quieres que eso, le agrade a Dios, y sobre todo, en cosas importantes, un trabajo, a veces, una relación, una decisión grande, en la vida, consultala con aquellos, que te aman, y te quieren, y que te quieren decir, la verdad, en el caso del cristiano, con alguien, que conoce la palabra de Dios, y hemos puesto, muchísimas veces, ejemplos, una persona se quiere casar, conoce a alguien, la mamá ve, que no le conviene, ve algo, no mi hija, yo no creo que ese muchacho, sea para ti, no mamá, que eso va a estar bien, no hay problema, le va a cambiar, y rara vez, la excepción, solo confirma la regla, le va mal, y sufre muchísimo, dice la escritura, en multitud de consejeros, hay sabiduría, y el que se aparta, su propio deseo, busca, esos son dos versículos, que están en proverbio, que yo no busqué, de manera particular, una persona madura, es una persona, que no busca primariamente, su deseo humano, carnal, sino, la voluntad de Dios, y es por eso, que no está, temerosa de consultar, porque lo que quiere ir, es la voz de Dios, a través de muchas personas, nuestro querido hermano,

[33:34] Leonardo decía, que Dios habla, muchas veces, y Dios habla, y muchas veces, uno quiere hacer algo, y alguien le dice, es que yo no creo, que esto aquí, como que, pero nosotros tenemos, un deseo de hacerlo, no importa, pero tenemos que saber, que es nuestro deseo, y no la voluntad de Dios, y lamentablemente, muchas veces, cosechamos el daño, porque no queremos, hacer la voluntad de Dios, sino la nuestra, en el mismo proverbio, dice, que, los simples, ven el daño, y ven, el mal, y pasan, y cosechan el daño, mas el sabio, se aparta, lo estoy parafraseando, en otras palabras, Dios nos da la sabiduría, para poder aplicar, ese conocimiento, de forma, que nosotros, en esta vida, evitemos muchas cosas, que nos van a producir dolor, y que sobre todo, desagradan a Dios, una persona sabia, es una persona, que aplica, lo que sabe de Dios, a su vida diaria, por eso, usted va a ver personas, que a veces, pueden tener 5, 10, 15, 20 años, en la fe, y actúan de una forma, que uno como que, pues yo no entiendo, es una persona, que es un niño, espiritualmente hablando, o, tiene que cuestionar, su vida, si realmente, ha sido transformado, por el Espíritu de Dios, porque Dios, a todo el que salva, transforma, si la fe es genuina, se verá, en una vida transformada, donde el carácter, la mente, las emociones, y la sabiduría, van a formar parte, de lo que esa persona, tiene, como transformación, y esto nos lleva, al, al segundo versículo, que es el versículo 15, donde el apóstol, le dice, que así, que todo lo que somos perfecto, estos mismos sintamos, y si otra cosa sentís, esto también, lo revelará Dios, rápidamente, vemos que, no solamente, vimos la definición, de lo que es alguien sabio, y como se ve eso, sino que hay un mandato, no es una opción, el llamado, a la madurez espiritual, es un mandato, vemos que este versículo, está aquí en un imperativo, así que, todo lo que somos perfecto, perfectos, esto mismo, eh, eh, escúcheme, el versículo 16, eh, pero en aquello, que hemos llegado, sigamos, aquí hay un imperativo, una orden, una misma regla, sintamos, una misma cosa, estamos llamados, a buscar esa madurez, porque es una forma, de nosotros ver, que realmente,

[36:16] Dios está hablando de nosotros, y que nos deja saber eso, nuestra realidad espiritual, si realmente, conocemos a Dios, o realmente, tenemos que revisarnos, y arrepentirnos, de nuestro pecado, y conocerle, porque si el tiempo pasa, y no maduramos, algo está muy mal, si un niño no crece, y está pequeñito, y tiene 15 años, y está del tamaño, de un niño de 3, algo está mal, hay una enfermedad, que se llama raquitismo, donde el niño, no tiene calcio, en los huesos, y no se desarrolla, entonces, si el niño no crece, que vamos a hacer nosotros, lo vamos a llevar al médico, porque algo no está bien, entonces, un creyente, no puede ser posible, que tenga 20 años, y todavía no sabe, cómo abordar los problemas familiares, no sabe, cómo conducirse en el trabajo, no sabe, cómo conllevarse, con la gente difícil, porque, porque es un niño en Cristo, ahí hay algo, que hay que revisar, si uno ve un plomero, ese ejemplo, lo veía yo, en una prédica, de un pastor, que hablaba, que el cristianismo, es la única, situación, donde uno ve a personas, con 20 años, y son niños espirituales, si uno ve un plomero, con 20 años, trabajando, arreglando inodoro, baño, ducha, y no sabe, poner una llave, que uno va a pensar, que el tipo, es un mentiroso, que no es un plomero, nada, o es un fraudulento, imagínense una gente, con 20 años, yendo a una iglesia, y todavía le está hablando, mal a la esposa, cuando se irrita, dice mala palabra, llega borracho a la casa, que uno va a pensar, que el Espíritu de Dios, está hablando ahí, o un espíritu, sea ampliamente, carnal y humano, entonces, es un mandato, es un imperativo de Dios, que nosotros, debemos, buscar, la madurez espiritual, sometiéndonos a su palabra, vimos, lo que es un creyente maduro, lo que es la madurez, en la práctica, cuáles áreas, afectan de nuestra vida, que es todo de nuestra vida, y vimos el mandato de Dios, a nosotros madurar, dos aplicaciones para eso, es básicamente, te consideras tú maduro, si ya tienes varios años, en la fe, te consideras tú, que eres maduro, si ya tienes varios años, en la fe, profesando la fe, si tú no estás seguro, si eres maduro, no te lo pregunte a ti mismo, al frente del espejo, pregúntale a la persona, que más te quieren, y te aman, pregúntale, si ellos ven en ti, que tú eres una persona, que está completa, en Cristo, mentalmente, en tu carácter, en tus emociones, en tu sabiduría, te ves tú cometiendo, ve tras vez, lo mismo pecado, como que no sale de ahí, del mismo hoyo, y ahí, ahí, ahí, órale al Señor, no es para que te deprime hermano, sino búscale, pídele sabiduría, en Santiago 1.5, el apóstol dice, que el que tiene falta de sabiduría, pídale a Dios, el cual dará a todos, abundantemente, pídele a Dios, pero pidámosle, con un corazón sincero, sabiendo, que cuando le pidamos sabiduría,

[39:17] Él no va a exigir cambio, para que esa sabiduría, se cultive, a través de una vida, sometida, a la palabra de Dios, y si tú estás aquí, hoy sin Cristo, esto no es para ti, sino que el Señor, te llama, a arrepentir, y entregarle su vida a Él, porque la sabiduría, no surge de un cambio de conducta, como hemos dicho antes, el cristianismo, no es una modificación, de la conducta, sino es, un nuevo corazón, para tú poder tener, esa sabiduría, y la formación, de ese carácter, y esa mente, y esas emociones, conforme a la palabra de Dios, tú tienes que haber, nacer de nuevo, si no, eso no va a estar ahí, y a nuestros hermanos, hermanos, busca la disciplina, para que tú puedas cultivar, esto en tu vida, y ver la madurez espiritual, como un medio, de glorificar a Dios, vamos a orar, y a, pedir al Señor, que nos dé su bendición, en la palabra, predicada, gracias Señor, por tu palabra, porque ella es lámpara, a nuestros pies, y lumbrera, a nuestro camino, que alumbre Señor, en un lugar oscuro, la cual nos puede hacer sabios, en Cristo Jesús, para la salvación, que la apliquemos, que veamos nuestro carácter, modificado, y nuestra vida transformada, no para la gloria, sino para la gloria tuya, esta misericordia, la pedimos, en Cristo Jesús, y para su gloria, amén, amén, vamos, cinco minutos de receso, y después viene la escuela dominical, amigos, y amigos, y todos, soja, gracias, martes, aśció